Revista Cocina

La confusión de Claudio Bertonatti

Por Luistovar

La confusión de Claudio Bertonatti
Me gustaría responder a un artículo titulado "La confusión del veganismo" publicado por un tal Claudio Bertonatti. Lo hago a petición expresa de varias personas que entendieron que el artículo merecía una respuesta. Espero que esta entrada les resulte de utilidad.
En mi respuesta pretendo exponer que la única confusión sobre este tema proviene exclusivamente por parte de su autor, el cual estaría muy grave y profundamente confundido a varios niveles. Dividiré mi respuesta en dos secciones: la empírica y la moral.
La confusión empírica
Bertonatti defiende principalmente la idea de que los veganos están confundidos porque creen que al no consumir productos de la explotación animal ya no provocamos la muerte de otros animales, cuando en realidad sí lo hacemos dado que la agricultura también conlleva causar la muerte de animales nohumanos; y por eso no habría diferencia esencial entre, por ejemplo, abstenerse de comer carne y no comerla. Esta tesis de Bertonatti evidencia una profunda confusión sobre diversos aspectos.
En primer lugar hay que aclarar que el veganismo no se opone a la muerte de animales en sí misma, o al simple hecho de causar muerte, sino que el veganismo se opone a la explotación de animales nohumanos. 
De forma específica el veganismo se opone a la explotación de animales nohumanos por parte del ser humano y propugna que sean liberados de nuestra dominación. Esto es el veganismo y no otra cosa. El veganismo no tiene como finalidad eliminar la existencia de la muerte en el mundo sino eliminar la explotación sobre otros animales, por ser éticamente injusta.
En mi opinión, creo que nadie debería opinar sobre veganismo sin informarse sobre lo que es el veganismo, en lugar de juzgar meramente "de oídas", porque entonces es probable que se confunda con otra cosa. El veganismo es algo relativamente reciente en nuestra cultura y su confusión con otras ideas diferentes con las que pudiera tener algún parecido es casi habitual.
Ésta es la primera confusión de Bertonatti. Es una confusión que he tratado varias veces en este blog, y por tanto me remito a esos textos.
Dice Bertonatti que pretende dirigirse a las personas que creen que sólo por no comer carne ya no estarían causando la muerte a otros animales.
Lo siento, pero no sé quienes son esas personas. No conozco a nadie que crea que por el simple hecho de no comer carne, o de no participar en la explotación animal, eso suponga que dejen de morir animales nohumanos por su causa. Quien deja de hacer esto lo que pretende es que otros animales dejen ser asesinados y explotados para que nosotros los usemos como comida o como recursos en general. De hecho, en cualquier página vegana (en este mismo blog por ejemplo) se explica que asumiendo el veganismo no evitamos todo el daño que causamos, por supuesto, pero sí que evitamos ese daño en concreto. 
Rechazando la práctica del canibalismo no evitamos todo el daño que causamos a otros humanos (ya sea directo o indirecto) pero sí evitamos causar ese daño en concreto. Diría que es algo muy sencillo de ver y razonar. No para Bertonatti, al parecer.
Por tanto, creo que Bertonatti recurre a la falacia del hombre de paja. Es decir, se inventa una postura imaginaria para poder criticarla a su medida. No digo que no haya alguien por ahí que crea realmente lo que Bertonatti dice. La gente es capaz de creer toda clase de cosas increíbles. Pero esa idea no corresponde en absoluto a lo que los veganos defienden.
Además, retomando mi crítica en el primer punto, es evidente que el autor confude sistemáticamente el veganismo con el vegetarianismo. 
Es difícil empezar peor la redacción de un artículo. El hecho de que no cite siquiera ningún texto que se supone que defienda eso de que simplemente "por no comer carne ya dejamos de causar la muerte a otros animales" me hace suponer la intención de basar su artículo en esa falacia a propósito. Insisto en que jamás he oído a nadie vegano asumir esa creencia que Bertonatti alega. Y es algo que no se defiende en los foros y grupos veganos.
Ésta es la segunda confusión, grave, de Bertonatti. Y no hemos hecho más que empezar. ¿Se suponía que este señor iba a aclararnos el asunto? 
Dice Bertonatti que fue vegetariano y luego se convirtió en "omnívoro". Debo señalar que este señor está usando mal las palabras, otra vez. Todos los humanos somos omnívoros. El omnivorismo es una condición fisiológica que te permite digerir tanto sustancias de origen animal y vegetal. No es algo que dependa de la voluntad. Los veganos somos omnívoros dado que somos humanos. La cuestión es que los humanos no necesitamos comer animales para vivir y estar sanos. Ser omnívoro es una mera capacidad; no es una obligación para nuestra conducta ni nuestra salud. Puesto que el artículo no se extiende más en este punto, lo dejo aquí de momento.
Dice Bertonatti que los veganos sólo se preocupan de los animales "domésticos" pero que guardan silencio sobre los animales "salvajes". Esto simplemente no es cierto. No es cierto que los veganos se preocupen más por unos animales que otros sino que el veganismo se refiere en concreto al problema de la explotación animal. No todos los conflictos y agresiones que se producen sobre otros animales pertenecen al contexto de la explotación. La domesticación es una forma de explotación y es por eso que los veganos se refieren específicamente a ella. Pero los veganos también hablan a menudo en contra de la caza y en contra de de explotar a los animales que viven libremente en la naturaleza. El veganismo se refiere a todos los animales nohumanos, en tanto que todos ellos son víctimas de una misma opresión.
Insisto: Bertonatti no se ha enterado de que los veganos se oponen a la explotación de animales nohumanos. Si no hay explotación entonces no atañe al veganismo como tal. Hay muchos problemas morales en el mundo pero al veganismo sólo corresponde el problema de la explotación especista. 
El feminismo es un movimiento que se opone específicamente a la opresión machista sobre las mujeres. Pero ¿acaso no hay también otros problemas morales en el mundo? Por supuesto, pero el feminismo se refiere a ese problema específico. Un problema sobre el que se requiere tomar conciencia y responder de forma específica. Con el veganismo ocurre exactamente lo mismo.
Dado que Bertonatti no cita fuentes es imposible saber si se está refiriendo en verdad a los veganos o a los vegetarianos o a alguna clase de animalistas en particular. Teniendo en cuenta que confunde todas estas categorías de forma sistemática. 
Además, el autor pretende hablar sobre el impacto ambiental de la agricultura y la ganadería pero sin citar datos ni fuentes ni evidencias objetivas. Habla simplemente en base a sus especulaciones y experiencias personales. Eso no da mucha credibilidad que digamos a la hora de debatir un asunto. Más bien indica poco rigor y poca seriedad. 
Bertonatti llega a decir nada menos que "si la humanidad se hiciera vegana para la naturaleza sería una tragedia." Pero ¿hay algo de cierto en esta atrevida afirmación? Bueno, para refutar esa declaración no me basaré en meras especulaciones y experiencias personales, como hace Bertonatti, sino que consultaré las estadísticas y los informes medioambientales de las autoridades pertinentes. Veamos lo que nos dicen algunas de ellas.
Según una investigación de la Universidad de Oxford las dietas que incluyen carne son las que provocan mayor contaminación con notable diferencia respecto del resto de dietas:
«El estudio también reveló que las dietas vegetarianas, por contraste, generan un equivalente de 8,4 libras de dióxido de carbono (3,7kg), menos de la mitad. Asimismo, las dietas veganas reducen aun más las emisiones, a 6,4 libras (2,8kg). Esto supone que la huella de carbono se reduce aproximadamente en un 60% con respecto a las dietas carnívoras.»

La confusión de Claudio Bertonatti
Según publica la Fundación Universia sobre los efectos que tendría el veganismo en sustitución de la explotación animal:
«Las explotaciones ganaderas de más de 1.300 millones de animales se desarrollan en el 24% del territorio mundial, destruyendo miles de hectáreas de bosque tropical en América para incrementar el número de pastizales. Este proceso está llevando a la extinción a numerosas especies de seres vivos. Asimismo, esta constante explotación destruye la fertilidad del suelo, evitando que estas tierras puedan utilizarse para plantar vegetales y cereales.»

De acuerdo a la revista Scientific American, una dieta basada en alimentos vegetales representa una opción más sostenible para el planeta y la salud pública:
«Los resultados sugieren que las dietas basadas en frutas, verduras y legumbres constituiría una opción más sostenible para el planeta. Si fueran adoptadas a escala global reducirían las emisiones de gases de efecto invernadero de origen agrícola, la deforestación y la extinción de especies que viven en estos entornos naturales. Además, ayudarían a prevenir todo tipo de enfermedades crónicas no contagiosas relacionadas con la dieta.»
La confusión de Claudio Bertonatti
Resulta que el veganismo (no-explotación animal) aplicado a la producción de alimentos necesita menos extensión de tierramenos cantidad de agua, y menos gasto de recursos en general, para poder producir una mayor cantidad de comida que los que necesita la explotación animal.
Esto quiere decir que aplicar el veganismo a gran escala conllevaría que muchos menos animales nohumanos murieran o se vieran afectados perjudicialmente por la agricultura humana. Es decir, el veganismo no sólo evita todas las víctimas de la explotación animal sino que además reduce de forma muy considerable el número de víctimas que provoca (directa o indirectamente) la agricultura.
En definitiva, podemos elegir basar nuestras creencias en datos y evidencias empíricas o podemos creernos ciegamente las historietas que nos cuenta Bertonatti. Si tu intención es defender a toda costa la explotación animal, a costa de la verdad y la ética, te conviene lo segundo.
Si la humanidad se hiciera vegana esto sólo supondría una tragedia para el prejuicio de quienes desean mantener, por mero placer o inercia, una tradición innecesaria y violenta que causa sufrimiento y muerte a miles de millones de animales; víctimas que se podrían fácilmente evitar. Para todo lo demás, la implantación del veganismo supondría algo bueno a todos los niveles.
Como acertadamente señala el profesor Gary Francione, respondiendo a esta misma polémica suscitada en el ámbito anglosajón:
«La mejor excusa que tenemos para infligir sufrimiento y muerte a 56 mil millones de animales es que saben bien. Decimos que está mal causar sufrimiento innecesario a los animales, pero al mismo tiempo lo estamos causando sistemáticamente.»
Yo he citado fuentes objetivas que no tienen relación alguna con la defensa del veganismo. Todas ellas, y cualquier otra similar que consultemos, coinciden en que eliminar la explotación animal es una medida positiva para el medio ambiente y que adoptar una alimentación vegetal no es sólo una opción viable sino beneficiosa.
Con todo eso sólo quería dejar constancia que las afirmaciones empíricas de Claudio Bertonatti son manifiestamente falsas y no tienen relación alguna con la realidad. Mi razón para rechazar sus argumentos no se debe a que intente atacar el veganismo. Si alguien intentara defender el veganismo alegando mentiras y falacias no dudaría en denunciarlo y rechazarlo igualmente. El conflicto en este asunto es incluso más profundo que la oposición entre veganismo y explotación animal. Se trata de un conflicto entre la verdad y la mentira.
Y con esto entramos ahora en el contexto propiamente moral.
La confusión moral
Mi adhesión al veganismo no tiene relación alguna con el hecho de que su aplicación práctica sea beneficiosa para mí o la humanidad en general. Soy vegano porque estoy en contra de que se trate a sujetos como si fueran objetos. Estoy en contra de que se considere a las personas como si fueran cosas. Estoy en contra de que nos aprovechemos de otros individuos y violemos sus intereses en nuestro beneficio, valiéndonos de que somos más inteligentes o poderosos que ellos. Ésta es la base moral del veganismo y el único fundamento que hace que el veganismo sea consistente en su práctica.
Cuando se hacen estimaciones sobre cuáles opciones son más respetuosas con el medio ambiente y, por tanto, con los que dependemos del medio ambiente para vivir; dentro de esas opciones no se incluye la esclavitud humana. Supongamos: ¿y si la opción más ecológica de todas fuera usar a seres humanos como esclavos en lugar de máquinas y trabajadores libres? ¿Haría esto que la esclavitud humana fuera aceptable?
La primera confusión moral de Claudio Bertonatti es creer que los criterios medioambientales se imponen a los criterios morales.
Antes de ponernos a discutir sobre la valoración medioambiental de una actividad, primero deberíamos analizar si esa actividad es aceptable desde el punto de vista ético.
No nos ponemos a valorar el impacto medioambiental del asesinato, la tortura, la violación sexual, la esclavitud, el abuso infantil,.. y demás acciones que consideramos crímenes execrables. Estos actos violan los principios morales más elementales y los condenamos, independientemente de su impacto medioambiental. Entonces, ¿por qué deberíamos tratar de forma distinta esos actos cuando sus víctimas son otros animales? ¿Debemos tratarlos de forma diferente sólo porque esos animales no son humanos sin importar que sienten, sufren y son individuos que tienen los mismos intereses básicos que nosotros?
La segunda confusión moral de Claudio Bertonatti es creer que humanos y otros animales merecen una consideración moral distinta. Esto es lo que conocemos por especismo.
Alega Bertonatti que la agricultura implica la muerte de animales nohumanos. No sólo la muerte accidental sino también muertes provocadas intencionadamente por los agricultores para evitar que esos animales se coman los cultivos. Este hecho es objetivamente cierto. Lo que no es cierto es que este hecho suponga legitimarnos para explotar a otros animales.
El razonamiento de Bertonatti para justificar la ganadería es el siguiente: como no podemos evitar causar algún tipo de daño para poder vivir entonces no importa que causemos innecesariamente miles de millones de víctimas que sí podríamos evitar. Asombroso razonamiento.
Alegar que como no podemos evitar dañar o matar a otros animales para poder vivir entonces no hay problema moral en explotarlos es un argumento absurdo. Bajo ese mismo criterio, estaría justificado practicar el canibalismo. ¿Si al vivir no podemos evitar causar algún tipo de daño a otros humanos, aunque sea indirecto o accidental, qué más da usarlos para comida? Pero, claro, el prejuicio especista de Bertonatti no le ha dejado ver esta obvia consecuencia que conlleva asumir su criterio.
Si el hecho de que no podamos evitar causar daño al vivir justificara que comamos animales entonces, por el mismo criterio, también justificaría que comiéramos seres humanos (que también están hechos de carne y sus hembras producen leche). La especie no es una característica ni es una entidad. Es un concepto que construimos intelectualmente en base a determinadas semejanzas genéticas entre individuos.
Como ya aclaré al comienzo de este ensayo, el veganismo no se opone a la muerte ni al hecho de causar muerte. El veganismo se opone a la explotación de otros animales. Ahora bien, el asesinato es una forma de explotación. Causar la muerte a alguien para obtener un beneficio a su costa es explotarlo; es utilizar a alguien como un mero recurso. Por eso el veganismo se opone a los mataderos.
Pero nada de esto tiene que ver con el hecho de que se maten animales para evitar que se coman nuestros cultivos. Si fueran seres humanos los que invadieran nuestras plantaciones agrícolas para comerse la comida de la que dependemos para vivir, estaría justificado que tomáramos medidas similares para evitar que lo hicieran. Se trata de un caso de auto-defensa. Aquí hay un conflicto de intereses. Pero la explotación animal no es el resultado de un conflicto de intereses; es la opresión de un grupo sobre otro, motivada por el beneficio e incluso a menudo simplemente por la inercia.
Sin embargo, no estoy diciendo que esa situación de conflicto siempre justifique automáticamente matar a otros animales de forma despreocupada (ya sean humanos o no-humanos). Deberíamos intentar encontrar un medio de proteger los cultivos que no hiciera necesario tener que recurrir a estos métodos letales para evitar conflictos con otros animales. Pero, en todo caso, se trata de una situación completamente diferente al hecho de explotar animales para servirnos de alimento o de vestimenta o cualquier otra finalidad.
¿Si no pudiéramos vivir sin matar a otros humanos que nos atacaran o atacaran nuestros cultivos acaso esto justificaría que levantáramos granjas y mataderos para poder criar y comer a seres humanos?
Si uno reflexiona sobre el argumento de Bertonatti puede ver claramente que es una postura absurda y que está confundiendo categorías mediante una falacia de asociación. El mero hecho de que en dos situaciones haya causación de muerte no las convierte en equivalentes. Causar la muerte de alguien de forma totalmente accidental no es lo mismo que matar a alguien intencionadamente. Causar la muerte de un agresor para defender nuestra vida no es lo mismo que matar a un inocente para obtener un beneficio de su muerte.
El argumento de Bertonatti se basa en el criterio de asumir que si en una situación concreta yo no puedo evitar matar para defenderme entonces de esto se deriva que está bien que mate sistemáticamente a otros para beneficiarme. Pero no hay ninguna conexión lógica entre la premisa y la conclusión, aparte de la presencia del hecho mismo de la muerte. Es un non-sequitur. Es una falacia.
La explotación animal no se basa en la auto-defensa sino en el beneficio, y este beneficio se reduce habitualmente nada menos que al placer que nos causa comer animales o vestir con trozos de animales. Ésta es la única excusa que tenemos para alegar: nos da gusto saborear sus cadáveres y secreciones orgánicas y llevar puestos trozos y pelos arrancados de sus cuerpos.
En conclusión, el artículo de Claudio Bertonatti debería retitularse: "Promover la confusión sobre el veganismo" o algo parecido. Porque para lo único que sirve su artículo es para evidenciar que su autor vive en la absoluta confusión y promueve la confusión a los demás.
Y si su intención era difamar el veganismo, como así parece, creo que el efecto que ha conseguido, de acuerdo a lo que he estado leyendo los foros, ha resultado ser justo el contrario.

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