Revista Salud y Bienestar

La consideración social de la vía de administración de los medicamentos (3)

Por Pedsocial @Pedsocial

supositorioQuedan otras vías de administración de medicamentos con diferente consideración social o, para decirlo de otro modo, con popularidad diversa. Se trata de la introducción en el organismo de fármacos con efectos locales o sistémicos a través de los diferentes orificios de la anatomía, aparte de la vía digestiva.

En un orden más o menos “geográfico, de norte a sur”, en los ojos se depositan substancias, líquidos en forma de gotas o bien ungüentos o pomadas, para tratar las afecciones de los ojos. Lo normal es que lo sean por prescripción facultativa, pero de forma autónoma la gente utiliza otras substancias.

Muy populares son los lavados con infusiones de manzanilla. Los antropólogos que saben de esto suelen decir que los efectos medicinales de la manzanilla (Chamaemelum nobile) son escasos en el ojo, pero que la infusión es la forma de que el agua esté estéril por ebullición. Hasta hace poco, la maniobra de encender fuego y poner un cacharro con agua a hervir, por si sólo, no resultaba justificable. El agua clara ya se consideraba suficientemente limpia, por lo menos hasta Pasteur. Se substituye con notable ventaja por los modernos colirios humectantes.

Las frecuentes infecciones de oído de los niños propiciaron desde antiguo el empleo de gotas antisépticas. Los otorrinos ( y los pediatras) nos recuerdan que las otitis medias bacterianas son subsidiarias de tratamiento antibiótico por vía sistémica, especialmente en las niños más pequeños. Las gotas en los oidos sólo hacen que empuercar el conducto auditivo. Y el efecto analgésico de algunas es más que dudoso, frente al empleo de analgésicos (AINE) por vía oral. Aún así , a muchas madres les encanta ponerles cosas en los oídos a los niños…además de pendientes a las niñas (!)

Por las fosas nasales de los niños suele salir mucosidad abundante a la primera oportunidad. Por algún motivo se llama a los niños “mocosos” en España. La concatenación de episodios de infecciones virales de las vías respiratorias altas durante los meses de invierno lleva a muchos padres a la desesperación. Se le echa la culpa a la guardería, a las cuidadoras, al pediatra, al ayuntamiento, al gobierno… desconociendo que hasta los 10 años cualquier niño sano va a padecer hasta 50 infecciones respiratorias altas como parte de su experiencia inmunitaria. Obviamente estos fenómenos enriquecen a empresas papeleras como Scott o Kleenex ahora que la gente ya no quiere usar pañuelos. “Pañuelos” son paños pequeños, que en Valencia y en Cataluña se llaman “mocadors” porque sirven para los mocos.

Por la nariz hay que meter pocas cosas a los niños. (Lo que se metan los adultos es otra materia, ¿vale?) Como mucho agua salda o suero fisiológico que es agua con un 9/1000 de sal (9 gramos por cada litro). Como no podía ser de otra manera unos listos se han dedicado a comercializar agua de mar, en un intento más de privatizar los recursos naturales…:-) En cualquier caso, lavar la nariz tiene por objeto diluir los mocos, cuyo principal componente es la mucina, una substancia proteínica altamente soluble en agua (basta con ver lo que sucede al lavar un pañuelo lleno de mocos: se deshacen). Y poca cosa más.

Ya se ha pasado de moda la aplicación en la piel de cataplasmas o sinapismos (de sinape, mostaza), emplastos calientes rubefacientes con supuestos efectos beneficiosos en las afecciones pulmonares agudas. Pero, y como a señalamos en la primera entrada de esta serie, siguen siendo populares las cremas o lociones con alcoholes aromáticos tipo “vaporub”, exentas de calidades terapéuticas demostrables.

Y, quizá por último, comentaremos el empleo de la vía rectal para la administración de medicamentos. Mil veces hemos repetido que el ano es una “puerta de salida” y no necesarimente una “puerta de entrada” de nada. Con la excepción de los supositorios de glicerina o los microenemas para el tratamiento local y físico del estreñimiento y facilitar la defecación, la administración de otros medicamentos por vía rectal tuvo un gran predicamento en tiempos recientes. Antibióticos, quimioterápicos, balsámicos, antitérmicos, fueron administrados con fortuna diversa por vía rectal. La experiencia demostró que la absorción era errática, imprecisa y, a menudo, de resultados ineficaces. Por ello se fueron abandonando y, actualmente, los únicos fármacos que aún tienen la forma de presentación por via rectal son algunos analgésicos-antitérmicos como el paracetamol. Su predicamento se asocia a que, al evitar la vía oral, tienen utilidad en situaciones en las que los vómitos forman parte de la sintomatología e impiden la vía oral. Nosotros entendemos que aún en esos casos, sólo es preciso tomarse un poco de tiempo para que cesen los vómitos o, si es preciso, recurrir a un vía parenteral endovenosa.

Modas, costumbres, actitudes y, también, manías o fobias, han jugado un papel considerable en la preferencia de las diferentes vías de administración de fármacos en los niños. El consejo es que la vía de elección debe ser la que garantice una eficacia en su uso y que no hay vía “fuertes” u otras “menos fuertes” que las haga más tolerables por parte de los padres. Y que es necesario, como siempre, despejar dudas y combatir tabúes en la defensa de las buenas prácticas y los derechos de los niños.

X. Allué (Editor)


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