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La constante

Publicado el 19 mayo 2021 por Claudia_paperblog

Ha sido la única constante en mi vida, él, siempre él. Nos reíamos porque decíamos que nos habíamos llevado lo mejor del Erasmus, a nosotros, que nadie más podía decir eso, que aunque hablásemos con el resto para felicitarnos los cumpleaños o la Navidad, de Alemania nos habíamos quedado el uno con el otro.

Mi constante, cuando he pasado por mil trabajos, algunos me gustaban (a veces me venía a ver y yo cruzaba los brazos detrás de la espalda para no abrazarle), otros los sufría. Cuando estaba estresada y tenía que quedarme en su sofá un domingo rellenando informes para mis alumnos, cuando tuve todas aquellas infecciones de orina, cuando me moría de dolor por la regla, cuando me fui a hacer el Camino de Santiago y me dijo que su habitación olía a mí, nada más volver. Si me separaba de él, dejaba de respirar. Creo que eso era demasiado, pero con el tiempo, aprendimos a dejarnos ir.

Estaba ahí en mi graduación, cuando me sentí tan orgullosa de haberlo logrado, estaba allí para mi familia, siempre pensando en los demás, comprando regalos como su madre, metiéndose con mi hermana, involucrándose en toda mi vida, estaba para cocinarme y cuidarme, para protegerme, madrugaba por mí, se iba tarde a dormir por mí.

Estuvo cada vez que lloré, estuvo en las decisiones difíciles, estuvo en Australia, siempre allí, aunque él se pensase que no porque trabajaba mucho. Estuvo una noche en la que yo no tenía plan y me metí en la cama a escribir y llorar. Llegó y me dijo: Nos vamos de fiesta. Y yo estaba triste, pero cogió mi carita entre sus manos y me hizo pasar una noche muy divertida, con los irlandeses borrachos, con el jefe de su pub irlandés pagándonos la bebida y el taxi de vuelta a casa. Conocía a gente muy loca.

Y yo estuve cada vez que se mudó, estuve en su primer piso de acogida, donde todos estaban locos, donde se hizo amigo de Ot, estuve en Sagrada Familia, en ese cuarto sin ventana, con su casero malhumorado y el murciano fumando por todos lados, esa primera habitación que le costaba menos de 300 euros al mes.

Estuve cuando mejoró y decidió mudarse cerca de su oficina. Volvimos del viaje de Bélgica y se echó a llorar cuando vio el piso aún sin reformar, con la ducha sin poner, con escombros por todos lados. Estuve cada vez que me dijo que no podía más, cuando se acordaba de su familia y lloraba, cuando pensaba en su abuelo, cuando me contaba cosas de su pasado, cuando le operaron de las hernias y no se podía mover y mi padre le fue a buscar en coche a Barcelona.

Estuve el primer domingo que me pidió quedarse en casa una noche más, después de haber ido a la playa. Recuerdo que me agobié, que necesitaba mi espacio, pensé, pero él no ocupaba mi espacio, me respetaba. Se quedaba, pero no necesitaba estar a mi lado, se iba a dormir mientras yo leía o veía una serie o me reía con mi familia.

Estuve cuando le rompieron el labio y se quería volver a Colombia, cuando llegaba reventado a casa y le tenía la cena preparada, estuve cuando no me contaba cómo se sentía y cuando sí lo hacía. Estaba en sus resacas, estaba en Melbourne y en el viaje, estaba cuando le dolía la cabeza y le daban pinchazos.

Estuve a la vuelta, y cuando se fue a su país, le apoyaba desde la distancia, estuve para él ese mes en que no nos vimos, mientras viajaba con su madre. Estuve para sus cumpleaños, desde el primero, cuando me dijo que lo había convertido en un día muy especial, su primer cumpleaños en Alemania. Estuve cuando sangraba en San Sebastián.

Estuve cuando tuvo que volver a empezar, cuando no encontraba trabajo y acabó donde siempre. Estuve en ese piso de Hostafrancs y también cuando volvió a mudarse, recuerdo que esa vez tenía miedo yo, era verano y se mudó justo antes de que nos fuésemos a Grecia y la verdad es que fue una mala decisión, creo que ese piso no le sentó bien.

Volví a estar las primeras Navidades sin él, desde Colombia me decía que tenía ganas de volver a verme, que sentía que se lo estaba pasando bien allí, pero que la vida era mejor junto a mí.

Y a veces el cerebro hace un clic extraño y se desprograma, ¿te pasó eso?

La constante

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