Revista Cultura y Ocio

La Corte Suprema de Justicia presentó su tercer informe anual sobre violencia homicida

Publicado el 19 noviembre 2013 por María Bertoni
El juez Zaffaroni expuso, escoltado por su colega Maqueda y el ministro Puricelli.

El juez Zaffaroni expuso ayer en el Palacio de Tribunales, escoltado por su colega Maqueda y el ministro Puricelli.

“Evitar una muerte violenta es evitar un infinito”. Con esta frase Eugenio Raúl Zaffaroni concluyó ayer al mediodía, en el Palacio de Tribunales, la presentación formal de la tercera edición del informe anual sobre homicidios dolosos que el Instituto de Investigaciones de la Corte Suprema de Justicia de la Nación elabora desde 2011. Escoltado por su colega Juan Carlos Maqueda y por el ministro de Seguridad de la Nación Arturo Puricelli, el también autor de La cuestión criminal comentó brevemente las principales tasas y cifras que conforman el mencionado estudio. Hacia el final de la conferencia de prensa, el magistrado se permitió citar a John Stuart Mill y contar su sueño, quizás en discreto homenaje a Martin Luther King.

El informe presentado corresponde a los homicidios dolosos cometidos en el transcurso de 2012 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en La Plata y en los municipios del primer, segundo y parte del tercer cordón del conurbano bonaerense (concretamente en La Matanza, Lomas de Zamora, Moreno, Morón, San Martín, San Isidro y Quilmes). La incorporación de ocho o seis zonas geográficas según se compare con la primera o segunda edición del informe y el aumento de la cantidad de causas revisadas (164 de 2010, 359 de 2011 y 955 de 2012) revelan la intención de seguir avanzando en el desarrollo nacional de una criminología de campo orientada a la prevención.

Como en ocasiones anteriores, Zaffaroni insistió en que “nadie puede prevenir lo que no conoce”; de ahí la importancia de este trabajo colectivo y “de hormiga” cuyos resultados ya se encuentran online, entre ellos los datos y el mapa interactivo relativos a la Ciudad de Buenos Aires. En este punto cabe aclarar que la información correspondiente a La Plata tendrá su propia presentación formal el próximo 3 de diciembre en la sala Astor Piazzola del Teatro Argentino de esa ciudad.

En una exposición breve, el penalista informó que, de los 995 homicidios dolosos contabilizados en 2012, 789 corresponden al conurbano, 158 a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y 48 a La Plata, lo cual arroja una tasa por cien mil habitantes de 6.93 en general, 5.46 para la CABA y 7.66 para el Conurbano. “Es alta en relación con las tasas de Europa y Canadá; es similar a las de Chile y Uruguay; y es baja en comparación con otros países latinoamericanos (como Brasil y México que superan los veinte homicidios dolosos cada cien mil habitantes)”, especificó.

El estudio concentrado en la Ciudad de Buenos Aires es el único que admite observaciones dinámicas pues la CABA fue analizada desde la primera edición de este trabajo. Zaffaroni señaló un aumento de los homicidios dolosos en 2011 (la tasa aumentó del 5.81 por cien mil en 2010 a 6.57) y un descenso en 2012 (cuando se redujo a 5.46). Asimismo destacó que se mantiene el fenómeno de concentración por el cual el 63% de estos asesinatos ocurre en la denominada “medialuna sur” (Comunas 1, 4, 7, 8 y 9) donde la tasa sube a 10 por cien mil, en tanto que el resto de la CABA presenta una tasa de 3.05 (cercana a las de Canadá y Europa occidental).

Captura del sitio desde donde los interesados podrán bajar las tres ediciones del informe sobre homicidios dolosos.

Captura parcial de la página web desde donde los interesados pueden bajar las tres ediciones del informe.

Por otra parte, el juez de la Corte Suprema señaló la preminencia masculina entre victimarios y víctimas. En contra de lo que algunos argentinos creen, sólo el 1% de los victimarios es menor de 16 años; el 5% tiene entre 16 y 18 años y el 17% es de nacionalidad extranjera. Otras cifras igual de inesperadas (o poco difundidas) revelan que el 40% de los homicidios dolosos se origina en alguna riña y el 9% en el seno intrafamiliar; el 56% se produce con armas de fuego (frente a un 28% con arma blanca) y el 64% ocurre el fin de semana.

Zaffaroni reiteró en dos ocasiones que el resultado de esta investigación “no es para alegrarse ni entristecerse”, sino para establecer la realidad de la violencia homicida (“que no debe confundirse con otro delitos”) en vistas a su control y disminución. Asimismo llamó la atención sobre otro fenómeno de concentración: “los altos índices de crímenes no esclarecidos en la mencionada medialuna sur, como si existieran dos clases de víctimas (publicables y no publicables), como si se subestimara lo que sucede en las zonas de alta conflictividad y se sobrestimara lo que ocurre en las zonas de baja conflictividad”.

Antes de terminar su exposición, Don Raúl se refirió a dos objetivos que el Instituto de Investigaciones de la Corte Suprema debería alcanzar en un futuro próximo. El primero, trabajar en equipo con universidades para llevar adelante un proceso y un análisis cualitativos -además de cuantitativos- de los datos obtenidos. El segundo, extender el alcance del monitoreo a partir de acuerdos con el poder judicial de cada provincia argentina (en este punto se refirió incluso a la posibilidad de unificar una metodología de trabajo por teleconferencia).

“Hay un derecho que nadie puede cancelarnos, ni siquiera la peor dictadura”, anunció hacia el final el juez de la CSJN. “Se trata del derecho a soñar”, prosiguió antes de citar las tres etapas que Stuart Mill le asignó a toda idea o emprendimiento nueva/o (ridiculización, discusión, adopción) y proclamarse libre de todo miedo al ridículo.

“Como la violencia homicida no se agota en el homicidio doloso, me permito soñar con que la prevención de la muerte violenta se convierta en prioridad estatal, con una ley nacional que abarque las otras muertes violentas como son los suicidios, las muertes de tránsito, las enfermedades evitables, y con un órgano nacional que sepa advertirlas y prevenirlas… Porque evitar una muerte violenta también es evitar un infinito”, concluyó.


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