Revista Coaching

La crisis: causas, síntomas y sus efectos (i)

Por Mbbp

ón de si actuar de modo pro-activo para resolverla o bien de modo reactivo, esperando a que sean los acontecimientos los que, día a día u hora a hora, vayan exijiendo nuestra acción. Así como los dos riesgos más grandes ante una crisis es, en primer lugar, ignorarla, menospreciarla o no mirarla de cara por miedo… y, segundo, confundir las causas, los síntomas y/o sus efectos con la crisis real…

 

Resolver una crisis sin conocer su alcance, también es peligroso. Más que no saber las causas que la generaron en su orígen. Más que nada porque una crisis -como todo en la vida- es algo dinámico que cambia y evoluciona con el tiempo… y puede pasar de algo leve y sin importancia a un conflicto, del tipo que sea. También es importante tener en cuenta que, en una crisis, es tan importante la realidad como la percepción que tengamos de ella. En último extremo, una crisis podría ser irrelevante y, en cambio, ser considerada como algo muy importante, dramático e irresoluble. Por eso, otra regla de oro en cualquier crisis es actuar firme, rápida y diáfanamente, intentando evitar zonas oscuras, medias verdades o acciones poco claras que provocan más confusión.  Esto último provoca solo incertidumbre, que es lo que genera el miedo, el peor enemigo de cualquier crisis.

Y, por último, el cómo gestionar una crisis, del tipo que sea. Alguien debe tomar decisiones firmes, rápidas y sin miedo a equivocarse. Incluso un error es mejor que la inoperancia o el miedo a hacer algo incorrecto. Para ello, se suele crear una célula de crisis (aunque algunos le llaman comité), en la que una o -mejor- varias personas involucradas en sus diversos ámbitos, reciben información puntual y continuada sobre la evolución de la crisis y, a partir de ella, toman decisiones, para lo cual deben tener autoridad suficiente para hacerlo, sin protocolos administrativos ni procedimientos inacabables. Como hemos dicho antes, el tiempo es un factor crucial. Del criterio de esa célula y de su capacidad de tomar decisiones dependerá en muchos casos la resolución de una crisis o, en el mejor de los casos, atenuarán sus efectos, tanto en la realidad como en la percepción…

Y, por último, los integrantes de la célula han de ser conscientes de su responsabilidad, así como entender que serán juzgados no tanto por resolver la situación (que, a veces, depende de otros o de circunstancias incontrolables) sino por su manera firme, transparente y honesta de actuar en ella…

Continuará…

 


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