Revista Ciencia

La crisis de identidad de BP Piscium

Por Cosmonoticias @Cosmo_Noticias
Una estrella que muestra un disco gaseoso y que expulsa un par de chorros, características típicas de una estrella joven, podría de hecho ser más evolucionada que nuestro propio sol.
Izquierda: imagen en longitudes de onda ópticas e infrarrojas de BP Psc, en la que se ven claramente los chorros que emite. Derecha: Impresión artística de BP PscBP Piscium (BP Psc), ubicada en la constelación de Piscis, ha sido estudiada durante más de una década, pero sus curiosas características han hecho que su historia sea difícil de interpretar. Sus características dominantes -un disco de polvo y gas de material alrededor de ella y un par de chorros de varios años-luz de largo expulsados por la estrella en direcciones opuestas- son típicas de las estrellas juveniles. Pero los nuevos resultados sugieren que podría ser una estrella gigante roja de mil millones de años de edad. En este escenario el disco y los chorros podrían ser interpretados como manifestaciones de una interacción reciente. Es decir, cuando BP Psc se hinchó al final de su vida de secuencia principal, su atmósfera extendida envolvió a una estrella cercana o un planeta gigante.
"Parece que BP Psc representa una estrella que come estrellas o una estrella que come planetas", dice Joel Kastner, del Instituto de Tecnología de Rochester, quien dirigió el estudio utilizando datos del Observatorio Chandra de rayos X. "De cualquier manera, sólo demuestra que ahí fuera no siempre es un lugar amistoso".
La reevaluación se compone de tres piezas clave de evidencia. En primer lugar, BP Psc es solitaria, pues no se encuentra cerca de una nube de formación estelar, y no tiene vecinos jóvenes. En segundo lugar, sólo una pequeña cantidad de litio se detecta en su atmósfera (una característica de las estrellas de edad avanzada) y tercero, la gravedad de la superficie de la estrella es demasiado débil para una estrella joven y encaja mucho mejor con la edad de una vieja gigante roja.
Nuevos datos de rayos X de Chandra apoyan la idea de que BP Psc es una estrella vieja. En rayos X, las estrellas jóvenes de baja masa son más brillantes que las estrellas más viejas, y los rayos X de BP se detectaron a un ritmo demasiado bajo para ser una estrella joven. En cambio, los datos son consistentes con una estrella gigante que gira rápidamente, y su espectro indica llamaradas superficiales, o interacciones entre la estrella y el disco.
"La última pieza de evidencia, que para mí, es el clavo en el cajón de que BP Psc es una estrella antigua y no joven, es que su ritmo de producción de rayos X es muy similar a antiguas estrellas gigantes, aunque gire rápidamente, que tienen temperaturas superficiales similares a la de BP Psc", dice Kastner. Si BP Psc fuera una estrella joven, emitiría cientos de rayos X, incluso hasta unos pocos miles, en un día de observación con el Chandra. "Observamos a BP Psc por un día con Chandra y sólo detectamos cerca de 18 rayos X".
Todas las pruebas apuntan a que BP Psc se ha tragado a un acompañante. "Estos compañeros de estrellas gigantes han caído en el interior y giran velozmente", explica Kastner. "Pero nunca he capturado a uno en el acto. Creo que BP Psc es un ejemplo de dicha interacción. Nuestro trabajo especulativo es que estamos observando la estrella adecuada en el punto en el que se ha tragado a su compañero y que ha formado un disco. Parte del material que solía ser su compañero ha caído en la estrella y otra parte se ha disparado a gran velocidad, y eso es lo que estamos viendo".
Además, se especula que el disco de restos de polvo podría generar una segunda generación de planetas, cientos de millones de años después de que una primera generación es posible que haya existido, pero que luego fue consumida por la estrella. BP Psc proporciona a los astrónomos detalles importantes de cómo podría ocurrir este proceso.
Un destino similar le espera a la Tierra cuando el Sol llegue al final de su vida al agotar su combustible principal en varios millones de años más. "BP Psc nos muestra que las estrellas como nuestro sol pueden vivir tranquilamente durante miles de millones de años", dice el coautor David Rodríguez, de UCLA, "pero cuando agotan su combustible, sólo podrían capturar una estrella o un planeta o dos con ellas".
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