Revista Economía

La crisis es el momento del peligro pero también de la oportunidad

Publicado el 05 septiembre 2014 por Tony Barrachina
Uno de los pensamientos más recurrentes que tengo a menudo gira en torno a la importancia del sentido que tienen para nosotros las “cosas” de la vida y ese sentido siempre parece ir relacionado con nuestra actitud previa. Por ese motivo me llamó la atención en un primer momento el proyecto Actitud Consciente.Mi conclusión práctica sobre el tema del sentido, me indica claramente que cada cual le da una importancia al sentido atribuido; pero al mismo tiempo, el sentido atribuido también le da importancia a cada cual. Con esto me quiero referir a que la vida humana necesita motivaciones y las motivaciones parecen responder de forma eficaz a la “búsqueda de sentido” (Frankl, 1946). He comprobado que “buscar el sentido” a cada aspecto de la vida es la mejor forma de optimizar resultados tras proponer objetivos a cumplir, pues el propio objetivo es un sentido que nos está motivando.La pregunta que debemos hacernos cuando se produce una crisis económica implica quedarnos en la superficie o indagar en el fondo y si bien la superficie está representada por la “fachada de la imagen” que construimos desde la infancia para relacionarnos con los demás; el fondo está representado por la “mirada al interior” de cada cual.Cuando “miras” en tu interior, ves que no eres tan diferente a los demás, pues compartes el mismo tipo de cerebro, con las mismas capacidades, las mismas motivaciones, los mismos miedos y el mismo desconocimiento ignorante sobre la vida.Ese desconocimiento ignorante se llena de ideas inventadas, que generan teorías cuando se unen y finalmente se convierten en creencias. Por lo tanto, ante la ignorancia esencial sobre la vida, unida al miedo sobre lo que el futuro nos deparará, lo mejor es adelantarse a ese futuro inventándoselo. Básicamente así es como nacen las ideas y acaban convirtiéndose en creencias. Si aceptas las creencias establecidas, simplemente perpetuas lo que ya hay establecido. Y lo que hay establecido continúa su avance hacia una perpetuación constante que, antes o después, no es sostenible porque ha llegado el momento de reinventarse y de reinventarlo todo. Por ese motivo, una crisis es una bendición o es una maldición, dependiendo de la perspectiva (actitud) con la que estás enfocando el problema; porque una crisis es un grave problema que indica “esto no funciona tal y como está inventado y necesita urgentemente reinventarse”. Entonces podemos caer en la actitud inconsciente de la comodidad y dejarnos llevar por los malos augurios que emiten aquellos seres humanos totalmente anclados en el pasado de lo que fue (la nostalgia de los “buenos tiempos”) y ya no puede ser o podemos activar actitudes conscientes abriéndonos al uso de todos los potenciales latentes que tenemos; que todavía desconocemos y que nos abren las puertas de los buenos augurios presentes en las infinitas oportunidades que nos están esperando. Entonces es cuando la vida nos sorprende manifestando una grandeza invisible que a partir de ese momento ya es visible (para quien decide “verla”; pues “verla” o “no verla” es una simple cuestión de actitud). Señores y señoras, los tiempos cambian, las estructuras cambian, las sociedades cambian, incluso las ideas cambian y hasta el universo cambia; por lo tanto, o el ser humano también cambia con todas sus “historietas” y se reinventa o está condenado a la queja, al fracaso, a la apatía y a quedarse “fuera del juego” que es la vida. Así que nunca olvides esto: la crisis es un peligro, pero también es una oportunidad. Y la oportunidad sólo puede aprovecharse si estamos dispuestos a dejar nuestras creencias a un lado y arriesgarnos a vivir de verdad, empezando por buscar ser seres humanos completos. Un ser humano completo no se queja ni necesita interpretar el rol de la víctima en este juego. Por eso mismo “caza” las oportunidades “al vuelo”.Un ser humano completo no critica de forma destructiva por envidia y sentimiento de incapacidad, ni se centra en los defectos de los demás para “sentirse mejor” ilusoriamente. Por eso se responsabiliza de su propia vida y así toma el auto-control de sus impulsos.Un ser humano completo ha escalado primero en la “jerarquía de necesidades humanas” (Maslow, 1943) de su “pirámide interna” hasta alcanzar la autorrealización y de esa manera puede crear lo que quiera crear sin necesidad del miedo a la escasez (presente en todo ser humano que necesita acumular inmensas fortunas desproporcionadas de dinero o que necesita un reconocimiento social y público constante) ni la explotación económica de sus congéneres; aunque tiene adquirido un dominio elevado del juego y por lo tanto, puede emprender cualquier aventura empresarial que marca la diferencia con lo establecido; innovando, inventando y adelantándose así al futuro. Por eso se convierte en un ser humano consciente y conscientemente planifica y conscientemente diseña su vida a cada momento.Un ser humano completo respeta al resto de seres humanos porque se respeta a sí mismo. Por eso enlaza y facilita actitudes de forma espontánea, disolviendo las rivalidades mediante la gestión de los conflictos, gracias al desarrollo de estas capacidades fundamentales para el futuro que viene:1.   La autoestima (saber quererse y respetarse para poder querer y respetar).2.   La asertividad (saber decir NO cuando quieres decir NO).3.   La empatía (ponerse en los zapatos del otro).4.   La inteligencia emocional (dominar el auto-control de impulsos).5.   La resiliencia (tener una correcta auto-gestión del estrés ante situaciones desfavorables).6.   El liderazgo (saber dirigir un colectivo humano unido con fines y propósitos de interés común).Cuando alcanzamos el sexto y último apartado, es cuando hemos “digerido” el peligro y empezamos nuestro viaje desde el aprovechamiento de la oportunidad.Ante la crisis… ¿Nos paralizamos con el anclaje al pasado o nos adelantamos al futuro inventándolo?
Ahora tú decides…

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