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La Cronoviñeta: Larga vida al Detective

Publicado el 26 abril 2012 por Ruta42 @ruta42
La Cronoviñeta: Larga vida al Detective

Ilustración de Matías Noel

La muerte de Batman sobrecogió al mundo del cómic en 2009. Después de Batman R.I.P y Crisis Final, el Guardián de Gotham desapareció para que el manto del murciélago lo recogiera el primer Robin, Dick Grayson. A mucha gente nunca le quedó claro si realmente Batman murió o si había sido enviado a un viaje por el tiempo (o ambas cosas). Pero todo eso no importa. Lo único trascendental de toda la parafernalia mediática fue que Batman desapareció por una temporada, y que a partir de esa premisa Neil Gaiman conformó uno de los relatos más bellos en la historia del personaje.

Amigos, amantes y rivales de Bruce Wayne se reúnen en el Callejón del Crimen para despedir al héroe más grande de todos los tiempos. La llegada de los villanos en sus peculiares coches ya se ha convertido en una escena memorable para cualquier lector aficionado y la presencia de  Joe Chill (el ratero que nunca tuvo que tener nombre), como recepcionista del funeral cierra un círculo perfecto, con frases como “Estuve presente cuando empezó todo señorita Kyle. No voy a perderme el final”. Catwoman y Alfred se toman su tiempo para contar su particular visión del héroe, mientras el cuerpo descansa en un ataúd. Todos narran las diferentes formas en las vieron morir al Cruzado Enmascarado, porque ¿a cuántas situaciones imposibles ha sobrevivido?

Neil Gaiman plasma con sencillez cómo la vida de Batman se ha convertido en un teatro del absurdo. La única lógica se encuentra en la lucha y tenacidad de un personaje que no se ha rendido jamás, y que siempre tuvo clara su identidad como el único capaz de marcar la diferencia en una ciudad corrupta. El propio Batman hace de voz narrativa, acompañado por la presencia de una enigmática mujer, que le incita a que sea él mismo quien resuelva el misterio de su muerte. Nada tiene sentido y todo lo tiene en una historia que juega al despiste con el lector, para llegar a un final que se convierte en una auténtica oda al personaje.

Un homenaje bien logrado

Andy Kubert realiza un trabajo sobresaliente, adaptando versiones y momentos claves en la vida del personaje. Incluso hay sitio para una atractiva Catwoman, con una apariencia muy similar a la de la actiz Joan Bennet, en su época de mujer fatal.  Tampoco faltan las referencias a los diferentes atuendos que vistió Batman en su longeva vida, que ya supera los 70 años. Pero el tributo se extendió, no solo al Caballero Oscuro, sino también a personajes como El Pingüino o a la legendaria visión del Joker de Jerry Robinson. La estética de toda la obra respira melancolía porque cada viñeta ha sido meticulosamente extraída de un gigantesco baúl de los recuerdos, en el que probablemente el único que falte sea el Batmito.

Funeral para un amigo o la conclusión de La noche final fueron historias concebidas para rendir un homenaje a los héroes caídos. Superman y Green Lantern sufrieron una profunda (y polémica) revolución promovida por el desgaste y la disminución en el número de ventas. El kryptoniano volvió de la muerte con melena y un traje negro, mientras que Hal Jordan fue convertido en un villano. ¿Qué le sucedió al Cruzado Enmascarado? no busca ese objetivo, porque en ese aspecto El Detective es intocable. Da igual lo que le hagan editores y guionistas. Pueden asesinarlo, enviarlo de viaje por el tiempo o buscarle un sustituto, pero nunca podrán rediseñar su esencia. Batman representa la lucha incansable por un ideal, y es por eso que su imagen ha trascendido del mundo de las viñetas para formar parte activa de la cultura popular. 

Artículo de Nacho Pillonetto para Ruta 42

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