Revista Cultura y Ocio

La Cueva de Hércules

Por Legionixhispana

Iglesia de San Ginés, Toledo

Ahmed-ar-Razi, también conocido como el moro Rasis, en su obra Crónica del moro Rasis ya desaparecida (siglo X d.C.), nos relata, a modo de vaticinio, el final del reino visigodo y la entrada de los musulmanes a la península, leyenda de la que se hicieron eco cronistas castellanos como Jiménez de Rada (De Rebus Hispaniae) o Alfonso X el Sabio (Crónica General de España) entre otros. En ella se relata que:

Hércules, fundador de Toledo, construyó un palacio en esta ciudad y en él hizo guardar cuantiosos tesoros. Para protegerlos cerró sus enormes puertas con un robusto candado, ordenando, a su vez, que sobre ellas se grabase con letras gruesas la inscripción: “REY, ABRIRÁS ESTAS PUERTAS PARA TU MAL”. También dejó dispuesto que todos sus sucesores, tras alcanzar el trono del reino, colocaran un nuevo candado sin osar a penetrar en el interior so pena de que una gran desgracia se abatiera sobre ellos y sus súbditos.

La Cueva de Hércules

La Cueva de Hércules. Los orígenes de las conocidas como Cuevas de Hércules se remontan a época romana cuando se construye un depósito de agua a cielo abierto, en concreto unos aterrazamientos para salvar los niveles topográficos en esta parte de la ciudad de Toledo.

Fue cumplida esta tradición por todos los reyes godos, quienes colocaban un nuevo candado en las puertas del palacio durante su reinado. Todos excepto uno, don Rodrigo.

Cuando gobernó el susodicho monarca, ascendía a veinticuatro el número de candados colocados en la puerta. Pero don Rodrigo, no sólo incumplió la tradición de poner uno sino que, además, motivado por su codicia y desoyendo a sus consejeros, ordenó descerrajar los portones para penetrar en el interior del edificio.

La Cueva de Hércules

La Cueva de Hércules. Toledo.

El día que se rompió la seguridad de las puertas y se desoía la advertencia inscrita sobre ella, al rey lo acompañaban sus más leales espadas. Ante los ojos de aquellos que incumplieron los designios de Hércules se mostraba una primera sala decorada con bellas estatuas sobre antiguos pedestales y la que parecía estuviese dedicada a la oración. A continuación, una segunda destinada, quizás, a la celebración de ceremonias. Por último la tercera en cuyo pequeño acceso se podía leer: “CUANDO HERCULES HIZO ESTA CASA ANDABA LA ERA DE ADAM EN EL AÑO 4.600”.

Decididos, rey y señores cruzaron esta puerta que daba acceso a la última estancia. En su interior hallaron otra inscripción donde rezaba: “ESTA CASA ES UNA DE LAS MARAVILLAS DE HERCULES”. Justo a su lado observaron un bello pilar y junto a él un arca de fina labra – ennoblecido con oro, plata y piedras preciosas -, que permanecía cerrada gracias a un candado de aljófar. Grabado en letras griegas, un texto advertía: “AQUEL REY QUE EN SU TIEMPO EL ARCA FUERE ABIERTA, NO PODRÁ VER LAS MARAVILLAS ANTES QUE MUERA”.

Ansioso por descubrir los tesoros que en su interior se guardaban, don Rodrigo mandó abrir el cofre. Para sorpresa de todos los presentes, el majestuoso arca no contenía riqueza alguna que admirar ni tomar. No encerraba joyas, ni monedas, ni objetos preciosos, sino únicamente una pieza de tela cuidadosamente enrollada. Ante la estupefacción que supuso este hallazgo, el monarca visigodo la desplegó con cuidado, temeroso de lo que en ella se pudiera advertir.

La Cueva de Hércules

La Cueva de Hércules, Toledo.

A la vista de todos aparecieron pintados sobre el blanco paño unos guerreros vestidos a la usanza musulmana, montando a caballo y portando arcos, aljabas repletas de flechas, así como caladas espadas. Junto a los dibujos descritos, un mensaje advertía: “Cuando sea abierta esta casa y se entre en ella, gentes cuya figura y aspecto sea como los que aquí están representados invadirán este país, se apoderarán de él y lo vencerán…”. Y así fue como los musulmanes penetraron en el reino visigodo ese mismo año.

Llegados a este punto del artículo, te invito a descubrir El desembarco de Tariq. Te encantará.

Las sucesivas Crónicas que se fueron escribiendo a partir de la narrada por Ahmed-ar-Razi nos hablan de aquellos hechos que acontecieron tras desenrollar don Rodrigo la tela custodiada en el interior del arca, además de otros pasajes sucedidos en tiempos posteriores. Continuando con nuestra historia:

La Cueva de Hércules

Bóveda en el solar sobre el que se construyó la Iglesia San Ginés. Cueva de Hércules, Toledo.

La lectura de la tela provocó no pocos murmullos entre los señores que acompañaban a su insensato rey. Asustado y arrepentido, don Rodrigo ordenó salir apresuradamente del palacio y prohibir a los presentes volver a hablar sobre esta cuestión.

Una vez en el exterior, el monarca godo también mandó cerrar nuevamente los portones del edificio y echar los cerrojos para que nadie más osar abrirlos. No habían hecho más que recorrer una corta distancia don Rodrigo junto a su séquito cuando se escuchó un enorme estruendo. Una gigantesca grieta se abrió a los pies del palacio, provocando su hundimiento y completa desaparición.

La Cueva de Hércules

Complejo industrial época Mudéjar. Construcciones de carácter industrial, cuya funcionalidad estaría vinculada con la elaboración de aceite, vino o actividades artesanales. Entre ellas destaca una construcción de planta rectangular, con aspecto de torre y que seguramente conectaba con la cisterna romana. Iglesia de San Ginés, Toledo.

A lo largo de los siglos muchos han sido los temerarios que han intentado localizar los restos del palacio de Hércules y penetrar en su interior, incluso a veces con resultados trágicos.

Narra Salazar Mendoza en la Crónica del Gran Cardenal de España que, en el año de nuestro señor de 1546, quiso el Cardenal Silíceo acallar los temores que el vulgo tenía en torno a la Cueva de Hércules, la cual parecía localizarse bajo el solar de la iglesia parroquial de San Ginés. Según se desprendía del populacho que trabajaba en estos terrenos de la ciudad de Toledo, por las noches se escuchaban gritos y lamentos, por lo que ordenó dicho legado formar una expedición de hombres cargados con provisiones, luces y cuerdas para bajar al interior de la tierra.

La Cueva de Hércules

Restos de alquería en el que corresponde al acceso actual del edificio. Iglesia de San Ginés, Toledo.

Sigue relatando el cronista que después de recorrer más de media legua de penosos caminos y padecer un gélido frío, estos intrépidos hombres sólo pudieron hallar varias estatuas de bronce dispuestas sobre antiguas aras, pero que su empresa se vio finalmente impedida al no poder atravesar una corriente de agua que corría con muchísima fuerza. Tal impedimento fue el motivo que les obligó a regresar y salir a la superficie para narrar lo visto al Cardenal.

La Cueva de Hércules

Frisos y veneras visigodos reutilizados en fachada del callejón de San Ginés.

Poco tiempo después de estos hechos murieron todos los integrantes de la expedición, lo que no hizo más que avivar los temores entre la población. Con idea de disipar definitivamente las supersticiones en corrían en relación a la Cueva de Hércules, el Cardenal Silíceo ordenará tapiar el acceso a la misma.

Autor: Javier Nero.

Notas en relación a la Iglesia San Ginés

La iglesia de San Ginés ha sido asociada a un edificio visigodo de carácter clerical sobre el cual acabaría construyéndose una mezquita (mezquita de Bab al Mardun). También cabría la posibilidad que se tratara de una primitiva iglesia visigoda que hubiese mantenido su función como templo cristiano durante todo el periodo de dominación musulmana, convirtiéndose, por tanto, en una de las iglesias mozárabes de Toledo.

COLUMNA

Columna con capitel e inscripción SEIGENESII procedente de la iglesia de San Ginés y expuesta en Museo Arqueológico Nacional en Madrid.

Poco más se sabe sobre ella. L. Hurtado, en la descripción que realizaba sobre esta iglesia en el año 1576, indicaba:

“… un antiguo y pequeño templo lleno de pilares de la traza de la ermita de la Cruz y es tan pequeña iglesia que sólo una capilla que tiene hecha de un palacio es mayor que toda ella, debajo de esta iglesia empezaba la cueva que llaman de Hércules”, así como que “una capilla que tiene un caballero que se llama Martín de Rojas, que es mayor que toda la iglesia, hay también otras cuatro capillas de particulares ansi en la iglesia como en su corral y cimentario, donde hay morada para el cura”.

Por último añadir que este elemento patrimonial está gestionado por el Consorcio de Toledo y su visita es completamente gratuita.

Bibliografía:

  • Cartelería del yacimiento.
  • Año 711. La invasión musulmana de Hispania (Domingo Domené Sánchez, editorial Laberinto)
  • La aventura de los godos (Juan Antonio Cebrián, editorial La esfera de los libros)
  • Don Rodrigo, el Godo, en los romances (Joaquín Díaz)
  • Leyendas del útltimo rey godo (Juan Menéndez Pidal)
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