Revista En Femenino

La decisión de Soraya o cuentos sobre bajas maternales (Por Ana)

Publicado el 28 noviembre 2011 por Imperfectas
La decisión de Soraya o cuentos sobre bajas maternales (Por Ana)

Erase que se era una mujer repleta de amor. Había conocido al hombre de su vida y, tocada por la varita mágica de su hada madrina, había tenido la suerte de que él también la considerase la mujer de la suya. Juntos habían iniciado una vida nueva, lleva de alegrías y penas, felicidad y problemas, pero juntos todo se podía resolver. Ambos trabajaban duramente no solo para conseguir hacer realidad el sueño de estar juntos, también para sobrevivir. La crisis, la cesta de la compra, la hipoteca, las deudas... feas palabras que ensombrecían la vida de esta pareja. Pero ellos eran valientes, e incluso en estos tiempos de temor, paro y necesidad, ellos decidieron que era el momento de ampliar la familia. Echaron cuentas (qué triste que el nacimiento de un hijo dependa de una cuenta bancaria) y pensaron que ya se las arreglarían, que el futuro bebé compensaría todo. Cuando la mujer contó en su trabajo que estaba embarazada, las amenazas sutiles y no tanto de despido, empezaron a sobrevolar el estado de felicidad en el que se encontraba. La pareja necesitaba el sueldo de ella, y más ahora que iban a ser tres. Y entre alegrías e incertidumbres, llegó su hijita, una gordita maravillosa que comía como una loca y gastaba en pañales lo que no está escrito. Sus padres tuvieron que tomar la decisión más dolorosa del mundo: ninguno de los dos podía tomarse la baja por maternidad o paternidad, imposible si no querían verse en la calle con cualquier excusa absurda a la vuelta de la misma. Así que, a las pocas semanas de nacer, su hija iba cada día a las ocho de la mañana a casa de su abuela con los biberones de leche materna que su madre le había preparado, y allí se quedaba hasta las siete de la tarde, hora a la que unos desfallecidos padres la recogían para volver a llevarla a su cuna.

Erase otra mujer, una mujer importante, dedicada a marcar los destinos de una nación, mano derecha del futuro dirigente de la misma, que en el momento más crucial de la lucha por el poder, se encuentra embarazada. Aún así, ella no deja su empleo hasta el último momento. Se mantiene en pie en mítines, reuniones, conferencias... Muy loable, ya que es lo hacen el 90 por ciento de las mujeres en este país: trabajar hasta el fin del embarazo. Nuestra protagonista da a luz a pocos días de la importante toma de decisión sobre quién va a ocupar el cetro de este país, quién va a decidir sobre el bienestar y la economía de sus habitantes. Finalmente, la suerte o la mala suerte, deciden que sea su líder el que ocupe ese puesto. Ella no lo duda ni un instante: da igual el dinero que tiene, el puesto asegurado a la vuelta, lo que sea, pero ella tiene que estar presente en este momento... y no como una mera trabajadora, si no como aquella que tomará decisiones importantes y definitivas, aunque eso le lleve a estar horas y horas fuera de su casa... ¿y su niño? Bueno, pues para eso sirve el dinero... Pondrá a alguien de su entera confianza a cuidarle... Tiene que tomar decisiones importantes, ella será la que ayudará a su jefe, por ejemplo, a seleccionar a las personas de las que se va a rodear para elabora y llevar adelante leyes que favorezcan, por ejemplo, la conciliación familiar, sí, eso que viene a decir que las empresas deben facilitar el que los padres se puedan ocupar de sus hijos, el que tengan derecho a una baja por maternidad o paternidad sin perder el puesto de trabajo, el que a los niños nos lo críen los abuelos o las nanas... Eso que su partido pregona y propugna, es más, se les llena la boca con grandes palabras cuando hablan sobre ello. Llegar a un estado de bienestar en el que no haya que decidirse por maternidad o trabajo, en el que las empresas favorecen con horarios y facilidades las relaciones familiares... como ocurre en muchos países de Europa. Ese tipo de decisiones... Ella está contenta, sigue figurando, manteniendo su estatus, nadie ha ocupado su lugar en el partido... Y tiene a su niño en casa, al que besa y achucha cuando llega... Del padre de la criatura poco sabemos, solo esperamos, por el bien de los tres, que él si trabaje en una empresa en la que entiendan que un niño recién nacido necesita a sus padres y, él sí, haya cogido su baja por paternidad...

P.D: Pongo este dibujo porque no me apetecía nada poner el careto de Soraya, que se me aparece cada vez que enciendo la tele o leo un periódico...


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