Revista Psicología

La depresión azota la sociedad del siglo XXI

Por Redespress60

La depresión es un disturbio de naturaleza mental que se distingue esencialmente por la continuada presencia de un estado general de decaimiento, abatimiento, desconsuelo y apatía...

La depresión azota la sociedad del siglo XXI

La depresión es la verdadera pandemia de nuestro siglo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualmente más de 350 millones de personas en el mundo sufren depresión, un trastorno que cada año se cobra la vida de aproximadamente un millón de personas. Según la OMS en el 2020 la depresión será la segunda causa de incapacidad en el mundo.

Las proyecciones indican que para entonces la depresión será más peligrosa y destructiva que los accidentes de tránsito y los accidentes cerebrovasculares (ACV) o las enfermedades pulmonares; sus principales víctimas estarán entre quienes tienen 20 y 50 años.La organización advierte que entre los adolescentes de 10 a 19 años es la principal causa de enfermedad y discapacidad por enfermedades asociadas a la depresión y/o por suicidio. A esa edad el problema está asociado con el tabaco, el consumo de drogas y alcohol, el sida, la nutrición, la sexualidad y la violencia.

La investigación de la OMS señala que la enfermedad tiene cura si se detecta de forma oportuna, pero solo el 25 por ciento de los enfermos puede acceder a un tratamiento adecuado. Los especialistas coinciden en que la depresión se puede dar tanto en países desarrollados como otros en vías de desarrollo.

Una de las dificultades más grandes que padecen las personas con esta patología es la incomprensión de su entorno inmediato. La frase más inútil en esta enfermedad es el famoso "ponte las pilas". Esto solo aumenta la desazón en la persona que, entendámoslo de una vez, está enferma y requiere un tratamiento específico que lo ayude a restaurar su calidad de vida perdida. La discriminación de las personas que sufren depresión es un hecho habitual y constatado. Los expertos alertan de que sufrir discriminación empeora el pronóstico de las enfermedades mentales y contribuye al aislamiento social y profesional de los enfermos.

Es importante fomentar una actuación eficaz en todas las políticas pertinentes para aumentar la sensibilización de la población y estimular la inclusión social y la equidad, y luchar contra los prejuicios.

La depresión azota la sociedad del siglo XXI

La depresión

La depresión es una de las patologías más frecuentes que muestra nuestra sociedad moderna, donde son comunes la baja anímica y sensaciones perennes de melancolía y tristeza. Estos desórdenes del ánimo se encuentran conectados directamente con diversas perturbaciones de la conducta y una gran cantidad de pensamientos negativos recurrentes.

Es importante resaltar que todos los seres humanos podemos vivir episodios de desánimo, tristeza o decaimiento, ya que esto forma parte de nuestra naturaleza. Tener diversos tipos de emociones es un proceso, sano y normal. Sólo si nuestros episodios de desánimo o tristeza se prolongan por un lapso aproximado de seis meses, pudiéramos considerar que probablemente estemos padeciendo algo mucho más complejo que la normal emoción de la tristeza. De ser así, es menester consultar con un especialista en la materia, para recibir el diagnostico respectivo y así determinar si tenemos depresión y recibir a tiempo toda la ayuda que necesitamos para superar esta difícil condición.

Hay que tener en cuenta que la depresión es una condición multifactorial, su presencia depende de muchos factores de índole variada entre ellos factores hereditarios, factores orgánicos y factores vinculados a nuestro entorno son puntos a analizar para descubrir el origen de la depresión. La depresión se ha convertido en un flagelo a nivel mundial y no discrimina por edad, sexo o entorno socioeconómico o sociocultural. Cualquier persona puede sufrir depresión y por ello es muy importante activar los mecanismos de prevención necesarios y crear efectivas campañas de concienciación al respecto para que todos contemos con la educación adecuada respecto al tema.

La depresión azota la sociedad del siglo XXI

Causas

Las personas deprimidas muestran niveles muy altos de cortisol y de varios agentes químicos que actúan en el cerebro, como los neurotransmisores serotonina, dopamina y noradrenalina. Muchos son los elementos que intervienen el hecho de que determinada persona pueda llegar a deprimirse o no. Entre estos elementos también podemos hallar elementos de carácter hereditario.

Es probable que si alguna persona en tu familia han padecido depresión, tú también puedas llegar a sufrirla por una razón genética. También puede ocurrir que la producción de los neurotransmisores o sustancias que genera el cerebro para mantener el estado mental y físico en óptimas condiciones sufra un desequilibrio, y esto origine en ti una depresión de carácter netamente químico.

Otra posible causa de la depresión tiene que ver con la luz solar y los cambios de estación. Si tienes muy poca exposición solar, puedes también llegar a sentirte deprimida, esto se debe a que la luz solar posee vitamina D, y dicha vitamina es una materia prima muy importante y necesaria para la producción de fundamentales neurotransmisores. Por ello es muy frecuente que en los meses de invierno ocurra un descenso muy marcado en nuestro estado de ánimo y podamos llegar a sentirnos más decaídos y melancólicos de lo habitual.

También una persona con una perenne actitud negativa ante la vida, una persona llena de quejas, o alguien muy irritable puede estar a un paso de sufrir depresión. Ya que el exceso de pensamientos negativos continuados puede llegar a condicionar nuestro cerebro y arrastrarnos a una depresión grave. Igualmente los desajustes de tipo hormonal pueden ser causantes directos de los trastornos depresivos.

Vivir sucesos dolorosos como la pérdida y posterior ausencia de un ser querido, pasar por un divorcio, estar desempleado, o estar sometidos a largos e intensos periodos de estrés, puede generar la condición depresiva.

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Síntomas

Para alcanzar el diagnóstico de la depresión al igual que de cualquier otra enfermedad es necesario seguir una serie de pasos, entre ellos recabar, ordenar y analizar información respecto al paciente. En primer lugar se deben conocer en detalle los signos o síntomas que presenta la persona que probablemente tiene depresión.

Solamente un médico psiquiatra está debidamente autorizado para aseverar que una persona tiene depresión. Para que alguien sea diagnosticado con depresión los síntomas deberán ser suficientemente palpables y se debe demostrar que los mismos están obstaculizando el desarrollo normal de la vida del paciente.

Si una persona tiene constante pensamientos relativos a su propia muerte y decaimiento total debe buscar ayuda médica de inmediato para que reciba un tratamiento de emergencia. Lo que debemos saber es que mediante los tratamientos adecuados los síntomas depresivos van a ir desapareciendo uno a uno y podrá la persona ir recuperando en forma progresiva su estado mental normal y saludable. El cuadro clínico que podemos observar en la depresión es el siguiente:

  • Melancolía o profunda tristeza.
  • Conflicto o imposibilidad de recrearse y gozar de circunstancias que anteriormente generaban contento.
  • Sensación de culpabilidad.
  • Desprecio a sí mismo.
  • Irritación permanente.
  • Preocupación.
  • Perdida de concentración.
  • Bajo rendimiento intelectual.
  • Imposibilidad de enfrentar y solventar dificultades habituales.
  • Sentimiento de inferioridad.
  • Incertidumbre excesiva.
  • Ideas obsesivas.
  • Baja laboral.
  • Pésimas calificaciones.
  • Conatos suicidas.
  • Lentitud motora.
  • Insomnio
  • Poca energía
  • Poco o nulo deseo sexual
  • Vértigos y migrañas

Entre los síntomas físicos de la depresión encontramos: dolores crónicos en diversas zonas del cuerpo, cefaleas, dolencias musculares, problemas estomacales, insomnio, excesiva somnolencia, alteraciones en el apetito (aumento o disminución del mismo), dolor intenso en el pecho, mareos, vértigos o desvanecimientos. Entre los síntomas psicológicos de la depresión encontramos: sensación de tristeza perenne y nula deseos de consolidar metas personales, llantos intempestivos, sensación de temor y auto- desprecio.

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Tipos de depresión

  • La depresión mayor se manifiesta por una combinación de síntomas que interfieren en la capacidad de las personas para trabajar, estudiar, dormir, comer y disfrutar de actividades que, en circunstancias normales, deberían resultar placenteras. La depresión suele ocurrir una vez, pero es una enfermedad que suele provocar recaídas a lo largo de la vida.
  • La distimia es un tipo de depresión menos grave. Los síntomas se mantienen a largo plazo, pero no evitan la actividad de las personas. También puede ser recurrente, es decir aparecer más de una vez en la vida.
  • El desorden bipolar es el tercer tipo. También se denomina enfermedad maniaco-depresiva. La prevalencia de esta patología no es tan alta como las dos anteriores. Se caracteriza por cambios de humor. Estados de ánimo muy altos se ven sucedidos por otros muy bajos. Estos cambios son bruscos a veces, pero lo más frecuente es que sean graduales. En el ciclo de depresión, las personas tienen alguno o todos los síntomas de un problema depresivo.
  • En el ciclo maniaco, pueden sentirse hiperactivos, excesivamente locuaz y con demasiada energía. A veces la manía afecta al pensamiento, el juicio y el comportamiento social del individuo. Si la manía se deja sin tratar puede llevar a un estado psicótico. Si la manía no se trata puede empeorar y provocar un estado psicótico.
  • Depresion post-parto. Alrededor del 10 o 15 por ciento de las nuevas madres lloran constantemente, se sienten terriblemente ansiosas, no pueden dormir e, incluso no son capaces de tomar decisiones sencillas.Es lo que se conoce como depresión post-parto. La depresión post-parto es una deformación severa del baby blues, un problema que sufren las dos terceras partes de las madres que se manifiesta con un poco de tristeza y ansiedad. Algunas madres sufren una ruptura total, denominada psicosis post-parto. Las razones por las que se produce no están muy claras. Puede ser el estrés, el desajuste hormonal producido durante el embarazo y el posterior parto (las hormonas femeninas circulan abundantemente durante el embarazo y caen bruscamente después). Además, durante el embarazo suben los niveles de endorfinas, una molécula humana que hace que el cuerpo se sienta bien. Esta molécula también decae tras dar a luz. Entre los principales síntomas de la depresión post-parto destacan la tristeza profunda, el insomnio, el letargo y la irritabilidad.

Por último, haber padecido una depresión aumenta el riesgo también. Existen diversos tratamientos. Uno de los más utilizados es la terapia grupal, aunque en ocasiones también es necesario tomar antidepresivos. Respecto a estos fármacos, existe cierto medio de que se puedan transmitir al niño a través de la leche. En general, el único fármaco que da problemas es el litio, que sí se introducen en la leche, por lo que es necesario dejar de amamantar.

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Tratamientos

El ambiente que rodea a una persona que sufre depresión es fundamental para lograr su rehabilitación. La comprensión y el cariño de los familiares y allegados es importante, como lo es la paciencia, puesto que la falta de ganas y motivación de los enfermos puede provocar la desesperación. Sugerir y no ordenar actividades, proponer y no imponer conversaciones son apoyos básicos a la terapia impuesta por los profesionales. Uno de los problemas más importantes que presenta este grupo es el abandono de las terapias, por lo que es fundamental inducirle a seguir el tratamiento hasta el final.

El tratamiento contra la depresión es de dos tipos: farmacológico y psicoterapia. Dependiendo del problema puede ser necesario uno u otro, o una combinación de los dos. Cuando los casos son graves existe otro tipo: la terapiaelectroconvulsiva o electroshock. En general, el tratamiento farmacológico es necesario. En una primera fase se medica de forma intensa al enfermo para conseguir que los síntomas desaparezcan y se pueda iniciar la recuperación del enfermo. En una segunda fase se suministran fármacos para impedir la manifestación de la enfermedad.

    Tratamiento farmacológico con antidepresivos: Los antidepresivos se utilizan para corregir desequilibrios en los niveles de las sustancias químicas del cerebro, especialmente la serotonina, un químico cerebral que transmite mensajes en el área del cerebro que controla las emociones, la temperatura corporal, el apetito, los niveles hormonales el sueño y la presión sanguínea. Los antidepresivos actúan incrementando los niveles de serotonina en las células del cerebro. Cada clase de antidepresivos lo hace de una forma distinta. No suelen provocar dependencia. Normalmente tienen efecto entre tres y seis semanas después de iniciar el tratamiento. Si no se han producido avances en este tiempo, el médico suele optar por cambiar el tratamiento, añadiendo más dosis u optando por otro antidepresivo. Entre sus efectos secundarios más comunes se encuentran el insomnio, nerviosismo, disfunción sexual, nauseas, mareos o aumento de peso.

    * Psicoterapia: Su fin es ayudar al paciente a conocerse mejor y cambiar sus malas formas de pensar, sentir y actuar.

    * Terapia electrocompulsiva: Se utiliza cuando el paciente no puede tomar medicación o no mejora con ella; cuando el riesgo de cometer el suicidio es alto o si existe debilitamiento por otra enfermedad física.

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Prevención

  • Aparte del tratamiento farmacológico o psicoterapéutico es importante, una vez que haya hecho efecto y que el paciente sienta que ha mejorado su condición, que se sigan ciertos consejos o modos de vida.
  • Tener pensamientos positivos.
  • Cuidar la salud y la apariencia física
  • Mantener un calendario diario uniforme
  • Reanudar las responsabilidades forma lenta y gradual
  • Aceptarse a uno mismo. No compararse con otras personas que considera favorecidas.
  • Expresar las emociones
  • Seguir en todo momento y hasta el final el tratamiento impuesto
  • Reunirse periódicamente con el terapeuta
  • Comer una dieta equilibrada
  • Hacer ejercicio físico
  • Intentar mantener contacto con la naturaleza
  • Mantenerse alejado de las redes sociales
  • Escuchar música motivadora y moverse a su ritmo dejándose llevar... 😊

Tenemos que recordar que cualquier problema igual que llegó se tendrá que marchar, de eso trata la vida. Las soluciones llegan a través del ánimo constructivo, el análisis y la claridad el pensamiento. Al fin y al cabo nos convertimos en lo que pensamos. 😊

Fuentes e imágenes : Unísima // CuídatePlus // PrevenciónWorld


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