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La desfachatez de los presidentes de clubes de fútbol españoles es supina

Publicado el 26 enero 2014 por Aposilio @aposilio

Los aficionados deberían pedir responsabilidades a los dirigentes que engañan a sus socios (Rosell y Florentino), que culpan a otros de sus errores (Salvo), que llevan a la ruina a sus clubes (Lendoiro y Lopera) y, sobre todo, sacarles los colores públicamente a todos los que han tenido la desvergüenza de pedir el indulto para Del Nido


La desfachatez de los presidentes de clubes de fútbol españoles es supina

Fuente: number1sport.es

Lo de los presidentes de los clubes de fútbol españoles no tiene nombre. O sí: su desfachatez es supina. Forman una calaña que se cree por encima del bien y del mal. Las leyes, las normas y la ética no son para ellos. Se creen que pueden hacer lo que quieran, sin tener que dar cuentas a nadie. Como se sienten la representación máxima de un sentimiento, se refugian en este noble objetivo para campear a sus anchas y actuar de forma déspota y vergonzosa, porque quieren hacer ver que ir contra ellos es atacar a unos colores que supuestamente defienden. Y esta áurea de impunidad en la que se manejan es, en gran parte, culpa de los aficionados, que se muestran permisivos con los continuos desmanes de estos prepotentes madamases, a los que se les exculpa porque, si perjudican al rival, todo vale. Y no tiene que ser así. Al contrario, debería exigírseles ser ejemplos impolutos de honradez y entrega inteligente, y en caso de no ejercer como tal, se les debería reclamar el máximo de responsabilidades. Más o menos, lo mismo que la ciudadanía de este país debería solicitar a sus políticos, y que, de momento, está muy lejos de ser una realidad. Estos últimos ya están desprestigiados, mientras que los regidores del balompié hispano todavía disfrutan de un prestigio totalmente inmerecido.

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Fuente: ccaa.elpais.es

Esta diatriba en contra de los máximos responsables de los clubes de fútbol españoles obedece al gran número de abusos, injusticias y sandeces que han dicho y hecho en los últimos días. Comenzando por el ridículo protagonizado por el presidente del Barcelona, Sandro Rosell, en el caso Neymar, siguiendo por el populismo y la bravuconería propagada por el del Valencia, Amadeo Salvo, en contra de Bankia, y acabando por lo más vergonzoso de todo: el apoyo casi unitario de los presidentes al condenado Del Nido, plasmando su firma en la petición de indulto para un delincuente que quiere evitar la cárcel tras haber sido condenado en sentencia firme por malversación y prevaricación: nada menos que por haber cobrado más de dos millones de euros a Ayuntamiento de Marbella con facturas falsas por actividades que nunca hizo. Y se puede seguir con acciones pretéritas tan indignas como el engaño de Florentino Pérez a sus socios en el precio del fichaje de Gareth Bale, o el descaro de César Lendoiro de dejar al Deportivo cerca de la desaparición por su deuda galopante asegurándose de que no le puedan pedir responsabilidades por su nefasta gestión, o la chulería de Lopera, que  está cerca de ser condenado por haberse enriquecido todavía más con su gestión en el Betis, dejando al club en la más absoluta ruina. Y en todos los casos, sin que los aficionados de sus respectivos equipos les haya sacado los colores ni una sola vez. Es más, les aplauden o les comprenden cuando no les queda más remedio que abandonar sus cargos.

La desfachatez de los presidentes de clubes de fútbol españoles es supina

Fuente: goal.com

Comencemos por el caso más actual, el de Sandro Rosell en el Barcelona. En tres días no solo se ha visto obligado a abandonar la presidencia, sino que además de demostrar que es un mal gestor, ha quedado como lo que es: un mentiroso. En menos de 24 horas, el coste del fichaje de Neymar por el conjunto azulgrana ha pasado de "51 millones y punto", como aseguró el ya ex presidente en su despedida, a los 85 millones que hizo público su sustituto, José María Bertomeu, en su estreno en el cargo, cifra esta todavía lejana de los 95 que el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz está investigando por tener indicios de que este es su precio real. Rosell debería pagar ante la justicia si se demuestra que ha cometido delito de apropiación indebida en modalidad de distracción, y ante los socios, por su engaño. Es evidente que cuando llevó a cabo esa oscura operación, pensaba mentir premeditadamente. No solo sacó pecho por arrebatarle el fichaje al todopoderoso Florentino Pérez, sino que, además, quiso presumir de hacerlo por una cantidad irrisoria. Y esa estupidez y prepotencia la ha pagado ahora con la dimisión del cargo más envidiado por la gran mayoría de los catalanes, con el ridículo mundial y con la pérdida absoluta de prestigio. Y en lugar de ser aborrecido por la masa social culé por el evidente daño infringido al club, le aplaudirán y animarán por haber logrado, da igual cómo, el fichaje de la estrella brasileña.

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Fuente: telecinco.es

Un caso parecido de engaño a los socios, aunque con menor repercusión porque, de momento, no se ha encontrado nada ilegal, es el del presidente del Real Madrid en el fichaje de Gareth Bale. El mandamás blanco repite una y mil veces que pagó 91 millones por el galés. Pero los responsables del Tottenham aseguran que el club blanco abonó 101 millones. Y todo este montaje y embustes para que Cristiano Ronaldo no se encele y deje de ser el fichaje más caro de la historia. ¡Alucinante! Tener que ser deshonesto con la masa para evitar celos. Cuando el Madrid contrató a Zinedine Zidane, también se creó una fuerte polémica por las dudas sobre el precio. Y Pérez no dudó en dar pelos y señales del contrato, incluyendo las comisiones que tuvo que afrontar para ver vestido de blanco al centrocampista más elegante que ha dado este deporte. Si hoy en día no ha hecho lo mismo con el de la estrella británica, por algo será. Pero esta desvergüenza tampoco va a tener castigo por parte de los seguidores blancos, que dan por bueno dichas minucias a cambio de disfrutar de las correrías de este gran futbolista.

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Fuente: lejosdeltiempo.worpress.com

En Valencia tenemos otro caso actual de impudicia aplaudida. Resulta que el club che debe a Bankia más de 230 millones de euros, incluidos 75 del préstamo que este banco dio a la Fundación del Valencia para acudir a la ampliación de capital que la entidad llevó a cabo en 2009 y poder seguir teniendo la titularidad del club. Como era de esperar, la fundación no ha pagado ni una letra, y la entidad financiera reclama su dinero, que estaba avalado por la Comunidad valenciana. Como nadie paga, Bankia está buscando comprador para el cuarto equipo más laureado del fútbol español. Pero a su ínclito presidente, Amadeo Salvo, no se le ocurre otra cosa que reunir a miles de socios en Mestalla para arremeter contra el principal acreedor del club con argumentos populistas que enervaron a la masa, pidiéndole responsabilidades por buscar una salida a la inviabilidad económica de la entidad. Resulta que la culpa del caos financiero del Valencia es de la compañía asentada en Madrid, en lugar de la nefasta gestión de sus presidentes. Pues varios miles de fieles corearon el nombre de Salvo y pusieron a parir a Bankia. ¡Inconcebible!    

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Fuente: marca.com

Se puede continuar esta relación de despropósitos con el jeta de César Augusto Lendoiro, presidente del Deportivo de A Coruña durante 25 años que ha dejado en la más absoluta ruina al club gallego, con una deuda de 160 millones de euros. Esta desorbitada cantidad es obra exclusiva del descarado presidente gallego, que ha maquillado impúdicamente las cuentas año tras año sin que nadie hiciera lo más mínimo por desvelar tan nefasta gestión. Solo la presencia de los administradores judiciales, tras declararse el concurso de acreedores, ha dado luz a esta situación cercana a la quiebra. Y para más inri, el ya ex presidente gallego no ha dudado en dificultar la viabilidad del club de sus amores para evitar que le pidan responsabilidades penales por su nefasta gestión. Ha manejado los hilos hasta el último día para que se firme un convenio con los acreedores en el que la quita es solo del 30% de la deuda, en lugar del 50 o 60% que han disfrutado otros clubes en esa situación, además de alargarla en decenas de años. ¿Por qué? Simplemente para evitar acabar en la cárcel. Y los seguidores deportivistas todavía le aplauden y jalean. Y si el Dépòr desaparece, la culpa se la echarán al cha-cha-chá.

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Fuente: ondacero.es

Y por último, el mayor signo de escarnio que podían protagonizar esta banda de presidentes iletrados: se sienten tan envalentonados por lo que representan que no han dudado en firmar la petición de indulto para su ex colega sevillista José María Del Nido, condenado en sentencia firme a siete años de cárcel por cobrar honorarios irregulares por valor de más de dos millones de euros al Ayuntamiento de Marbella. Sólo los presidentes de Athletic, Betis, Málaga y Osasuna, en Primera División, y Sporting y Eibar, en Segunda, no ratificaron con su firma tan desvergonzada propuesta, impulsada por el presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, y el de la Liga de Fúbol Profesional, Javier Tebas, dos individuos de dudosa reputación. Es concebible que el reo intente evitar ir a prisión, pero que sus colegas de profesión lo justifiquen como si no hubiera hecho nada recriminable debería ser penado. Además, los argumentos de la petición son tan profundos como que el delito lo cometió hace mucho tiempo y que tiene hijos pequeños. ¡De risa"! Si bien, la causa real de esta disparatada solicitud la explicó ¿involuntariamente? el presidente del Granada, Enrique Pina, quien afirmó sin el más mínimo sonrojo: "Esas acciones no son para ir a prisión". Solo le faltó añadir que la cárcel es para los que roban para comer. Eso es lo que todos los de su calaña quisieran, hacer y deshacer a su antojo, ejercer de delincuentes de cuello blanco sin el riesgo de acabar entre rejas. Es de espera que la justicia ciega, sorda y muda no se deje impresionar por las bravuconadas de tanto impresentable.

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