Revista Opinión

¿La desigualdad es contraria a la igualdad?

Publicado el 29 marzo 2012 por Jorge Gómez A.

Elbrutal crimen de Daniel Zamudio, y si la no existencia de una LeyAntidiscriminación puede ser considerada un elemento causal del mismo, hacomenzado avivar un viejo y más profundo debate en torno a la desigualdad y laigualdad. En diversos sitios, se pueden leer opiniones divergentes con respectoa esto, e incluso -irónicamente- intolerantes en torno a expresiones distintas.
Unaspecto relevante es que el debate en torno a la igualdad, siguedesarrollándose y considerándose saldado en base a ciertas etiquetas y no enbase a argumentos necesariamente. Así, se presume en términos absolutos, que laigualdad es un valor en sí, que debe ser llevado al máximo, o que la Desigualdad es undesvalor que debe ser suprimido. Al revés ocurre lo mismo, algunos ven laigualdad como un desvalor y la desigualdad como un valor. Todo adornado conetiquetas varias -fascista, comunacho, derechista, izquierdista- según elinterlocutor y la idea que enarbole.
Lointeresante es que en el caso de Daniel Zamudio, no se respeto ni la igualdad ala que él tenía derecho, ni la desigualdad a la que también tenía derecho comoun ser único.
Nose respetó el derecho a la igualdad en su sentido más básico, en cuanto a quesu vida debe ser respetada como lo merece la existencia de todo ser humano, entanto dueño de su cuerpo y su vida. Si alguien no respeta ese aspecto básico deotro, no puede luego hablar de extender otros derechos, menos de igualdad.
Tampocose respetó su derecho a la desigualdad. Es decir, de ser, pensar, sentir yactuar distinto a otros, y de ser respetado de manera igual como un ser humanoúnico desde esa diferencia. No se respetó su derecho a ser distinto y por tantorespetado de manera igual que el resto.
Unacuestión triste e irónica, es que quienes golpearon brutalmente a Daniel, nosólo no lo vieron como un igual en tanto ser humano, sino que simultáneamente,llevan a cabo su acto valoran el igualitarismo, porque entre otras cosas,tienen como dogma central, establecer una sociedad donde presumen que todos debenser, pensar, sentir, creer y actuar igual. Es decir, tienen un dogma que noacepta ninguna clase de desigualdad, ninguna diferencia.
Lointeresante es que al pensar qué harían estos tipos si tuvieran poder, lo másprobable es que impondrían por ley –por coacción- su pretendida igualdad racial,persiguiendo a todo aquel que fuera desigual o que cuestionara su dogma deigualdad o las formas en que lo imponen. En otras palabras, estarían quebrandoel principio de igualdad ante la ley, pasando a imponer su igualdad particular,a través de la ley.
Loanterior implicaría una cosa clara, llevarían a extremos intolerantes yclaramente totalitarios, la instauración de su paraíso igualitario. La igualdadperdería valor en sí, para volverse un instrumento del despotismo de unoscuantos.
Poreso, al hablar y discutir sobre igualdad y desigualdad, hay que tener presenteque todos somos iguales en tanto seres humanos, por tanto, tenemos derecho a pensar distinto y actuar distinto, incluso conrespecto a ese tema. En ese sentido, tenemos derecho a ser desiguales.

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