Revista En Femenino

La desnuda verdad de mi cuerpo

Por Nosoysuperwoman
Estaba leyendo el periódico en el Pc del trabajo a mediodía, intentando desconectar un poco de mi día de perros, y tratando de no hundirme más con las noticias espantosas del día, cuando un pequeño artículo (un post en realidad) me llamó la atención y lo leí. Se llama " A los 59, la desnuda verdad de mi cuerpo" y lo puede leer aquí.

En él, su autora escribe sobre una cita que ha tenido con un hombre con el que llevaba saliendo un tiempo y la reacción de él tras el momento en que deciden dar el paso de irse juntos a la cama. La reacción de él, que advino de la misma edad que ella, es de casi asco debido a sus arrugas, a sus falta de firmeza, a "los estragos" que la edad y el paso del tiempo han hecho en su cuerpo. Y para evitar esta respuesta por su parte, ya que intelectualmente conectan, le propone "disfrazarse", esconder esas imperfecciones.¿El resultado? Me refiero a la reacción de ella. Pues eso es para mí lo realmente admirable del post. Si hubiese sido yo, me habría hundido. Sinceramente. Llevo mal el paso del tiempo, y me limito muchas veces a mirar atrás con nostalgia de algunas cosas: ese trasero grande y respingón pero firme, ese pecho pequeño pero alto que podía llevar sin sujetador a veces. Mis brazos, que ahora me obligo a recordar que debo dejar pegados a los laterales cuando saludo con la mano a mis hijos para que la parte inferior no baile a su independiente ritmo.... Y cuando pienso en el futuro, físicamente hablando, me da mucho miedo. La decrepitud del cuerpo, el desgaste....De nuevo empiezo a fustigarme con ideas que sé que no me hacen ningún bien, aunque escondan realidades: tengo que ponerme a dieta, hacer ejercicio, doy asco, no puede ser, vaya vergüenza de aspecto....Pero nunca hago nada. Nada salvo castigarme mentalmente.Ella, la autora del post, hace un ejercicio tremendamente duro para mí, que decidí imitar: ponte ante un espejo y mírate. Pero mírate de verdad. Uf. Duro, sí, porque lo que ves en frío es un cuerpo. Uno cualquiera, que además, por el simple hecho de ser tuyo, merece más críticas que si fuese ajeno.  Esas piernas de las que siempre has tenido complejos ahora ya es imposible enseñarlas. Esa cintura que en su día fue estrecha y de avispa, hoy es más ancha, más redonda. La piel, que siempre te habían dicho que era suave y sin imperfecciones, ahora empieza a no serlo tanto: pecas, pequeños granitos.... La verdad es que casi me pongo a llorar. ¿en qué momento me he convertido en esto? ¿cuándo ha ocurrido que crecer ya no es sólo una cuestión de celebrar cumpleaños y ser más alta,  y se ha convertido en una cuesta abajo? Pero en ese momento, entró mi marido en el cuarto y yo comencé a hacer un gesto rápido para disimular la lágrima que amenazaba con escapar, y ponerme el pijama. Él se puso a mi espalda, frente al espejo, y me abrazó. Sólo eso. Pero un abrazo cargado de significado y de sentimientos. Y comprendí que él no me ve igual. (obviamente no es ciego, tonto, no se engaña. Ve lo que hay, pero es incapaz de desligar la parte física de la que no lo es, y siente amor por lo que ve). Entonces, entendí lo que el post decía: nuestro cuerpo es parte de nosotros, y el paso del tiempo le afecta, lógicamente. Pero las huellas que deja ese tiempo en nosotros no son sólo físicas. Son marcas de vida, y, en el fondo, todo un logro. Si pasa el tiempo es porque tienes la posibilidad de seguir aquí, añadiendo años y vivencias a tu vida. Viviendo. Disfrutando. Peleando.  Nuestra mente es poderosa, más de lo que creemos. Quiero cuidarme, dejar de ser la que se sienta en el sofá y espera convertirse en modelo por arte de magia y cambiar a la que hace ejercicio. Dejar de ser la que sólo ve lo malo que tiene, y no consigue apreciar las cosas buenas. Aceptarme. Por dentro y por fuera.Creo que esto es lo que te lleva a sentirte bien contigo misma y hace que alcances eso de lo que habla mucha gente y a mí me suena un poco a tópico: Plenitud. Respeto por una misma. Porque estoy convencida de que todo lo que tú sientas, se proyecta en la imagen que das a los demás. Tengo que ser fuerte.Tengo que quererme más. Tengo que ser yo.



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