Revista Bolsa

La destrucción creativa

Publicado el 29 junio 2015 por Monedarota @Monedarota

"El día 1 de septiembre de 1730, entre las nueve y las diez de la noche, la tierra se abrió en Timanfaya, a dos leguas de Yaiza... y una enorme montaña se levantó del seno de la tierra"

Tan sólo estas líneas que inician el testimonio del párroco Lorenzo Curbelo sobre la erupción del Timanfaya en la isla de Lanzarote muestran cómo la naturaleza es capaz de transformarlo todo de un momento a otro, y sin previo aviso.

Siempre he pensado que la economía tiene mucho de ciencia natural. En muchas ocasiones, la economía encuentra en la naturaleza numerosos símiles en su comportamiento que permiten ayudar a entender mucho mejor cómo funciona. En una economía capitalista, las empresas potentes y las que mejor se adaptan sobreviven, mientras que las empresas débiles mueren. ¿No existe acaso una especie de selección natural también en la economía? Sabemos que tanto la tierra como la naturaleza y hasta el propio ser humano han evolucionado mucho desde los orígenes. ¿Acaso no ocurre lo mismo con la economía? ¿Hasta qué punto su transformación no puede deberse a su evolución "natural"? Y en ese caso, ¿qué efectos en concreto genera esa transformación "natural"?

Los aspectos relacionados con la supervivencia de empresas y sus efectos macroeconómicos han sido estudiados en la literatura económica desde hace tiempo. La entrada y salida de empresas dinamiza la economía, al conseguir que aquellas empresas que son menos productivas desaparezcan, liberando una serie de recursos que permiten a las nuevas empresas poder ser más eficientes. Este proceso es conocido en la literatura económica como "destrucción creativa".

Joseph Schumpeter fue uno de los primeros en hablar del concepto de destrucción creativa , en tanto en cuanto la economía capitalista, para él, era como una guerra. Él definía el capitalismo como una forma de cambio, que no puede ser estacionaria de ningún modo. ¿No es exactamente lo mismo que ocurre con la naturaleza? En este punto, la innovación y la adaptación al cambio son fundamentales para sobrevivir. De este modo, con la rápida evolución que adquieren las cosas, tal y como dijo Schumpeter, un sistema que empleara recursos de forma óptima podría incluso pasado un tiempo resultar inferior a otro sistema que no fuera óptimo pero que sin embargo se adaptara mejor al entorno o que fuera más innovador.

Durante la última crisis económica, en España ha tenido lugar una reasignación de recursos entre empresas que ha generado recientemente una recuperación de la productividad en todos los sectores económicos. Esta reasignación de recursos puede estar causada por dos vías principales: la que procede de las propias empresas activas, o aquella generada por la creación y destrucción de empresas. Así, las ganancias de productividad pueden deberse a que realmente las empresas sean más productivas o a un traslado de la productividad interna o reasignación de recursos dentro de los propios sectores, haciendo que aquellos sectores más productivos tengan más peso (por ejemplo, se incremente el empleo en ellos) o porque las empresas menos productivas de los sectores menos productivos desaparezcan.

Figura 1: Tasa de entrada y salida de empresas (1998-2013)

La destrucción creativa

En España se puede observar que la creación de empresas superaba a la destrucción hasta 2007, año en que, como consecuencia de la crisis económica, la destrucción de empresas se aceleró notablemente, a la vez que se redujo la creación, observándose una caída neta del número de empresas desde 2008 a 2012. A nivel sectorial, también se ha observado una enorme disparidad en la evolución de la creación y destrucción de empresas durante este periodo. En el sector de la construcción y los servicios, por ejemplo, a raíz de la última crisis económica, la caída en las tasas de entrada y el incremento en las tasas de salida fueron muy superiores al de otros sectores como la industria.

Esta destrucción de empresas se ha concentrado en las empresas menos productivas. Por tanto, en nuestro país ese incremento de la productividad dada la asignación más eficiente de recursos que ha tenido lugar entre empresas desde el inicio de la crisis económica estaría pues relacionada con la desaparición de las empresas menos productivas, como atestigua el Banco de España en su Informe Anual sobre 2014. En el ejercicio econométrico que se realiza, se analiza bajo el supuesto hipótetico de que se hubieran mantenido constantes las medidas de eficiencia intrasectorial en el nivel de 1995, durante el periodo 2008-2012 el crecimiento medio de la productividad habría sido 1,5 puntos porcentuales inferior. De ello se deduce que la crisis ha favorecido a las empresas más productivas permitiendo la recuperación de esta variable.

Por tanto, en España tenemos un ejemplo de que, tras una crisis económica, la supervivencia de las empresas más productivas puede tener efectos positivos en la productividad a través de la reasignación de recursos productivos. En este sentido, la última gran recesión ha favorecido a las empresas más productivas y ha permitido una recuperación de los niveles de productividad de la economía. Esto nos recuerda lo importante que es para las empresas la innovación y la capacidad para adaptarse a entornos y a situaciones cada vez más cambiantes. Como, en definitiva, para las personas.

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