Revista Cultura y Ocio
El pie izquierdo no me quiere hacer ni caso. Yo le pido que avance, que adelante al pie derecho y se apoye sobre la tierra enlodada del camino. Con fuerza. Pero en mi sueño mi pie se niega y todo mi cuerpo se detiene, como cuando de chicos alguien gritaba “¡Estatua!”y no podías moverte.
Así es siempre mi sueño antes del ruido, antes de despertarme y recordar lo que pasó: que mi pie izquierdo avanzó, que adelantó al pie derecho, que se apoyó sobre la tierra enlodada del camino. Con fuerza. Obediente y disciplinado. Entonces escuché la detonación. Dicen los soldados que no pudieron encontrar rastro de mis botas por ningún lado.
María José Villarroya
Así es siempre mi sueño antes del ruido, antes de despertarme y recordar lo que pasó: que mi pie izquierdo avanzó, que adelantó al pie derecho, que se apoyó sobre la tierra enlodada del camino. Con fuerza. Obediente y disciplinado. Entonces escuché la detonación. Dicen los soldados que no pudieron encontrar rastro de mis botas por ningún lado.
María José Villarroya