Revista América Latina

La Dictadura enferma de sí misma

Publicado el 21 mayo 2015 por Ángel Santiesteban Prats @AngelSantiesteb

Angel cuando le fracturaron el brazoA la dictadura no le ha bastado encarcelarme, ni haber preparado por cuatro años y medio una causa donde no pudieron mostrar en mi contra ni una sola prueba en su juicio amañado. Tampoco, que en la condena hayan elegido un inciso que no me correspondería ni en el supuesto caso de ser responsable del delito que me endilgaron. La intención era socavar mi imagen, tildándome de abusador de género, para así manipular a la opinión pública contra mí, en aras de acallar la fuerza alcanzada por mi voz crítica a partir del momento en que abrí mi blog “Los hijos que nadie quiso”.

Prueba de las mentiras de ex pareja Kenia Diley Rodríguez
La primera víctima que eligieron los policías políticos fue una ex pareja, de quien yo llevaba dos años y medio separado, que estaba en tratamiento psiquiátrico por padecer de desordenes psicológicos, y con quien ya había tenido que comparecer a un juicio donde demostró su desmedido amor hacia mí gritando que me amaba “más que a Dios”. Mi actual abogada fue testigo de aquel episodio, ya que también fue mi defensora en aquella ocasión, de la que salí absuelto.

Primer paso del plan macabro

Ahí surgió la idea de la Seguridad del Estado de encerrarme. La contactaron y alimentaron en ella el despecho que, al saber que yo comenzaba una nueva relación con una actriz bella y de éxito popular, la llevó a comenzar infames acusaciones semanales a las que –según creímos entender entonces– la policía hizo caso omiso, al constatar su desequilibrio psíquico, sus contradicciones constantes y los gazapos en las historias que inventaba, razón por las que decidieron archivar sus denuncias.

Segundo paso del plan macabro

Una vez que la Seguridad del Estado accedió a esas falsas acusaciones –que fueron desde las más leves, como esa con la que finalmente me condenaron, hasta otras horrendas que en algún momento decidieron desechar por su demostrable falsedad–, sospechosamente, el policía instructor que las acogió –por obligación ética del procedimiento, según me explicó en aquel momento–, fue enviado a un curso de superación. De ese modo sacaron de su control el expediente, hasta ese momento desbordado de especulaciones disparatadas, y lo enviaron a otra Unidad Policial donde un nuevo investigador se encargaría de inflar aquellas demenciales acusaciones que, repito, ya habían sido desestimadas. También me aplicaron una fianza, con la intención de evitar que participara en el Festival de la Palabra en Puerto Rico, donde sabían yo continuaría mostrando al mundo intelectual mi oposición al gobierno.

Tercer paso del plan macabro

Este nuevo instructor, semianalfabeto, se ocupó de entorpecer cualquier recurso en mi defensa que demostrara mi clara y contundente inocencia. Se negó a buscar el expediente psiquiátrico de mi expareja en el Hospital de Día de Arroyo Naranjo, localidad donde atendían su desorden psicológico y donde ella confesara que su malestar se debía a la resistencia, no resignación, ante la pérdida de su abuela y de su “matrimonio”. Vale aclarar que nunca acepté las nupcias legalmente; se trató de una relación donde no mediaron papeles.

Cuarto paso del plan macabro

Falso testigo  relata cómo compraron su testimonio
Una vez con el expediente –y sin ninguna probabilidad de éxito en mi contra– comenzaron a construir pruebas, como la del falso testigo, a quien manos amigas lograron entrevistar y captar en un video que está disponible en mi blog; un video que habla y me defiende por sí solo. También usaron un video de mi hijo, en ese entonces con siete años, a quien manipularon psicológicamente para que dijera algunas invenciones en mi contra. Ya de joven, él mismo se ha encargado de esclarecer tal patraña, acusando a su propia madre y a la Seguridad del Estado de haberlo manipulado para que testificara contra mí, mintiendo. En cada visita, me confiesa tener cargo de conciencia por mi encarcelamiento y, a mis espaldas –y sin mi aprobación– ha hecho declaraciones a emisoras y programas televisivos internacionales, explicando mi inocencia y la presión a la que fue expuesto en su niñez para implicarme en esos delitos que jamás cometí.

Quinto paso del plan macabro

expediente Angel Santiesteban...
Una vez terminado de inflar el expediente y presentado en el Tribunal Provincial, volvieron a violar lo establecido en el procedimiento penal: sus propias leyes establecen que “el Tribunal una vez que acoge el expediente no debe enviarlo de vuelta a investigación, salvo que en el acto oral surjan nuevas evidencias que se necesiten esclarecer, profundizar y demostrar su veracidad en aras de un veredicto más exacto”. Sin embargo, como la orden era “condenarme”, y ya que el Tribunal expresó que no tenía absolutamente ningún elemento para hacerlo, devolvieron el expediente al Departamento de Investigación policial para que se ocupara de agregar algún viso de duda en el que al menos pudieran basar su condena.

Sexto paso del plan macabro

El instructor me realizó aquella famosa prueba escrita, en la cual debí copiar un artículo económico del diario Granma para que los peritos caligráficos pudieran determinar mi “culpabilidad”, declarando en el acto oral que “por la altura de mi letra y su inclinación” me consideraban culpable. También se ocupó el instructor de amenazar a mi abogada –que me representaba por segunda ocasión–, quien entonces escribió al Ministerio de Justicia una queja por aquel atropello. Entonces decidí cambiar a la abogada, Lourdes Arzúa, por el abogado Miguel Iturria, quien me representó en el juicio amañado y comprendió sin esfuerzo todo el entramado maquiavélico en mi contra, tal y como lo declaró, denunciando mi “estado de indefensión total”.

Séptimo paso del plan macabro

Angel santiesteban detenido y golpeado violentamente
Mi aptitud opositora in crescendo, más las polémicas con el gobierno desde los post en mi blog, dieron por resultado que aceleraran el procedimiento de encarcelación. En principio, esa estrategia se hizo para detener mi constante presencia en las actividades y protestas antigubernamentales, pero, también, para que pagara la osadía de enfrentarlos –más allá de mi literatura – con el periodismo critico independiente, con la carta abierta que dirigí a Raúl Castro y con mi decisión de exponerme físicamente en los espacios de la oposición. Apuesto a que no dejaron de imaginar que, una vez encarcelado, pediría perdón, me retractaría de mi aptitud frontal contra la dictadura y cerraría el blog. Acallar mi voz era su necesidad más urgente.

Octavo paso del plan macabro

infobae  2
Al poco tiempo de haber sido encarcelado, ya estando en la prisión La Lima, me opuse a la primera prueba de fuerza e injusticia cuando aquel 9 de abril de 2013 intentaron ocultarme de la prensa internacional, esgrimiendo un tonto pretexto para cambiarme de lugar, de modo que no estuviera presente a la llegada de los periodistas internacionales durante una visita en la que el régimen les mostraría algunas prisiones “modelos” y no los verdaderos infiernos donde tienen tras las rejas a miles de cubanos. Por no acatar mansamente sus designios de traslado temporal, con el pretexto de enviarme a un “chequeo médico”, como castigo, me revocaron el régimen de prisión de “minima seguridad” y me trasladaron al de “media seguridad”, tras lo cual fui enviado a la prisión cerrada 1580.

Noveno paso del plan macabro

primer año
Al poco tiempo de encontrarme en esta prisión, se me presentaron dos oficiales para ofrecerme un pacto: me liberarían el mismo día, si aceptaba rechazar a la oposición a través de un video que ellos grabarían. Ante mi firme negativa, me ofrecieron buscar un país que me recibiera: ellos aprobarían inmediatamente mi salida definitiva del país. Les dije que solo me montaba en un avión si, desde abajo, desde los primeros peldaños de la escalerilla, veía yo adentro a los hermanos Castro. Se molestaron y me anunciaron una larga estancia en prisión.

Décimo paso del plan macabro

Angel 100 heroes RSF
Es extensa, en mi caso, la lista de violaciones de sus leyes: no satisfechos con encarcelarme injustamente, decidieron revocarme el régimen carcelario cuando me negué a ser trasladado a un hospital sin estar enfermo, sufrí castigos en celdas y, una vez devuelto al régimen de “mínima seguridad”, tras escribir mi segunda carta abierta a Raúl Castro, me prohibieron los pases que les otorgan a los demás presos en Cuba.

Angel Santiesteban prision militar de Jaimanitas

Como continué mi trabajo periodístico en el blog, crearon para mí un lugar de aislamiento en forma de celda, incluido un pequeño patio, dentro de una Unidad Militar de Tropas Guardafronteras. El uso del teléfono me lo permiten cada tres días y, siempre que me corresponde ese derecho, viene a vigilarme el Jefe de la Región, acompañado del guardia de turno, mientras hago las llamadas a mis familiares, amigos y hermanos de la oposición.

Insatisfechos con todos los castigos extras que suman a mi injusto encarcelamiento –y me atrevo a decir que quizás sea yo el único preso a quien lo han castigado así –, recientemente me negaron incluso la visita especial por el Día de las Madres.

Tampoco me otorgaron mi Libertad Condicional, que es un derecho establecido en la ley para todo aquel que cumple la mitad de la sanción. Y de más está decir que la solicitud de Revisión del juicio, presentada el 4 de julio de 2013 ante la Justicia, fue aprobada a regañadientes a fines del año pasado, pero ahí descansa aún, a la espera de que la Seguridad del Estado les dicte qué hacer con ella.

Les duele, no soportan, que no les pregunte cuándo saldré, cuándo me liberarán. Jamás me he quejado de que no se me otorgue el pase que por ley me corresponde. Soporto ese atropello calladamente, apelando a mi dignidad, y tras cada injusticia que suman, me fortalezco, aprendo a conocerme y a continuar conociéndolos, pero sobre todo, he aprendido a reafirmar que no lucho en vano, que basan su permanencia en el poder por sus incesantes abusos.

Esperar es lo que sigue, pero siempre escribiendo, que es el arma más efectiva contra la dictadura.

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firma 3

Ángel Santiesteban-Prats

10 de mayo de 2015

Prisión Unidad de Guardafronteras

La Habana


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