La economía circular y sus palancas

Como hemos visto en otras ocasiones, la transición hacia un modelo circular implica un cambio profundo de todo nuestro sistema económico y productivo, que empieza por el diseño de nuestros productos y servicios, e implica a gran cantidad de agentes económicos y sociales.

Para llevar a cado esta transición o cambio de modelo requerimos de unos catalizadores o palancas que nos pongan en la senda de la circularidad manteniendo los niveles adecuados de competitividad, creando empleo de calidad y asegurando el respeto al medio ambiente.

Entre estos pilares destacamos los siguientes:

Tecnologías habilitadoras

La innovación y lo que se conoce como tecnologías habilitadoras, cuyo mayor exponente son las digitales (THD), formar parte de una de estas palancas que accionan el cambio a una economía circular.

Estas tecnologías ofrecen un amplio abanico de oportunidades que permiten mejorar el ciclo de vida de los productos, consiguiendo una mayor eficiencia y apoyando la adopción de un consumo responsable.

Una característica de estas tecnologías es que pueden combinarse e interactuar entre ellas para ofrecer soluciones innovadoras y adaptadas a cada organización

Podríamos citar a la Industria 4.0 como un ejemplo de implantación de estas THD en un ámbito concreto, como es el industrial. Además de optimizar la gestión de los recursos en los procesos de fabricación, busca ser determinante a lo largo de toda la cadena de valor de los productos.

Tecnologías como Internet de las cosas (IoT) y blockchain nos permiten asegurar la trazabilidad de productos y materias primas desde su origen, asegurando su carácter sostenible y facilitando la monitorización de materias y productos que están conectados durante todo su ciclo de vida, desde la producción hasta su reciclaje, pasando por procesos de reparación, reacondicionamiento o reutilización.

La implantación de sistemas inteligentes de recogida de residuos, mediante geolocalización y sensorización de contenedores para medición de nivel y detección de la naturaleza de los materiales, permiten tanto una recogida más eficiente como la digitalización de las plantas de clasificación y recuperación de residuos, mejorando las tasas de recuperación de materiales.

Así mismo, los datos procedentes de distintas fuentes (sensores, redes sociales o satélites) se convierten mediante Big Data en información de valor que permite una mayor eficiencia al ser interpretados mediante técnicas de Machine Learning (ML) e Inteligencia Artificial (IA), dando lugar a nuevos modelos de negocios de los que se pude beneficiar la economía circular.

También la biotecnología juega un papel esencial en la economía circular. Gracias a los procesos de biotecnología industrial se convierten diferentes fuentes de compuestos orgánicos, incluyendo desperdicios, en materias primas.

Nuevas tecnologías habilitadoras biológicas juegan ya un papel fundamental, junto a tratamientos físicos y químicos, en la descomposición de basura orgánica en sus componentes básicos (por ejemplo, azúcares, aminoácidos o ácidos grasos) que pasan nuevamente a formar parte de los ciclos productivos en forma de biocombustibles, productos químicos básicos o ingredientes alimentarios.

A partir de materias primas de origen no fósil se pueden fabricar nuevos polímeros para elaborar plásticos, pinturas, recubrimientos, cosméticos, adhesivos, lubricantes, fitosanitarios, fertilizantes, por citar algunos, todo ello con un planteamiento circular.

Por último, la nanotecnología nos va a permitir el desarrollo de nuevos materiales y técnicas de conservación para aumentar la durabilidad de los productos, en especial los alimentarios, reduciendo así el desperdicio de alimentos.

Diseño circular

Sabemos que la economía circular busca lograr el máximo aprovechamiento de los recursos, tomando como ejemplo del modelo cíclico de la naturaleza, donde nada se desperdicia y todo se reutiliza.

Esta fuente de inspiración que tenemos en la naturaleza, conocida como biomímesis o biomimetismo, nos ayuda a tener otro enfoque de diseño para nuestros productos y servicios para lograr la circularidad.

Para convertirse en circulares, los distintos sectores de actividad deben trabajar en profundidad en la etapa del diseño. Como sabemos, es en esa etapa en la que se pueden determinar la gran mayoría de los impactos en la sostenibilidad de nuestros productos y servicios.

Además, el diseño entendido en toda su capacidad no solo es imprescindible de cara a la concepción de los productos, sino también a la hora de definir los modelos de negocio circulares.

El término circular no siempre significa actuar en un bucle cerrado dentro de la organización. Se puede extender este ámbito como es el caso de los procesos de simbiosis industrial, donde residuos y subproductos se comparten y reutilizan en distintos sectores, lo que significa rediseñar los procesos con el fin de acceder a materiales clave para su reutilización, lo que puede dar lugar a interacciones complejas.

Realizar la transición de nuestra actividad por medio del diseño circular nos permite situarnos dentro de los límites planetarios y asegurar nuestra permanencia en el Planeta.

Modelos de negocio circulares

Los cambios dan lugar a oportunidades, y un salto como el que propone el paradigma circular va a generar oportunidades comerciales a muchos niveles.

Muchas de estas nuevas posibilidades van a poder ser aprovechadas adaptando modelos de negocio existentes, pero otras muchas requerirán enfoques distintos, por lo que muchas organizaciones no se encuentran preparadas para aprovechar este nuevo escenario.

Para no desanimarnos a la hora de acometer la transición circular, tenemos a nuestra disposición propuestas de modelos de negocio coherentes con la economía circular y guías de modelos circulares que pueden encajar en nuestra estrategia de negocio.

Lo importante es tomar conciencia del cambio, y adelantarnos y aprovechar las ventajas que nos puede proporcionar la economía circular.

Alianzas

La implantación de la economía circular afecta tanto a ciudadanos como a entidades públicas y privadas, por lo que va a ser clave la constitución de alianzas a todos los niveles para hacer realidad la circularidad.

Como individuos podemos impulsarla por medio de nuestras decisiones de compra, ejerciendo un consumo responsable. Podemos optar de manera decidida por dar prioridad al uso de bienes en vez de a la posesión, lo que animará a las empresas a desarrollar una oferta más sostenible y responsables. En este punto la incorporación de prácticas inspiradas en la economía colaborativa puede ayudar mucho.

Por su parte, las administraciones públicas tienen la capacidad de acelerar la transición circular incorporando legislación, fiscalidad y normativa acorde, y adoptando instrumentos incentivadores como pueden ser la compra pública innovadora y la contratación pública verde, además de impulsar y diseñar estrategias educativas adecuadas.

Cada día más empresas generan y comparten energía renovable, valorizan y distribuyen subproductos y desechos, utilizan y extienden plataformas colaborativas, o sustituyen la propiedad por el pago por servicio llegando a un número mayor de usuarios.

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Como has podido observar, la economía circular es uno de los grandes retos creativos a los que se enfrenta nuestra sociedad, siendo la buena noticia que los beneficios que va a aportar superan con creces los (grandes) esfuerzos que vamos a emplear.

Esperamos que conocer la existencia de estas herramientas o palancas te pueda ayudar a plantear de una manera alineada con los objetivos de tu organización la transición al apasionante modelo circular.

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