Revista Cultura y Ocio

La editorial Tor: medio siglo de libros populares

Publicado el 23 abril 2013 por Robertobarreiro
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Autor: Carlos Abraham

Colección: Sentidos del libro

Edita:Tren en Movimiento, Buenos Aires, 2012

 

Es raro, pero nadie habla de las editoriales a la hora de hacer la historia literaria. Aparentemente los libros nacen  solitos, se distribuyen por generación espontánea y llegan caminando por su cuenta a los estantes de librerías y kioscos. Hablar de los tipos que deciden en primera instancia qué se publicará y qué no, que definen con sus elecciones los consumos culturales al alcance del público (y no solo de autores locales, sino que ponen en el tapete las traducciones de productos extranjeros en idioma nativo) parece mala palabra, sobre todo si el objetivo de éstos no es la reivindicación de un producto cultural o estética determinada sino apenas hacer plata con esos árboles muertos con mucha tinta llenos de palabras. Si además nos encontramos con editoriales que definitivamente apuntan a sacar cosas para el consumo popular (una mala palabra para la mayoría de los estudiosos de la literatura hoy día, que seguirán abominando de esas novelas de “baja calidad literaria”), el que exista un libro como éste es casi un milagro termodinámico por lo imposible que parece.

Pero por suerte uno tiene a un tipo como Carlos Abraham, que, de terco nomás, se dedicó a investigar lo más profundamente posible a una de las editoriales más notorias de Argentina entre las décadas de 1920y 1970: la editorial Tor, responsable de vender libros a bajo precio  en cantidades industriales por toda Sudamérica, difundiendo a autores de todo tipo y pelaje (desde Dumas a Salgari, desde Sabatini hasta Sax Rohmer) y dandole aire a personajes como Tarzán, The Spider, G-8 y sus Ases del Aire, Mr. Reeder, Fu Manchú, etc. El resultado de su investigación es poco menos que fascinante, yendo más allá de la catalogación de títulos y colecciones (cosa que hace y que ya de por sí es un trabajo gigantesco y encomiable en una editorial  que publicó tantos libros durante tanto tiempo) para describir el origen, los mecanismos de trabajo internos (desde la edición hasta la publicación) y la descripción de las personas que hacían que esa maquinaria se pusiera en marcha. Obviamente le principal protagonista de la historia es le fundador de la editorial, Juan Carlos Torrendell, un personaje que parece el prototipo del editor cuya política editorial se resumía en vender lo más posible.

Además, el libro funciona como reivindicador de varios de los escritores argentinos que se dedicaron en esos años a ser profesionales de la escritura (escritores “pulp” , vamos) bajo seudónimos y con cero reconocimiento crítico. Autores como Rodolfo Bellani, Alfonso Quintana Solé (el principal escriba detrás de los Tarzanes apócrifos que publicó la editorial) y Juan Bernat son destacados en su trabajo como “ghost writers” de la editorial, en un primer rescate público que debería ampliarse alguna vez.

Como último detalle, el libro además está escrito en forma amena, esquivando el típico libro hecho por aficionados al tema que puede aportar una gran cantidad de información peor está redactado de una forma tan árida que se hace indigerible. Cosa que aquí no pasa.

En fin, este libro es fundamental para cualquiera que quiera entender cómo efectivamente funciona la industria editorial de masas, de esas que tanto se habla en las universidades sin tener el dato fáctico. Cualquiera interesado en la literatura “pulp” argentina, o en la famosa industria cultural, debería ir al sitio de la editorial y pedir este libro. No se arrepentirá.

 

 


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