Revista Opinión

La envidia y otros inconvenientes para cuando quieras ser sociable

Por Javier Martínez Gracia @JaviMgracia
LA ENVIDIA Y OTROS INCONVENIENTES PARA CUANDO QUIERAS SER SOCIABLE

“Al paso que creciere el número de los que te admiran ha de crecer el de los que te envidian” (Séneca[1]).

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“Preferid, entre los amigos, no sólo a aquellos que se entristecen con la noticia de cualquier desventura vuestra, sino más aún a los que en vuestra prosperidad no os envidian”. (Sócrates[2])

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“Fácilmente toda ‘reacción a’ se convierte en ‘reacción contra’, que va movida por feas pasiones, por la envidia, el odio, el resentimiento. Diógenes el cínico, antes de entrar en la elegante mansión de Aristipo, su compañero de escuela bajo Sócrates, se ensucia los pies en barro concienzudamente para patear luego los tapices de Aristipo. Aquí no se trata de sustituir la complicación del tapiz por la sencillez del barro, sino de destruir el tapiz por odio a él” (Ortega y Gasset[3]).

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“En los comienzos de la Revolución francesa una carbonera decía a una marquesa: «Señora, ahora las cosas van a andar al revés: yo iré en silla de manos y la señora llevará el carbón». Un abogadete «resentido» de los que hostigaban al pueblo hacia la revolución, hubiera corregido: «No, ciudadana: ahora vamos a ser todos carboneros» (Ortega y Gasset(4)).

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“Cosa de reyes es obrar bien, pero tener mala fama” (Marco Aurelio[5] ).

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 “Puse todo mi cuidado en levantarme sobre la muchedumbre haciéndome notable con alguna particular calidad; ¿y qué otra cosa fue esto sino exponerme a las flechas de la envidia y descubrir al odio la parte en que me podría morder? (Séneca[6]).

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“Conviene que tú (…) sin enojarte con quienes se enojan contigo, lleves a cabo metódicamente tu propósito” (Marco Aurelio[7]).

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“Es ridículo no huir de la propia maldad, lo cual es posible, y huir de la de los demás, lo cual es imposible” (Marco Aurelio[8]).

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"La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual". (Miguel de Unamuno[9])



[1] Séneca: “De la vida bienaventurada”, en María Zambrano: “Páginas escogidas de Séneca” “El pensamiento vivo de Séneca”, Cap. II, pág. 98

[2] Platón: “Protágoras”, capítulo XXII.

[3] Ortega y Gasset: “En torno a Galileo”. O. C., Tª 5, p. 111.

[4] Ortega y Gasset: “Confesiones de El Espectador”, en “El Espectador”, Vol. 2, O. C. Tº 2, pp. 138-139.

[5] Marco Aurelio: “Meditaciones”, Madrid, Alianza Editorial, 1985, Lº VII, &36, pág. 91

[6] Séneca: “De la vida bienaventurada”, en María Zambrano: “Páginas escogidas de Séneca” “El pensamiento vivo de Séneca”, Cap. II, pp. 97-98.

[7] Marco Aurelio: “Meditaciones”, Madrid, Alianza Editorial, 1985, Lº VI, &26, pág. 77.

[8] Marco Aurelio: “Meditaciones”, Madrid, Alianza Editorial, 1985, Lº VII, & 71, pág. 98.

[9] Miguel de Unamuno: “Niebla”, capítulo XXVIII.



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