Revista Economía

La especulación con la tarifa eléctrica ha costado a los españoles 726 millones

Por Jumanji

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Una docena de entidades financieras y firmas de trading acuden cada trimestre a las subastas virtuales en las que se determina la tarifa de último recurso (TUR). Entre el 1 de julio de 2009, fecha en que se creó el nuevo sistema, y septiembre de 2010, el margen que han logrado (y que los consumidores han pagado de más por la energía) ha sido de 726 millones.

Hoy es un día clave para la tarifa eléctrica del segundo trimestre del año. El operador del mercado eléctrico (Omel) celebra una nueva subasta Cesur cuyo resultado se trasladará a la TUR, que es la que sufraga la energía en la factura de la luz de los clientes domésticos y pymes (los que tienen una potencia contratada inferior a 10 kW). Pero el recibo tiene otra parte regulada, la llamada tarifa de acceso (o peajes) que pagan la totalidad de los consumidores y la fija el Gobierno.

Con esta última se financian los costes del sistema (especialmente, el déficit de tarifa y las primas de las renovables) y, aunque el Ministerio de Industria ha propuesto a la Comisión Nacional de la Energía (CNE) una subida del 12% a partir de abril, también ha advertido que puede cambiarla, pues la subida media de la factura eléctrica será, en cualquier caso, cero. Por lo tanto, todo va a depender del resultado de la puja de mañana, que deberá cuadrar con los peajes.

A la Cesur acuden como compradoras las cinco comercializadoras de último recurso (las CUR de las cinco grandes empresas eléctricas: Endesa, Iberdrola, Gas Natural, HC Energía y Eon) habilitadas legalmente para vender a tarifa. Y, como vendedoras, sobre todo, entidades financieras y de trading de toda Europa, “que especulan con el precio de la electricidad de los españoles para el citado periodo, según fuentes del sector.

Así en las dos primeras subastas celebradas desde julio de 2009, que fueron en principio semestrales, figuraban bancos como el Deutsche Bank, el Royal Bank of Scotland, Goldman Sachs o Morgan Stanley. Aunque en ellos figuran generadoras, éstas se han ido retirando y apenas han participado en las últimas subastas.

La Cesur es una subasta virtual (porque no supone la entrega física de energía) y financiera, pues se trata de una cobertura de riesgo sobre el precio que pagarán después los CUR en sus compras físicas por la energía que deben suministrar. En otras palabras, las entidades que actúan como vendedoras cubren ese riesgo: si el precio de la electricidad resulta luego superior, pagan la diferencia y si es inferior, se quedan con el margen. Las coberturas de riesgos se dan en otros mercados, como el del petróleo.

La banca gana

Pero se da la circunstancia de que, desde que se estableció el nuevo sistema de suministro de último recurso con la liberalización del mercado en julio de 2009, el precio resultante de las subastas (que marca el del megavatio en la tarifa) ha sido superior al que finalmente han pagado los comercializadores en el mercado mayorista (en algún momento, hasta el 80%). Según los cálculos oficiales, entre esa fecha y el 31 de septiembre de 2010, los consumidores a tarifa han pagado 726 millones por encima del que después desembolsaron los CUR. Un margen que reciben los vendedores financieros en las liquidaciones y que ha sido en gran medida la causa de las fuertes subidas de la TUR en el último año (casi el 10% en enero).

Estos incrementos, denunciados por la CNMV y la CNE han atado al Gobierno de pies y manos para poder subir los peajes (incluso los ha tenido que bajar), que son los más necesitados de fondos para aligerar y evitar los déficit de tarifa y afrontar los costes de las primas de las renovables. Algo que sí permitía el sistema anterior (la llamada tarifa integral), donde todo quedaba en el sistema: los márgenes que se producían ocasionalmente en el componente de energía se trasvasaban a la tarifa de acceso para enjugar el déficit.

Fuente: Cinco Días


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