Revista Comunicación

La estúpida (y chovinista) necesidad de adaptar

Publicado el 21 enero 2015 por Anade @Anade

La televisión norteamericana se empeña, cada vez más, en ser ese primo pelma, que en la infancia vivía de las rentas de lo que tú imaginabas, copiándote los dibujos pero pintando con colores más bonitos y vistosos. Un listo. Porque como el rotundo fracaso de Gracepoint no ha sido suficiente para aprender la lección, la FOX ha anunciado ahora que ha encargado el episodio piloto de la adaptación la historia de uno de los detectives más conocidos de la pequeña pantalla actual, Luther. Y para ello contará con Neil Cross, creador de la historia original, aunque no con Idris Elba, que de participar en la serie únicamente lo haría como productor.

A lo largo de la historia de la televisión las adaptaciones estadounidenses de series originarias de otros países ha sido numerosa y desigual. En lo que se refiere al mercado británico, desde The IT Crowd a The Office, pasando por Life On Mars Shameless, las cadenas norteamericanas han sentido la necesidad de “traducir” las producciones de los primos ingleses al lenguaje y la cultura de los estadounidenses. Un idioma reconocible, unos paisajes soleados en vez de la insoportable nubosidad british, la cerveza en vez del té, y todo listo para que el espectador norteamericano pueda entender una historia que puede que ya haya visto, que quizá no le interese o que no esté a la altura de la original y por lo tanto lejos de repetir su éxito.

Me parece absurdo ese planteamiento que lleva a creadores y cadenas a pensar que como una historia ha tenido éxito en un país, va a tenerlo en el suyo, en el que todo se hace mejor, y que por lo tanto tienen derecho a hacer su propia versión para mostrarle al mundo que realmente pueden hacerlo mejor. A pesar de que se cuentan con los dedos de una mano las adaptaciones exitosas y dignas, mientras que con el presupuesto derrochado en todas esas versiones bochornosas e innecesarias se podría crear la programación para una temporada completa. O simplemente recuperar todas esas series canceladas antes de tiempo y a las que el espectador probablemente concedería una segunda oportunidad. Especialmente en FOX, que entre sus logros tiene también una larga lista de series canceladas injustamente.

Al igual que no me interesó Gracepoint, porque si quiero ver dos versiones de una misma historia me pongo el informativo en dos cadenas diferentes, no me importa quién será el actor el elegido para encarnar el personaje de Idris Elba, ni cuántos capítulos durará, ni si tendrá una Alice Morgan propia o ese tipo de mujeres no existen en el imaginario estadounidense. Lo que resultaría interesante es saber en qué piensan las “cadenas tradicionales” que no conformes con que Amazon y Netflix les roben su parte del pastel, sus premios y sus portadas, se empeñan en arriesgar poco y aburrir mucho, ofreciendo al espectador un producto que, probablemente, ya puedan encontrar en esas plataformas o en otras.


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