Revista Economía

La explanada de los lios.

Publicado el 26 julio 2017 por Torrens

Ha vuelto a producirse otra crisis a causa de la explanada de las mezquitas de Jerusalén porque los israelíes se han atrevido a colocar elementos de control como detectores de metales después que dos de sus soldados fueron asesinados en la entrada de la explanada.

Los periodistas tienen siempre tendencia a ponerse del lado de los “pobrecitos” palestinos, pero esta vez ha sido más incomprensible de lo normal. Los israelíes instalaron arcos de detectores de metales después de un ataque terrorista y los palestinos se negaron a pasar por ellos y colapsaban el área alrededor de la explanada de los líos porque se ponían a orar en las calles adyacentes a la explanada. Finalmente los israelíes sustituyeron los detectores por cámaras mucho más discretas y más eficaces, pero los palestinos exigen que también se retire cualquier método de control. Como es tradicional, incluso en este caso, la prensa considera que los israelíes son los agresores y los “pobrecitos” palestinos las víctimas.
Jerusalén fue ocupada por Israel en 1967 a consecuencia de la guerra de los 6 días, el único conflicto árabe-israelí iniciado por estos últimos, pero anticipándose a los ejércitos de Siria, Egipto e Irak que estaban preparando la invasión inminente.
En los primeros años de la década de los 80, cuando la ocupación israelí estaba más que consolidada, los musulmanes decidieron que a la explanada de las mezquitas solo podían acceder musulmanes porque así era durante el Imperio Otomano, y los israelíes y cristianos lo han respetado, como ocurre siempre con el Islam, para evitar conflictos.
Esta exclusividad musulmana de ciertos lugares es típica del Islam que la aplica en muchos casos, el mayor y más importante el de la ciudad de la Meca, en la que solo puede haber musulmanes. Algunos están incluso en Europa donde ya hay varios sectores de barrios llamados NOGO (No ir) en Francia, Reino Unido y Suecia, donde un no musulmán se juega el físico.
La razón de esta exclusión es el odio y desprecio con que el Corán trata al infiel. Los infieles estamos en la lista de cosas impuras que todo musulmán debe evitar, junto con la basura, los orines, los cerdos y otras lindezas. Precisamente porque es imposible el evitar el roce con las cosas impuras, y para deshacerse de la impureza acumulada, el musulmán debe acudir con la frecuencia que pueda a alguna de las grandes mezquitas y al menos una vez en su vida debe visitar la Meca.
Desde que en los años 80 el Islam se apropió de la explanada de las mezquitas, la exclusividad ha sido el origen de muchos conflictos, aunque muchos de ellos no aparecen en la prensa. La razón es muy sencilla. Si os colocáis sobre Jerusalén en el Google Maps en versión satélite veréis una gran plaza donde aparecen el Temple Mount y Al-Aqsa Mosque, esa es la famosa explanada de las mezquitas y como podréis comprobar con la visión cercana donde están señalizados todos los edificios y otros elementos importantes, la zona está plagada de lugares fundamentales de las tres religiones, y que justo en el centro haya una gran explanada donde solo pueden circular musulmanes debe ser muy incómodo para judíos y cristianos.
De vez en cuando la explanada de los líos provoca conflictos importantes como el actual, que aparecen en la prensa, e invariablemente los israelitas son los malos y los “pobrecitos” palestinos los buenos, y nunca, en ninguna crónica de los muchos conflictos provocados por la explanada he visto o leído a un solo periodista español (si he leído críticas a la exclusividad en periódicos del Reino Unido), que haya explicado de alguna forma la razón de dicha exclusiva y se haya referido a la única y verdadera razón de todos los conflictos: la obsesión islámica por expulsar a los infieles de determinados lugares públicos.


LA EXPLANADA DE LOS LIOS.

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