Revista Diario

La extraordinaria capacidad de superación de los niños

Por Una Mamá (contra) Corriente @Mama_c_corrient

Niña jugando en la calle

Si me pidieran que seleccionara una de las cosas que más me fascinan de la infancia, sin duda alguna sería la extraordinaria capacidad de superación de los niños.

A veces echo la vista atrás y recuerdo todos aquellos años en los que estuve enferma, con constantes ingresos, faltando mucho al colegio, recibiendo las burlas de los compañeros, la incomprensión de muchísima gente. Y me maravilla recordar todo aquello desde el prisma de mi niñez. Recordar los hechos a veces con imágenes y olores, con sensaciones térmicas… ¡con todo lujo de detalles! Pero al mismo tiempo recordarlo de una forma neutra, indulgente, positiva. Ha sido después, de adulta, cuando he podido valorar todo aquello que me pasó y hacer el duelo por una infancia perdida que no hice en aquel momento.

Es algo que también aprecio en mis hijos.

Bebé hace poco ha dado muestra de ello superando la encopresis que durante unos meses le impidió hacer vida normal. Parece mentira cómo logró reponerse a tanto miedo con su propia fuerza interior.

Y Mayor, ¡qué decir que Mayor!. Por respeto a su intimidad sabéis que hace mucho que no me explayo en detalles pero toda su vida es una gran muestra de superación personal, de sobreponerse a sus propios límites y dificultades.

Para un niño todo es posible. No hay dificultad que no pueda superarse.

Aunque sea un detalle banal, me viene siempre a la cabeza cuando le llevo a la peluquería y se sienta en la silla como un señor, con sus manos sobre sus rodillas, y se deja hacer con una sonrisa en la cara y dándole conversación a quien le esté cortando el pelo. Nadie que le viera podría pensar que es el mismo que niño que durante sus primeros 3 años de vida sufría el corte de pelo como una amputación de una parte de su cuerpo y se defendía con todos los medios a su alcance. Pocos niños habrán sufrido tanto como él con un acto tan sencillo. Y, sin embargo, ahí le tengo ahora, recordándome cuando el pelo empieza a molestarle los ojos que le lleve a la peluquería, como ha hecho esta misma noche.

Me fascinan los niños, ¡me encantaría que se me pegara un poquito de ellos!. Vivir en el presente. Creer en nosotros mismos. Olvidar lo pasado. Creer que todo es posible.

Foto | Stefano Montagner en Flickr CC


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