La fórmula del amor eterno

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Un grupo de matemáticos asegura haber encontrado la fórmula para el amor eterno. The Telagraph publicaba la investigación basada en una encuesta a 2000 personas. Una de cada cuatro afirmaba  que era importante que el amor de su vida no hubiera vivido demasiado, es decir, que la media de parejas anteriores antes de EL AMOR, así con mayúsculas refulgentes, debía de ser de cuatro. Pues ya vamos mal. A estas edades, quien no tenga un pasado que levante la mano. ¿Cómo saber lo que no se quiere, si no se ha sufrido una miaja?

Así las cosas, la fórmula del amor eterno vendría a ser:

L = 8 + .5Y – .2P + .9Hm + .3Mf + J – .3G – .5(Sm – Sf)2 + I + 1.5C.

Cosa que, para las rubias, se traduciría en:

Momento oportuno + comunicación x atracción mutua- carga emocional = intimidad.

Qué cachondos. Es más probable que le toque el Euromillones que su relación sobreviva. Porque, vamos a ver, estar en el lugar adecuado en el momento oportuno es vital. Para todo, no sólo en el amor. Y respecto a la comunicación. Puf. Pasa palabra. Quien tenga ganas de hablar con su pareja al llegar a casa pues… que lo haga. Atracción mutua. Señores, la atracción es un camino de doble sentido. Si quieren continuar con la pírrica pero necesaria media del coito semanal cuídense un poquete. Hagan un poder.

Según su mejor amiga, le duela a una o no la cabeza, hay que cumplir porque si no volvemos al tema dos: comunicación. Y, entonces, hay que hablar sobre lo que está pasando. O no está pasando en el dormitorio.  Y no queremos eso.

Y a todo esto hay que restar la carga emocional de cada cual. Pero el pasado es tan difícil de erradicar. Todas las personas que pasaron por su vida le han hecho ser quien es. Y quien olvida los errores cometidos con esas -digamos, cuatro-  personas está condenado a repetirlos.

Recapitulando, el momento oportuno + comunicación x atracción mutua –carga emocional es igual a intimidad. Siempre que el pluriempleo lo permita. Y los niños se duerman prontito. Súper sencillo.