Revista Opinión

La gloriosa expulsión de Amazon en Nueva York

Publicado el 13 abril 2019 por Liberal

Todavía recuerdo aquél día con fecha de 13 de noviembre 2018 cuando leía que la empresa del todopoderoso magnate Jeff Bezos, Amazon, tenía planes para instalarse en la zona obrera de Nueva York, Long Island City, en el distrito de Queens. A pesar de que yo no vivo en Queens, sentí la misma sensación de asco que luego se convirtió en el incendio de furia popular que finalmente acabó con los planes del sinvergüenza Bezos. Los neoyorquinos de verdad expulsaron a al empresa de Amazon y me alegro mucho por ello. Nueva York ha demostrado que es una democracia sólida y mucho más fuerte de lo que se puede ver, por desgracia, en España (un país patético sometido a la voluntad ajena de Bruselas y la vaca de Berlin, Merkel).

Primero, un poco de antecedentes:

Amazon quiso abrir 2 centros importantes de operaciones. Uno en Arlington, Virginia (muy cerca de Washington D.C.) y la otra, en Long Island City, Queens. A cambio de eso, exigió al gobierno de NY lo que toda empresa poderosa pide: todo tipo de concesiones financieras que, desgraciadamente, se LES OTORGÓ. Los derechistas hablan mucho de “subvenciones” para los pobres, pero nunca jamás hablan de las grandes subvenciones estatales que se les da a los hombres más ricos del planeta. A cambio de no pagar impuestos, el pretexto de Amazon era “vamos a crear 25,000 puestos de trabajo”.

¡Cuidadito con esa frase! La gente inteligente, como sin duda hay en Nueva York, no se deja engañar con frases simplonas. Lo primero que se preguntaba la gente era ¿qué tipo de trabajos y sobre todo, PARA QUIÉNES? Desde luego, no para la gran mayoría de trabajadores que vive en esa zona. Amazon tenía en mente convertir a NY en un Seattle o San Francisco — un grupo de trabajadores “tech” se llevan todos los altos sueldos mientras que la clase “no tech” se ve obligada a vivir en la pobreza al no poder costearse las subidas de alquileres y vivienda en general – de ahi a que San Francisco y Seattle sufran una gravísima crisis de personas sin techo y sin futuro. A Jeff Bezos y sus amigos poco les interesa ese hecho.

En respuesta, Bezos aseguró que un buen porcentaje de los empleos iban destinados a los vecinos trabajadores de esa localidad. No coló y cada vez hubo más preguntas sobre la cantidad de recursos que perdería ese barrio si se instalara Amazon, incluido la presión contra los precios de la vivienda (que ya alcanzan niveles astronómicos en gran parte de NY y su periferia).

¿Cómo respondió Amazon ante las preguntas de políticos elegidos DEMOCRÁTICAMENTE ante sus planes de inversión? Con más chulería.

*Aclaro que ante todo esto, el gobernador de NY Cuomo tenía el poder de vetar a los políticos locales de la ciudad de NY y probablemente así lo hubiese hecho – pero es que Amazon se le adelantó y de forma casi sorpresiva, anunció que finalmente NO iba a instalarse en NY.

¿Por qué hizo eso si sabía muy bien que el gobierno del estado de NY iba a hacer todo lo posible para atropellar a los políticos locales de ese distrito?

Muy sencillo – huelga del capital. Al igual que los trabajadores pueden (bueno, cada vez menos) declarar la huelga a cambio de mejoras en su situación laboral, los grandes capitalistas también pueden — y hacen — lo mismo. Cuando los trabajadores intentan mejorar sus condiciones, el capital responde con dejar de invertir. Eso hicieron exáctamente el minuto que Hugo Chavez ganó las elecciones en Venezuela hace años, lo hicieron con el Chile de Allende y muchos otros países del “sur pobre”. Sin embargo, en los países occidentales lo hacen de otra manera: en estos casos, lo que buscan es extraer más favores y beneficios en detrimento de la clase trabajadora. Cuando ocurrió la crisis financiera del 2008, la banca dejó de prestar dinero hasta que los gobiernos de Europa y EEUU acordaran no imponer mas regulaciones contra el poder financiero no elegido. De ahí surgió la famosa “austeridad” que hizo y hace estragos en la población, dejando a miles y miles de jóvenes europeos sin futuro alguno más que pincharse, fumar hachis, jugar vídeojuegos y dedicarse a mirar pornografía viviendo en casa de sus padres, desgraciadamente.

Amazon ya habia desatado una huelga capital en su base de Seattle. En el añó 2018, la ciudad de Seattle de forma unánime y democrática aprobó un impuesto de $275 por trabajador, para empresas con más de $20 millones en ingresos para poder financiar la construcción de vivienda asequible para la cantidad de sin techos en esa ciudad. ¿Cómo respondió Amazon? Suspendió la construcción de un nuevo complejo empresarial en Seattle. Amazon dijo que NO reiniciaria ninguna inversión hasta que ese impuesto no fuera derogado. Rápidamente, la ciudad de Seattle derogó el impuesto. ¡Qué bonito! Un grupo vota de forma democrática y viene un individuo no elegido por nadie, Jeff Bezos, dice no, y como magia, se sale con la suya en el acto. Es lo que tiene el fraude del neoliberalismo, que de democrático tiene lo que tenía la Rusia del Zar.

Si no me crees lo de Seattle, aquí tienes la información. Tanto Amazon como Starbucks (otra empresa poderosa que produce un café vomitivo pero que las masas ignorantes toman como si fuera agua fresca). A mí esa gentecilla que queda en los Starbucks y encima compra sus productos me producen asco, rechazo. Las mentes más vacías quedan en los Starbucks y piensan que ese líquido sirope es café. Sí, yo tengo opiniones y no me avergüenzo de expresarlas.

Esta vez, la huelga capitalista de Amazon en NY es bastante rara porque no buscaba conseguir nada (¿para qué si ya habia ganado todo tipo de privilegios fiscales?) No, el objetivo esta vez era dar una lección importante: jamás van a reconocer a los sindicatos y por supuesto, la pieza clave en todo esto – la posibilidad de tener trabajadores sindicalizados, como se exige en Nueva York en varias empresas que tienen cierto número de empleados. Amazon ha dejado siempre bien claro que esto jamás lo van a permitir.

Los beneficios de Amazon dependen sobre todo en su capacidad para poder enviar productos a coste bajo para así poder ir acabando con las tiendas de barrio de toda la vida. Por eso les paga unos salarios tan bajísimos a sus trabajadores y les obliga a seguir un ritmo de trabajo que muchas veces hace daño físico que trabajan en esos edificios sin calefacción o sin aire acondicionado en los días más calurosos del verano.

En la derecha hablan mucho de las huelgas – hablan mucho en contra de las huelgas de los trabajadores. NUNCA hablan sobre cuando el capital TAMBIÉN HACE HUELGA – p.ej – cuando deja o amenaza con dejar invertir si una ciudad aprueba una ley que les cobre más impuestos. Las grandes empresas poderosas (y sin ser elegidas democráticamente) obligan a los estados a crear “un buen clima de inversión”. Por eso en España y otros países occidentales, utilizan eso como pretexto para destrozar derechos laborales. “Es que si no congelamos los sueldos y bajamos los impuestos, las empresas no van a invertir”. Hasta esos niveles de ideas grotescas alcanzamos ahora. El capital financiero lo que quiere es menos impuestos para ellos y sus empresas, lo cual se traduce en menos inversión en servicios sociales fundamentales para un país desarrollado y libre….porque nadie es libre si no tiene educación, si no tiene sus carencias más fundamentales resueltas. También quieren que los estados destrozen a los sindicatos. No hay que rendirse ante los huelguistas empresariales si desarrollamos otra voluntad: hay que de una vez por todas cambiar las normas que permiten que nuestros países sean dirigidos por intereses privados y NO ELECTOS. La democracia real es posible si desarrollamos una furia colectiva, esa misma furia que impidió que la empresa Amazon, por ejemplo, se instalara en Nueva York – los trabajadores salieron en masa y dijeron NO. ¿Qué hizo Amazon? Respondió con chulería y chantaje, dijo “ahora NO daremos 25,000 puestos de trabajo a Nueva York”….¡pues qué bendición! Esos 25,000 puestos iban destinados principalmente a forasteros adinerados que podían comprar y alquilar pisos al triple de su valor, en detrimento de los trabajadores que viven en la zona donde queria instalarse Amazon (con helicóptero privado y todo para Jeff Bezos)…expulsando más gente pobre de esta ciudad. Los liberales progresistas acabamos con el feudalismo católico medieval. Ya va siendo hora de acabar con el neo-feudalismo impuesto por los neoliberales (que NO liberales de verdad). Amazon tuvo que salir huyendo de Nueva York. Espero que caigan más gigantes que solo se interesan por su bolsillo y no el del bien común de sus países.


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