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La Gomera: caminando entre silbidos

Publicado el 26 abril 2016 por Iñigo De Jaime
La Gomera: caminando entre silbidos

La Gomera: caminando entre silbidosLa Gomera es una de las siete islas principales de las Islas Canarias, está situada en la parte occidental del archipiélago, pertenece a la provincia de Santa Cruz de Tenerife, y tiene una población de casi 23.000 habitantes, en una superficie que no ocupa más de 360 km².

Merece la pena acercarte si estás disfrutando de unos días en la cercana isla de Tenerife (la ruta de ferry de Los Cristianos-San Sebastián de la Gomera conecta ambas islas), o si simplemente quieres desaparecer del mundo en unas tranquilas vacaciones. También si eres un amante de caminar por sendas espectaculares (ahora se llama trekking, sic): La Gomera es uno de los mejores sitios para hacerlo y perderte del día a día.

San Sebastián (donde su puerto es uno de sus atractivos) es la capital y puerta de entrada a isla de La Gomera. Es una ciudad pequeña, que tiene alrededor de 9.000 habitantes. Destaca su precioso centro colonial, con edificios históricos de interés. Entre otras cosas, puedes ver la catedral, la torre del Conde, construida en 1447, y la casa museo de Colón, ya que fue la última escala de Cristóbal en el Descubrimiento de América. El parador es muy buena opción para dormir y el lugar ideal para pasar unas tranquilas vacaciones como lanzadera ideal para descubrir el resto de esta maravillosa Isla y sus principales encantos:

Vistas desde sus carreteras:

Si hay algo que tienen las carreteras de La Gomera, y por lo que vale la pena alquilar un coche, es que todas son panorámicas: el hecho de que muchas de sus costas sean abruptas hacen que los paisajes se muestren en todo su esplendor. Una de las mejores vistas del Teide y de Tenerife las tendréis saliendo de San Sebastián ascendiendo hacia el interior de la isla, hacia Garajonay.

La Gomera: caminando entre silbidos
Miradores:

Por la misma carretera podréis disfrutar, desde algunos de sus miradores, de Los Roques, formaciones rocosas que caracterizan la isla. Son de piedra basáltica y, en sus orígenes, fueron chimeneas de lava. Los más grandes e impresionantes son los gemelos Pedro y Petra. También mencionar los de Agando, Ojilla, Carmona y Zarcita. También una vista panorámica, subiendo hasta Garajonay, que merece la pena es la del barranco "El Gato"

Garajonay:

Visita obligada, como decía, es el Parque Nacional de Garajonay, lugar clave en la novela recomendada en el anterior post como puede leerse:

"Aquella noche, después de cenar, y ya que me había resignado, por necesidades del servicio, a caerle transitoriamente mal a Anglada, le pedí que nos llevara a Chamorro y a mí a una intempestiva excursión. Montamos los tres en el Opel Corsa y nos dirigimos hacia el corazón de la isla. Era una noche de luna crecida, como aquella fatídica en la que Iván había visto interrumpido su viaje vital. Pudimos contemplar las montañas a una luz parecida a la que había permitido a Anglada y Siso ver pasar aquel BMW rojo. Le pedí a Ruth que me indicara el lugar donde estaban apostados, y luego que pusiera rumbo hacia el túnel. Antes de que la boca oscura nos engullera, la temperatura era tan agradable como para llevar las ventanillas del coche bajadas. Ya en el túnel, se hizo apetecible subirlas. Chamorro y Anglada cerraron las suyas, pero yo mantuve la mía como estaba. Cuando salimos al otro lado, una bocanada de niebla me golpeó el rostro. Anglada me había hablado del contraste, pero vivirlo era otra cosa. La aparición, en medio de la noche, de aquel bosque fantasmagórico, casi irreal en su pasmosa proximidad al paisaje semidesértico que había al otro lado del túnel, fue una de las impresiones más rotundas que jamás me haya producido paraje alguno. Anglada dijo: Ahí la tenéis, la lluvia horizontal. Las nubes bajas que arrastran los alisios y que al estrellarse contra este lado de la isla mantienen viva la laurisilva. Esto ya es el parque nacional. El escenario del crimen. No me negaréis que se trata de eso que llaman los cursis un marco incomparable."

En Garajonay se alcanzan los 1.487 metros de altitud y es el lugar más alto de la isla. En el Parque domina la laurisilva aunque alberga también una importante representación de otros hábitats, y fue declarado Parque Nacional en 1981 y Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1986. Hay rutas de caminar para todos los niveles, gustos y colores.

Gran Rey:

Parque natural rural del valle de Gran Rey: barranco enorme con un valle donde aún se utiliza el silbo canario, un lenguaje de silbidos casi ancestral que utilizaban los aborígenes de la isla para comunicarse en los muchos barrancos de La Gomera. Merece la visita caminar entre silbidos hasta el mirador del Palmarejo.

La Gomera: caminando entre silbidos
Los Órganos:

Desde el valle anterior o desde la playa Santiago podemos acercarnos en barco a disfrutar de otro espectáculo que nos ofrece la naturaleza original de la isla: los Órganos. Unos acantilados con una forma que recuerda a los grandes órganos de las catedrales, esculpidos año tras año por el mar.

Playas:

Por último, comentar, aunque no son el encanto principal de La Gomera, las playas que nos ofrece la isla: San Sebastián y Santiago son las más grandes y turísticas. Aunque de arena negra o guijarros, el agua es cristalina (pero recordad, es Atlántico)

En el próximo post os recomendaré La Palma, la otra isla canaria que surge como escenario de algunos de los momentos claves de la novela de Lorenzo Silva que sirve de pie a estos posts: La niebla y la doncella. Hasta entonces, si queréis, seguid silbando.


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