Revista Cocina

La granada: un gran antioxidante

Por Paloma Alós @eltercerbrazo

granada

La granada: un gran antioxidante

La granada es una de las frutas más antiguamente conocidas.
El granado (Punica granatum) es nativo de Persia, y se encuentra en los escritos de muchas culturas y religiones.
Su fruta, la granada, es rica en antioxidantes y ha sido venerada en las culturas antiguas como un símbolo de salud, fertilidad y vida eterna.


La granada es un fruto de color rojo con una capa externa resistente. Su interior está repleto de jugosas perlas semitransparentes de un color rojo granate (de ahí el nombre de este color).
Sólo el jugo y las semillas en su interior son comestibles.
El jugo de granada está disponible todo el año, pero la fruta fresca se puede comprar en la mayoría de las tiendas de comestibles, de septiembre a enero. Refrigeradas en una bolsa de plástico, las granadas se pueden mantener durante un máximo de 2 meses.

Las granadas contienen altos niveles de flavonoides y polifenoles, potentes antioxidantes que ofrecen protección contra las enfermedades cardíacas y el cáncer.

Un vaso de jugo de granada contiene más antioxidantes que el vino tinto, el té verde, arándanos o grosellas.

Resultados Clínicos

Un compuesto que se encuentra sólo en las granadas llamado punicalagina aporta beneficios para el corazón y los vasos sanguíneos.

La punicalagina es el componente principal responsable de los beneficios antioxidantes.
No sólo reduce el colesterol, sino que también reduce la presión arterial y favorece la reducción de la placa arteriosclerótica en los vasos sanguíneos (esa placa es la responsable de la obstrucción de las arterias y de los tromboembolismos).

Recientemente se realizó un estudio clínico del efecto de la granada en pacientes con obstrucciones severas de las arterias carótidas (las arterias que llevan la sangre al cerebro). Se les dio un vaso de jugo de granada al día durante un año.
Los resultados mostraron que no sólo la presión arterial de los participantes del estudio se redujo en más del 12%, sino que además hubo una reducción del 30% en la placa aterosclerótica.
Los participantes que no tomaron el jugo de granada vieron aumentar su placa aterosclerótica un 9%.

En otros estudios, se demostró que los potentes compuestos antioxidantes encontrados en las granadas redujeron la agregación plaquetaria y la presión arterial, factores que contribuyen a la aparición de ictus e infartos cardiacos.

Pero las granadas no sólo son beneficiosas para el corazón y los vasos sanguíneos sino que también se ha demostrado que inhiben el cáncer de mama, cáncer de próstata, cáncer de colon, la leucemia y los cambios vasculares que promueven el crecimiento tumoral, en animales de laboratorio.

Varios estudios in vitro han demostrado este notable efecto anticancerígeno.

Otros estudios adicionales y ensayos clínicos que se están desarrollando tienen la esperanza de revelar este efecto fascinante en los seres humanos.
También es importante resaltar que el jugo de granada contiene compuestos fitoquímicos que estimulan los receptores de serotonina y de estrógeno, lo que parece mejorar los síntomas de la depresión y el aumento de la masa ósea respectivamente en animales de laboratorio.

Añade semillas de granada, por ejemplo a tu ensalada, para darle un brillante colorido, un toque crujiente y para hacerla más nutritiva.


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