Revista Cine

La guerra de los botones (Christophe Barratier, 2.011)

Publicado el 13 enero 2013 por Rugoleor @rugoleor

Póster: La guerra de los botones (Christophe Barratier, 2.011)

La guerra de los botones (Christophe Barratier, 2.011)

Ficha:

Título Original: La nouvelle guerre des boutons.
Director: Christophe Barratier.
Guionistas: Christophe Barratier, Stéphane Keller, Thomas Langmann.
Intérpretes: Guillaume Canet, Laetitia Casta, Kad Merad, Gérard Jugnot, Jean Texier, François Morel, Marie Bunel, Thomas Goldberg, Théophile Baquet, Louis Dussol, Nathan Parent, Eric Naggar, Anthony Decadi, Vincent Bowen, Ilona Bachelier, Yvonne Gradelet, Aristide Demonico.
Productor: Thomas Langmann.
Fotografía: Jean Poisson.
Música: Philippe Rombi.
Montaje: Anne-Sophie Bion, Yves Deschamps.
País: Francia.
Lugares de Rodaje: Auvergne, Francia.
Año: 2.011.
Duración: 102 minutos.
Edad: Apta para todos los públicos.
Género: Aventuras, Comedia, Drama, Familiar.
Distribuidora: Alta Classics, S L. Unipersonal.
Estreno: 11-11-2.011.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España.
Espectadores: 75.626.
Recaudación: 471.881,04 €.
Calificación: 5,827.

Sinopsis:

Mientras la tierra se ve sacudida por los terribles sucesos de la Segunda Guerra Mundial, otra guerra se libra en un pequeño rincón del campo francés. Los chicos de los pueblos vecinos de Longeverne y Velrans siempre se han odiado. No pelean por ningún motivo especial. Simplemente, no quieren ver a sus vecinos cerca de donde ellos viven. En una de esas batallas, Lebrac, un chico de trece años de Longeverne, conflictivo pero de gran corazón, tiene una idea brillante: arrancar todos los botones de las ropas de los prisioneros que tomen, para que vuelvan a sus casas medio desnudos, vencidos y humillados. Se ha declarado la “guerra de los botones” y el pueblo que reúna el mayor número de botones será declarado vencedor.

Comentario:

Tras el éxito de “Los chicos del coro”, sus creadores se vuelcan en esta nueva adaptación del clásico de Louis Pergaud ya llevado al cine por Yves Robert (1.962), entre otros. Estamos en el terrible periodo de la Segunda Guerra Mundial. Toda Europa se resiente. ¿Toda? No, mientras el continente está en guerra, dos pequeños pueblos franceses tienen sus propios conflictos. Rivales desde siempre, las dos aldeas se retan en un duelo. Un día, un joven tiene una brillante idea: robar los botones de los prisioneros. Quien consiga más botones se erigirá en ganador de esta atípica batalla.

Crítica:

22-11-2.011 – ANTÓN MERIKAETXEBARRIA

Juegos de guerra

De nuevo el universo infantil vertido en imágenes, puesto que “La guerra de los botones” es la nueva versión del filme francés del mismo título que Yves Robert rodó en 1.962, inspirado a su vez en una novela de Louis Pergaud, a través de la cual se reivindica la ilusión propia de los verdes años, tan necesaria en los calamitosos tiempos que corren. El argumento, situado en la Francia rural, a finales de la Segunda Guerra Mundial, describe las andanzas de un grupo de chavales, sus juegos, sus peleas incruentas, sus colecciones y su forma de relacionarse y aprender. El realizador Christophe Barratier registra con su cámara las peripecias de todos ellos, observados a cierta distancia por los adultos, incapaces de comprenderles ni en sueños.

Sus descubrimientos, sus alegrías, sus tristezas y sus inquietudes nos atraen. Los grandes ojos abiertos de la adolescencia poetizan todo lo que abarcan, por muy duro e inclemente que sea el marco donde se desarrolla la historia. Así, menos lograda que “Juegos prohibidos” (René Clement, 1.952) y más alegre que la superior “Adiós, muchachos” (Louis Malle, 1.987), a esta nueva “Guerra de los botones” le falta dramatismo, percepción humanista, mayor hondura en la definición de caracteres, tal vez por culpa de su relamida fotografía y la escasa consistencia de su escenografía.

De ahí que en el cómputo final, en la película de Barratier se eche de menos un mayor compromiso ético y estético con una época de triste recuerdo: la de Francia en aquellos oscuros años; un tiempo de inaudita tristeza, inmerso en la luz mate y fúnebre de las tierras sin amor. Un mundo clavado en la crueldad y la desesperanza. Sin duda, existe el infierno, y la tierra es a menudo un infierno irrespirable. Tal y como se pudo comprobar durante la Ocupación alemana de una nación humillada y ofendida por el Tercer Reich. Quedan, eso sí, bonitos planos de la campiña gala, una simpática historia de amor entre los adultos y las sonrisas de los niños, que siempre son muy de agradecer.

0 Lecturas


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revista