Revista Recursos Humanos

La guerra del aire acondicionado en la oficina

Por Anécdotas De Secretarias Erika Martin @erikassistant
La temperatura de la oficina siempre es origen de mucha polémica y malos rollos entre compañeros porque, como sabéis, mientras unos se asan de calor y sudan como pollos, otros se mueren de frío.
La guerra del aire acondicionado en la oficina

Unos lo llevan mejor y otros... otros parece que tienen como misión en su vida hacerse con el mando a distancia del aire acondicionado. Igualito que en casa con el mando de la tele. ¿Por qué?


  • porque ponen el termostato a -15º y dejan de sudar como pollos.
  • porque decidir la temperatura les da cierto poder o control sobre los demás. Les hace sentir importantes y todo.
  • porque tener el mando escondido en el cajón para que nadie se lo quite, con las baterías guardadas por separado en otro lugar por si acaso, para ellos es disfrutar de un cierto status o prestigio, como lo de estar sentado al lado de la ventana o en el pasillo. 

Bueno, en mi oficina esas guerras no ocurren. Trabajo en un edificio inteligente de esos en los que no se pueden abrir las ventanas por si acaso alguien se suicida. No tenemos splits con mando para regular la temperatura. En nuestro caso, la climatización de mi oficina está centralizada y se controla desde el centro de mando del edificio. Muerto el perro se acaba la rabia.

Cuando es invierno ponen el aire acondicionado (frío) a 15º y en verano la calefacción a 25º. Los de mantenimiento dicen que es para que no haya mucho contraste térmico ir a la calle y que el cuerpo no lo acuse. Por esa razón, cuanto más bajan las temperaturas (pej olas de frío), más bajan los grados en el interior de las instalaciones. En verano ocurre lo contrario.

Teniendo en cuenta que en Madrid la temperatura media en invierno es de 0º -10º y en verano 30º - 35º o más, efectivamente no hay mucha diferencia entre estar sentado en la oficina o estar en la calle.

Lo que pasa que por la calle estás en movimiento y en la oficina sentado sin moverte. Cuando estás 8 horas a 15º sin el abrigo puesto, con faldita y medias os aseguro que terminas destemplándote.

Mientras uno tiene que escuchar eso de:

Uy, qué calentitos estáis en la oficina - en invierno
Uy, qué fresquitos ¿eh? - en verano
¿Sabes que en verano el frío que hace en las oficinas, es el causante del 20% de los resfriados que se producen en todo el año?Fuente: Unipresalud
En mi puesto concretamente me he estado congelando durante años. Como no podía matar a nadie por hacerme con el mando, inicié otro tipo de guerra. Me he quejado una y mil veces. Y siendo perseverante jaja he triunfado en mi batalla particular.

Para desgracia mía, tengo la salida del aire acondicionado justo encima de mi mesa. Lo que significaba que en invierno, cuando bajan aún más las temperaturas (en la calle y en la oficina) tenía que ir vestida como si fuera a trabajar a la intemperie en el Polo Norte. Ropa térmica y de premio me echaba una manta polar sobre las piernas en plan abuela. En ocasiones ni siquiera me quitaba el abrigo ni los guantes. Y es que muchas veces cuando salía a la calle sentía calorcito a pesar de que el termómetro de la parada de autobús de la acera marcaba 10º.


Estaréis pensando que exagero. No, de verdad que no. Un día me llevé un termómetro de casa y lo puse sobre mi mesa. Resultado: 13º. Así no era de extrañar que cuando venían mis compañeros a verme nunca se quedan más de 2 minutos. - Erika ¿como lo aguantas? joder ¡qué frío hace aquí!- Erika, en este congelador no te van a arrugas ¿eh?
- Erika, no me enrollo. Esta ventolera que tienes aquí me está destrozando el peinado y voy a acabar con pelos de loca.

Una vez un compañero me dijo:

-Erika, tráete un calentador eléctrico de casa
- Sí, hombre, encima de puta, pongo la cama. ¿Y qué más me traigo de casa? ¿el boli? (ojo, que hay muchas empresas donde el material de oficina te lo tienes que llevar tú de tu casa)
El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo recomienda que, la temperatura debería mantenerse entre 17 y 24ºC en invierno por llevar ropa más abrigada. En verano entre 23 y 27 ºC por ir con ropa más fina (Real Decreto 485/1997)

No obstante, pasar frío no era el problema. Mi drama era que el chorro de aire que salía sobre mi cabeza era huracanado. Lo sé, otra vez pensáis que lo estoy sacando de madre. No, no. Cuando alguien pasaba por allí se levantaban las hojas de papel por la corriente que había. 

Casi todos los días llamaba a los del centro de mando para que subieran los de mantenimiento. Unas veces subían y otras no. Yo creo que era porque veían mi teléfono en el display y pensaban:
- Joder, otra vez la secretaria, qué pesada es.

Cuando aparecían por allí, les lloraba y me respondían: 

- La temperatura es correcta, marca 15º
- En la calle hacen 10º. Estoy destemplada ¿No se puede poner la calefacción un rato? ¿aire calentito?
- No se puede hacer eso, estamos en invierno.- Esto es de locos. ¿Y si condenáis la salida?- Ya pero entonces no tendrás aire ni frío ni caliente.- Me da igual, no quiero nada, con la temperatura ambiente es suficiente.- Pues no podemos cerrar la salida- ¿Y reducir el caudal del aire?- No, tampoco
¡Flipante! No se podía poner la calefacción en invierno ¡Qué impotencia!
La guerra del aire acondicionado en la oficina

Cuando te pasas varios meses trabajando con esos vientos huracanados a temperatura polar, el cuerpo empieza a resentirse.

  • Una vez me constipé gracias a las corrientes de aire. Aquello pasó a bronquitis. Y ésta a neumonía. Estuve un mes en cama agonizando porque además, como muchos ya sabéis, soy asmática.
  • El zumbido constante del aire acondicionado me provocaba dolores de cabeza. No he tomado más paracetamol en mi vida (a mi el ibuprofeno no me hace nada)
  • La falta de humedad en el ambiente, hizo que la piel se me resecara y agrietara. Me tenía que echar crema cada dos por tres. Llegó un momento en el que tuve que ir al dermatólogo. Y también me dejé caer por centros de belleza a darme tratamientos con mascarillas y cremas a base de vitamina C, oxígeno, caviar, oro ...
  • Las horas delante del ordenador junto con la cortina de aire afectó a los ojos hasta el punto de que, simplemente con parpadear, se me llenaban de heridas en las córneas. La consecuencia es que me tengo que echar una pomada todas las noches de por vida para rehidratarlos como refuerzo a las lágrimas artificiales.

Un día harta con la situación, cogí mis informes médicos y me personé en Recursos (In-)humanos:

- Me muero de frío en mi sitio. Así no puedo trabajar. Ese chorro de aire me está matando. Tengo los ojos y la piel fatal.
La guerra del aire acondicionado en la oficina


- Ya, Erika, pero no podemos hacer nada.

- ¿Cómo? - No es asunto nuestro, sino de mantenimiento. - Los riesgos laborales sí son asunto vuestro ¿o ha cambiado la ley y ahora los gestiona el mensajero?- Erika, no te pongas así
- ¿Cómo quieres que me ponga? ya pillé la neumonía una vez
- ¿Seguro que no cogiste frío en la calle?
- Interesante, en vez de buscar soluciones, echáis la culpa a otros. No pasa nada ya me queda claro que estáis para darle a la tecla al Nomina Plus y poco más.
- ¡¡Erika!!
Seguramente otra vez estáis pensando que exagero la conversación que tuve con RRHH. No, amigos. Nos llevamos a matar. Parecemos el perro y el gato. Nos metemos cada corte y puñalada trapera que... bueno, eso da para otro post y el caso es que en esta ocasión pasaron de mi como de comer mierda.
Podría haber ido a los del comité de empresa pero ni me acerqué. ¿Para qué? siempre están desaparecidos con sus horas sindicales. Al menos en mi empresa.

En vista de que en la oficina nadie se tomaba en serio mis quejas, decidí dar un paso más. Así que cuando fui al reconocimiento médico de la empresa, aproveché. 

En el formulario ese que tienes que rellenar antes de que te vea el médico, en el apartado de ¿algún riesgo laboral? escribí con pelos y señales mi tragedia.

Una vez en consulta, el médico me revisó los ojos:- Cierto, tiene heridas en las córneas.
- He traído mis informes médicos 
Los leyó
- Sra. Martin, la entiendo perfectamente. Es muy incómodo trabajar con frío pero cuando eso empieza a afectar a la salud ya pasa a ser intolerable.
Ay, amigos, casi lloro de la emoción. Por fin alguien con empatía que al menos me escuchaba.- Voy a solicitar que se persone el técnico de riesgos laborales. No puede trabajar en esas condiciones y menos siendo asmática- ¿En serio? ¿de verdad va a mandar un técnico?- Sí, no diremos que fue Usted quien se quejó para evitar represalias.- Me he quejado tantas veces que van a saber a ciencia cierta que fui yo. No me importa si les dan mi nombre. Así aprenden que si no es por las buenas, será por las malas.
Unas semanas después, apareció por mi mesa un tipo que se puso a medir el caudal de la salida del aire. Detrás de él, estaban los Inhumanos y los chapuzas de Pepe Gotera y Otilio de mantenimiento. Les teníais que haber visto. Qué pelotas, que simpáticos todos con él.
Era el técnico de riesgos laborales que hizo la ronda por toda la oficina.
La guerra del aire acondicionado en la oficina
Pasados unos días, aparecieron mis amigos los ñapas con una escalera. Abrieron la tapa del techo y se pusieron a hurgar en los conductos. 
- ¿Qué hacéis?
- Estamos regulando el caudal
- ¿Cómo? si no se podía hacer nada.
- Bueno, algo siempre se puede hacer.
- Uuumm, claro, qué casualidad, se puede tocar el aire justo después de la visita del de riegos laborales ¿no?

Casi me fulminan con la mirada. No entiendo por qué jejee.

Al día siguiente dejó de salir aire. Ni frío ni calor. 

Ay, qué bien trabajo ahora. Ya no oigo el zumbido constante del aire. Ya no se me vuelan los papeles cuando pasa alguien por delante de mi mesa.

Ya no tengo que ir vestida de esquimal. Ya no necesito echarme crema hidratante cada hora. Cuando toso, no me acojono pensando que la pulmonía está al caer. Sin duda, lo mejor de todo es que ya no tengo esa sensación de tener los ojos llenos de tierra, quemándome y molestándome la luz incluso en días nublados.

¿Y vosotros? ¿pasáis frío o calor en el vuestro trabajo? ¿os habéis peleado por el mando del aire? ¿y por el de la tele en casa, jaja? 



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