La indolencia es la madre de todos los derrumbes. La indolencia de quienes reciben las súplicas de sus habitantes y no se ocupan de ellos, para luego hacer gala de las atenciones que en realidad nunca brindan a la población de los cuales alardean en medio de los cónclaves del mundo.
La Habana se sigue cayendo en pedazos como dicen los pobres habitantes de esta ciudad que irradia una magia que hoy es atractivo esencial del turismo mundial.
Desde La Habana llegan los testimonios de los sin voz. A través de Cubareporta nos cuentan sus penurias.
Con información de Cubareporta y Youtube.
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