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La historia de las Fallas de Valencia

Publicado el 22 febrero 2014 por Fallasenvalencia @Fallasyvalencia

Las Fallas es una festividad de arraigada tradición en la ciudad del Turia y alrededores, que se celebra del 15 al 19 de marzo. El primer acto que enciende la mecha fallera es el de la Crida, el último domingo de febrero. Homenaje al patrón de los carpinteros San José que desde hace ya un tiempo está catalogado como fiesta de Interés Turístico Internacional.

Pero para entender la historia de las Fallas de Valencia hay que remontarse a años atrás cuando las hogueras que se encendían en la víspera de San José comenzaron a conocerse por el nombre de Fallas.

A nuestros días llega una información dada por el Marqués de Crüilles que asegura que el origen de las fallas nace de la mano del gremio de carpinteros en la víspera de San José, cuando hacían una hoguera con aquello que tenían en sus talleres. De esta forma, quemaban sus parots (estructuras de las que colgaban los candiles que les daban luz) ya que con la llegada de la primavera caían en desuso.

Otros autores afirman que dado que el fuego es una tradición pagana las fallas son una evolución de este antiguo ritual, realizado con el fin de dar la bienvenida a la primavera.

No obstante, no es hasta 1740 (siglo XVIII) cuando realmente llegan las primeras informaciones pues las hogueras que se realizaban en la ciudad de Valencia comenzaron a recibir un nombre, el de Fallas. Ya en aquel entonces se realizaban monumentos satíricos en los que se exponían a diversas personas a la vergüenza pública. Los vecinos de cada calle daban forma a estas figuras burlescas y poco a poco se incorporaron carteles alusivos a algún personaje del barrio. Asimismo, los niños pequeños comenzaron a pedir de casa en casa “una estoreta velleta” (alfombra vieja) para quemar junto a las fallas. Unos monumentos que se componían de cajones altos con 3 o 4 muñecos de tela o cartón.

El cambio aparece con los premios a las fallas más artísticas por parte de Lo Rat Penat en 1895 y más tarde del ayuntamiento de Valencia (1901). Así, se varía de una falla burlesca a una más artística creándose a la vez la figura del Artista Fallero.


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