Revista Cultura y Ocio

La hoguera pública. Robert Coover

Por Mientrasleo @MientrasleoS
La hoguera pública. Robert Coover
     "Aquel miércoles por la mañana estaba con el presidente en su rueda de prensa, cuando William Douglas, el magistrado disidente del Tribunal Supremo, soltó la bomba sobre el caso de los Rosenberg. Todo había procedido según lo planeado, se habían agotado las apelaciones, las ejecuciones de los Rosenberg estaban programadas para la noche siguiente y Eisenhower había convocado a la prensa el día anterior para confirmar los detalles y recordar a la nación: "¡Creo que en este mundo no hay rival tan implacable con otra la teoría comunista como yo!"
     Que una editorial que lleva por nombre el título de una de las hoy consideradas como grandes novelas contemporáneas, cuide su catálogo rescatando grandes nombres que requieren una cierta valentía, parece lo propio. Hace honor de hecho al nombre elegido. Por eso no es extraño que últimamente hayan asomado a mi estantería virtual unos cuantos títulos suyos. De hecho, hoy se suma otro, ya que hoy traigo a mi estantería virtual, La hoguera pública.
     El 19 de junio de 1953 el matrimonio de origen judío Rosenberg fue ejecutado tras haber sido acusados de espionaje para la URSS. Una época convulsa en la que se forma un circo que parece encaminado a que este matrimonio sea una suerte de chivo expiatorio público. Para llevar el hilo de la historia y tomar el pulso a cada suceso, nos acompañará un, a ratos narrador, Richard Nixon, un tío Sam convertido en personaje y El Fantasma del comunismo.
     Robert Coover fue uno de mis descubrimientos del año pasado. Un escritor inteligente con una prosa brillante que experimenta con las narraciones en cada título. En esta ocasión, busca un momento histórico relevante para el autor en su país y nos deja una historia que otros hubieran enfocado desde la realidad. Sitúa, para empezar, la ejecución como una suerte de espectáculo público en pleno Times Square para dejarnos una sátira plagada de nombres reales y situaciones que ocurrieron, pero cuyo recorrido sigue fielmente el gusto del propio Coover. Para ellos utilizará un narrador de situación, que nos vaya dejando datos y colocándonos local y globalmente, y otro que participa activamente en la historia y que es, nada menos, que el propio Nixon. Un personaje único, del que disfrutamos cada palabra. Un hombre lisonjero e inseguro que no tiene armas sociales, salvo si acaso la charlatanería, con una malicia que se percibe a todas luces y un ansia de poder mal disimulado. Un hombre que nos llega bajo el mandato de Eisenhower y que se coloca bajo el foco narrativo convirtiéndose en un personaje inolvidable y crucial con el que disfrutar. Un personaje del que podría seguir hablando páginas pero que es mejor que descubráis vosotros, un hombre al que Coover completa en la ficción dotándole de los rasgos precisos, de la duda, convirtiéndolo en determinante pese a que se vea acompañado del Tío Sam y de El Fantasma.
El Tío Sam por su parte, es casi una caricatura del espíritu norteamericano, un dibujo andante con pañuelo moquero azul, rojo y blanco que se pasea campechano y buhonero, charlatán a ratos molesto por sus palabras y que se ve acompañado por ese fantasma comunista, alter ego de un pensamiento.
     El autor con todo esto y unos cuantos datos más, nos deja una novela tan brillante como inclasificable, una ficción histórica en la que los hechos toman los derroteros que personalmente decide el autor y que nos muestran un momento y una exageración de la sociedad.
     Leer a Coover es disfrutar, olvidarse del término posmodernismo literario y dejarse llevar en ese tiovivo que suponen sus novelas sabiendo ya en la primera lectura, que en algún momento tocará releer para captar cada matiz. La hoguera pública es una sátira, un juego de luces realmente bueno. Quede para Coover toda mi admiración.
     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semzna?
     Gracias

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