Revista Opinión

La humildad del presidente Juárez

Publicado el 18 marzo 2016 por Jamedina @medinaloera

Plaza de Armas de Guadalajara en tiempos de Benito Juárez.

Plaza de Armas de Guadalajara en tiempos de Juárez.

Entre las virtudes que hicieron grande la figura del Benemérito de las Américas, don Benito Juárez García, nacido el 21 de marzo de 1806 en San Pablo Guelatao, Oax., destaca, además de su honradez, su modestia, su trato humilde y sencillo con la gente. Sobre esto hay muchas anécdotas que la Historia ha rescatado.

Una de estos sucesos ocurrió con un peluquero de Guadalajara, Jal., en el año 1858, cuando al salir una mañana del Palacio de Gobierno, donde estaba hospedado, don Benito, siendo entonces presidente de la República, cruzó la Plaza de Armas y entró a una peluquería ubicada en el portal frontero, para que le hicieran un corte de pelo.

Cabe señalar que en esta ocasión el presidente iba solo, como acostumbraba con frecuencia, es decir, no traía escolta (en plena Guerra de Reforma), y al llegar a la peluquería esperó su turno y se sentó colocando el sombrero en la silla de junto.

“El sombrero se pone en el clavijero”, le dijo de mala gana el peluquero, que al verlo chaparrito y prieto, ni idea tenía de quién era.

Don Benito tomó su sombrero y lo colocó donde le dijeron, pero al rato llegaron sus colaboradores, que ya lo andaban buscando: “Señor presidente, ya nos tenía usted preocupados por su ausencia”.

Al darse cuenta el peluquero que su cliente no era otro que el presidente Juárez, se deshacía en disculpas.

–“No se disculpe amigo, el presidente es el primero que debe respetar el sitio donde se encuentre”, respondió.

javiermedinaloera.com

Artículo publicado por la revista México Rural en su edición de marzo de 2016.


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