Vamos con una nueva semana en la que te presento a un simpático habitante de mi jardín que da nombre al post de hoy.Ahora mismo te cuento por qué.
Mi cactus "flamenco" me resulta muy simpático. Es un cactus bastante grande ya, que tenía en la terraza de mi casa antigua y que curiosamente, debe tener al menos 5 o 6 años. Está en nuestras vidas de la manera bonita en que solo un cactus sabe estar: casi no se nota su presencia porque no estamos pendientes de regarlo, le da un sol de justicia en verano y estoy segura de que más de una helada en pleno invierno le ha debido de caer.Una de las veces en que nos estuvimos llevando cosas a la casa nueva decidimos que sería más feliz en el jardín, con los árboles y plantas que allí tenemos. Y él, contento con la mudanza, nos ha compensado con una flor amarilla, rabiosa y alegre como ella sola.Y le ha salido justo en todo lo alto de sí mismo, parece el clavel reventón que se ponen algunas flamencas para pasear su arte por la feria.Por eso yo lo llamo, "mi cactus flamenco".