Revista Diario

La importancia de las cosas sencillas

Por Alebony @alebony
Hace varios meses me salió un porotito en el dedo meñique de la mano izquierda. No era una gran cosa, un poroto en el dedo lo tiene cualquiera.
Pero cuando este porotito empieza a crecer y a ponerse cada vez más  duro y doloroso, es necesario ir al médico y descartar cualquier cosa rara. De inmediato se te vienen a la cabeza las enfermedades más catastróficas del planeta.
Bueno, descartada cualquier enfermedad terminal, el dermatólogo sugirió extraer el poroto mediante una cirugía ambulatoria. Un procedimiento común y corriente, de riesgo cero.
La operación se realizó hace dos semanas. Luego de la extracción, el médico me vendó el dedo y me dio unas recomendaciones de cómo cuidarlo. Entre ellas estaba la limpieza diaria y la imposibilidad de mojarme el dedo. Todo esto por dos semanas.
Al principio lo vi como una oportunidad de descanso de las labores diarias de dueña de casa. No podía lavar la loza, apenas podía cocinar... ni hablar de hacer aseo. Y para bañarme, tenía que usar una bolsa en la mano.
Pero luego te vas dando cuenta de la necesidad que tienes de hacer cosas y la lata y frustración de no poder hacerlas. Llegó un momento en que me sentía realmente inútil.
Ver la cocina sucia y con la loza sin lavar, aunque no se crea, causa angustia. Quizás no porque sea la cocina y yo sea mujer. Es el hecho de querer hacer algo tan básico y simple y no poder.
En las mañanas, es la lata de lavarme la cara con una mano. Vestirme con el miedo de pasar a llevarme la herida.
Salir de la casa y tomar la micro llena, afirmarte de los fierros cochinos y tu dedo indefenso.
Y todo por un poroto en el dedo meñique. En el meñique po! A mi juicio el dedo más inútil de la mano. Ese mismo dedo ahora me demostraba que era importante. Que si el meñique no funciona, automáticamente el anular se vuelve leso. Y que te deja la mano inutilizable.
Sé que es una tontera todo esto, pero son en estos casos cuando uno entiende que la simpleza de las cosas son las que verdaderamente nos hacen feliz.
Ayer me sacaron los puntos del dedo y pude volver a hacer mi vida normal.
La felicidad que me produjo poder llegar a mi casa y mojarme ambas manos por igual y lavarme la cara, fue impagable.
Estaba tan feliz, que hasta ensucié loza a propósito para después lavarla.
Sí. Las cosas simples son las mejores. Y la carencia de éstas, te hacen miserable. Es así de simple.
Así que mi consejo de hoy es que disfruten con lo que tienen. Simplemente eso.******************************** Amigos de Facebook: no olviden ingresar a www.alealegria.blogspot.com Es super chori!! ********************************

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