Revista Opinión

La importancia de llamarse Israel

Publicado el 20 julio 2014 por Icaro @ateneo

La importancia de llamarse Ernesto es una obra de Oscar Wilde, ubicada en la Inglaterra de la época victoriana, la trama se desarrolla alrededor del protagonista John  y Ernest, su hermano ficticio. El argumento es bastante conocido, un joven llamado Jack Worthing, a fin de pasar el mayor tiempo posible de juerga en Londres, se ha inventado a un hermano menor por el que velar, cuyo nombre dice que es Ernest.

Palestina que era propiedad de Inglaterra (perdón, quiero decir un protectarado britanico) se inventó un nombre ficticio, un estado,  llamado Israel. De esta manera Inglaterra, apoyada por Francia, podía estar de juerga por Extremo Oriente  y controlar a Egipto.  Un Egipto que por aquel entonces  comenzaba a estar harto de la dominación inglesa  y donde un incipiente nacionalismo, de la mano de Nasser, amenazaba con nacionalizar el Canal de Suez.

Israel, que vive en Palestina, recibe cientos de miles de refugiados judios que no han sido masacrados en los campos de concentración, desequlibrando la población de Palestina que hasta aquellos años era mayoritariamente árabe. El hermano ficticio, el estado ficticio creado por Inglaterra y Estados Unidos, se hace real y acaba asesinándolo, al igual que hizo Cain a su hermano Abel.

Según la Biblia, Dios castiga a Cain, todos somos hijos de Cain, todos somos culpables, deberá venir Jesucristo para perdonar nuestros pecados. Nace la religión.

La realidad es que Estados Unidos, Dios, no sólo  no castiga a Israel, además  hace pagar el holocausto no a Occidente sino al pueblo árabe.  Nace el terrorismo.


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