La independencia de Cataluña

Antes de nada decir que ya sé que esta entrada a muchos les aburrirá o solo el título habrá hecho que cerréis la página pero bueno, lo considero un tema interesante y que además hace tiempo que le dije a uno de mis mejores seguidores, mi tío Raimundo, que lo trataría en mi blog. Por cierto, también decir que lo que váis a leer a partir del siguiente parrafo esta copiado y pegado de una especie de guión que me hice para dar una exposición oral en clase de Economía. Tal vez por eso parezca mas serio de lo normal.

Para hablar de este tema, del que se puede extraer mucho tanto políticamente como económicamente, he decidido emplear información de dos noticias de periódicos diferentes: una del 11 de Noviembre del Economista.es y otra del 15 de Septiembre del Vozpópuli.com.

                          

Cataluña ha sido la comunidad autónoma con mayor caída de las inversiones extranjeras durante el primer semestre del año 2014 con respecto al anterior, en concreto 745 millones de euros, lo que es un 58,7% menos. Esto es causado debido a la inseguridad que transmite a los inversores la posible separación de Cataluña y todo lo que ello conllevaría.

Todo esto ya nos suena a economía por los números, porcentajes y el dinero… pero si de verdad tuviéramos que aplicarle un concepto de los que hemos dado en clase sería el coste de oportunidad. ¿Por qué? Muy fácil, esta caída de las inversiones catalanas debida al separatismo supondría un retroceso del 99% en la empresas de alimentación, del 91% en automóvil y del 71% en las industrias manufactureras, tres sectores básicos de la economía catalana.

Hablando de forma más individual, se dice que la independencia costaría 7.800 euros a cada catalán y 5.000 a cada español. Esto nos da a entender que el tan popular debate de quien ganaría mas con el separatismo, si España o Cataluña, sería más bien quien perdería menos.

A corto plazo, la separación supondría para Cataluña unos ingresos anuales de 40.000 millones. Sin embargo, a ese dinero habría que restar dos nuevos gastos que ahora cubre el Estado Central: los servicios públicos y por otro lado las llamadas políticas de promoción y protección civil. Estos gastos ascienden a 39.000 millones, lo que dejaría a Cataluña con un insignificante beneficio de 1.000 millones anuales. Esto si utilizamos como dato el 15% del paro de 2009 porque con el 24,4% actual el saldo para Cataluña sería incluso negativo.

A esto sin sumarle otros costes imprevistos. Por ejemplo, Cataluña al no formar parte de la UE tendría que pagar aranceles para comerciar con España, donde va dirigida más del 55% de su exportación. En definitiva, la riqueza per cápita de los catalanes descendería de tal manera que se pondría bastante similar a la de Grecia o Eslovenia.

Con esto no quiero decir que España ganaría con la independencia, que no lo haría, pero si pienso que perdería bastante menos que Cataluña así que por eso, metiéndome ahora en el aspecto político, yo pienso que es tanto el daño que está haciendo Cataluña a los españoles con su independencia que ha llegado la hora de ponernos en nuestro lugar y plantearnos si realmente son ellos los que no nos quieren a nosotros o nosotros los que ya no les queremos a ellos después de todo lo ocurrido.