PIGS es un acrónimo peyorativo en inglés con el que medios financieros anglosajones se refieren al grupo de países de la Unión Europea conformado por Portugal, Italia, Grecia y España, con problemas profundos en la gestión de la crisis, el déficit y la balanza de pagos. Tras la crisis de 2011, el término suele incluir a Irlanda (con el acrónimo PIIGS). A veces también se ha añadido al Reino Unido, formando el acrónimo PIGGS o PIIGGS. Ahora, tras la estafa de los motores VW, quizás haya que agregar otra "G", por Germany.
Al margen de las especulaciones, lo que es cierto es que si la chapuza-estafa de los motores trucados se hubiera producido en uno de los países del sur de Europa, acusados por los anglosajones de poco serios y rigurosos, el grito habría llegado al cielo y el escándalo habría alcanzado proporciones mayúsculas. La prensa alemana, secundada por los países nórdicos y anglosajones, habría aireado, indignada, que estos del sur de Europa son vagos, indolentes, pícaros y estafadores. Pero la brutal estafa ha ocurrido en Alemania, el país con mejor fama de riguroso, eficaz y serio de toda Europa, lo que ha dejado estupefacto a los mercados mundiales.
La trampa alemana es mas vieja de lo que se admite y va a causar mas daños de los previstos. Algunos datos indican que en la alta dirección del grupo se conocía desde antes de 2014 y todo indica que fue un recurso empresarial adoptado no de manera accidental o aventurera, sino reflexionado y entendido como un avance tecnológico, lo que convierte la chapuza en mas grave y preocupante.
Entre las consecuencias del escándalo destacarán la pérdida de cuota de mercado de Europa en la industria automovilistica mundial, la pérdida de prestigio de los productos alemanes y europeos en los mercados mundiales, el enorme coste para el grupo Volskwagen-Audi, que dejará de invertir y perderá su posición como primer fabricante mundial, su marca perderá miles de millones de euros de valor y muchas inversiones previstas quedarán abandonadas.
La chapuza-estafa de Alemania es un descenso de calidad, de ética y de rigor industrial y comercial que es paralelo a la perdida de calidad, ética y rigor en la democracia, el liderazgo y el proceso de integración europea, con sus valores en crisis. La Europa actual ya no es un modelo que deslumbra al mundo por su desarrollo, ni por su Estado de Bienestar, ni por su democracia avanzada, sino más bien un nido de burócratas, de políticos mediocres y de países que no renuncian a su soberanía, cuyos gobiernos se apoyan mutuamente y que parece haberse olvidado de toda aquella grandeza que iluminó la idea inicial de la integración.
La Europa que ha protagonizado en su corazón industrial la estafa chapucera de Volskwagen es un proyecto decadente, sin ciudadanos y sin democracia real, lamentablemente dividido en dos bandos, el de los políticos y los millonarios, que gobierna y decide, y el de los ciudadanos, que han sido olvidados por el poder y que se sienten abandonados, mientras la Unión gana en injusticia, se aleja de la grandeza y agranda cada día mas la fosa que separa a los países ricos y a los pobres, a los ciudadanos multimillonarios y a los marginados y desposeídos.
Es lógico que la decadencia ética y democrática esté acompañada de una decadencia industrial, económica y política de Europa. Si el rumbo europeo no cambia, habrá mas chapuzas de este calibre en el futuro europeo.
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