La Inspiración

Hoy voy a escribir un post entre personal y profesional. Una reflexión sobre la inspiración.

Hace unos seis meses que tengo verdaderos problemas de inspiración. Salvo contadas excepciones, me está costando mucho no faltar a mi cita semanal en este blog. No sé de qué hablar y me cuesta horrores escribir un post… mucho más hilvanar una historia. Lo he conseguido la mayoría de semanas, pero me cuesta.

Me aterra caer en tópicos, repetir(me), utilizar los clichés de siempre y, sobre todo, no aportar valor. Y mirad que la cantidad de historias que corren por Internet y de experiencias que uno va recopilando en su día a día debería inspirar para escribir dos post por semana. Pero no sé, la inspiración me tiene castigado últimamente.

Aunque pensándolo bien esto tiene su parte positiva. Si lo que tengo que decir (creo que) no aporta valor a nadie es mejor no decirlo.

No acabo de creer del todo en esos post del tipo “10 formas de crear contenido para tu blog” y similares que si bien dan tips para crear historias sobre un tema lo hacen de una manera más bien mecánica y, en el fondo, artificial. Hay que escribir desde dentro para los de fuera.

Si no sientes lo que escribes, si no lo haces desde las tripas o, mejor, desde el corazón lo único que haces es traicionar a tus lectores y, lo peor, dejar de ser quien eres. Y antes de escribir para que Google sepa de ti, escribe pensando en quien te lee. Si lo haces te lo agradeceré compartiendo tu contenido en la red pero, sobre todo, con la fidelidad.

Hay que dejarse llevar por las emociones. Vivimos tan pendientes de lo que los demás quieren que seamos que olvidamos ser nosotros mismos que es, precisamente, por lo que nos valoran más. Prometo quitarme un poco de presión y fluir más. Igual así consigo que la inspiración vuelva sola sin que tenga que pillarme trabajando.

Sé tu mismo. No dejes de decir ni de hacer aquello que sientes. Mírate para adentro y escribe de aquello que sabes y que te hace feliz. No hay nada mejor que sentir que la gente aprecia lo que dices y haces. Ni mejor recompensa que un “Gracias. Me has ayudado mucho con lo que escribiste hoy”. A veces, cuando practico el arte de dejarme ir, me salen frases ocurrentes, simpáticas y profundas. Y hasta buenos post.

Y pasión, mucha pasión. Otra cosa que deberíamos grabarnos a fuego y practicar más a menudo (me incluyo) .

Ya veis, iba a hablar de contenidos y al final he acabado hablando de la vida misma: emociones, pasión y corazón. Lo demás no importa.

Hasta aquí mi corto post de hoy. Creo que, después de esta especie de catarsis, incluso me siento mejor. Necesitaba hacerlo.

¡Qué tengáis una feliz semana!