Revista Espiritualidad

La ira

Por Ana

LA IRA

Ira

Daniel Goleman nos habla de la importancia de ser conscientes de nuestras emociones para así poder controlarlas. Y la necesidad de controlarlas es porque no podemos ser esclavos de ellas. Para conocer el estado emocional que tenemos en cada momento debemos observarnos, estar atentos a nuestros estados internos sin juzgarlos.“Cuando puedas poner palabras a lo que sientes te apropiarás de ello”. Henry Roth.Goleman dice que no es que para ser felices sea necesario evitar los sentimientos angustiosos, sino que lo positivo es saber reconocerlos y evitar hacernos esclavos de ellos.Hay que controlar el enfado, porque si no se corta a tiempo, la temperatura de nuestro cerebro emocional va aumentando, y del enfado pasamos a la ira, y de la ira a la violencia.Por eso lo primero que debemos hacer es darnos cuenta de que estamos enfadados. Fijarnos en cuales son los pensamientos que producen ese enfado. Y actuar lo más rápidamente posible. El objetivo sería enfriar esa emoción lo más pronto posible. Para ello es recomendable salir del lugar que nos está produciendo el enfado, alejarnos de la persona que nos irrita, abandonar la conversación telefónica que nos está crispando, dejar de pensar lo que nos está alterando. Una larga caminata, ejercicio físico, una relajación, poner música, ver la tele, leer, distraernos, son distintos métodos que pueden enfriar nuestro enfado. A cada uno le va bien el suyo. Todo es experimentarlos. Contrariamente a lo que se piensa, expresar abiertamente la cólera no hace más que echar más leña al fuego, y prolongar la situación. La adrenalina va aumentando progresivamente, inhabilitando nuestro cerebro racional, y nos puede llevar a comportamientos totalmente irracionales. La ira es desde mi punto de vista la emoción más perjudicial para nosotros y para los demás. Los malos tratos, asesinatos, insultos, etc, muchas veces son frutos de la ira. Además de infartos, derrames cerebrales, asma, y un sin fin de problemas. Opino que muchas veces llegamos al enfado y del enfado a la ira, porque esperamos cosas de los demás, esperamos que los demás actúen de determinada manera, que las cosas ocurran como habíamos pensado, y cuando salen de otra forma nos irritamos. Si además, estamos cansados, todo nos cae peor. Yo creo que para evitar esto habría que empezar por no esperar nada de nadie, no tener ideas preconcebidas respecto a como van a ser las cosas, aceptar lo que venga.Pues nada más, tranquilidad, respiración profunda, y un paseito.

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