La isla interior (Dunia Ayaso, Félix Sabroso, 2.009)

La isla interior (Dunia Ayaso, Félix Sabroso, 2.009)

Calificación:

Crítica: 6,019 Público: 6,381 España: 6,093 Rugoleor: 6,004

Ficha:

Título Original: La isla interior

Directores: Dunia Ayaso, Félix Sabroso

Guionistas: Dunia Ayaso, Félix Sabroso

Intérpretes: Alberto San Juan, Candela Peña, Cristina Marcos, Geraldine Chaplin, Celso Bugallo, Antonio de la Torre, Ángel Burgos, Paola Bontempi, Marta Rubio, Emy Cazorla, Vicente Ayala

Productores: José Herrero de Egaña, Juan Romero

Fotografía: Juan Antonio Castaño

Música: Lucas Vidal

Montaje: Ascen Marchena

Nacionalidad: España

Año: 2.009

Duración: 91 minutos

Edad: 13 años

Género: Drama

Distribuidora: Alta Classics, S. L. Unipersonal

Estreno: 09-04-2.010

WEB Oficial: Web Oficial de la película en España

Espectadores: 61.523

Recaudación: 336.071,04 €

Calificación única: 6,281 (123.032 valoraciones)

Puesto / Total: 63 / 120

Sinopsis:

Las vidas íntimas de una familia. La lucha por sobrevivir a la carga que arrastramos de nuestro origen, de nuestra educación… de nuestros padres. “La isla interior” es una historia sobre el miedo a aquello que podemos heredar. Sobre el miedo a la locura. Gracia, Martín y Coral son tres hermanos con vidas muy diferentes que luchan por salir adelante. Tres náufragos de sí mismos. Aunque saben que se necesitan, siempre acaban dándose la espalda y sin poder ayudarse unos a otros porque, quizá, sus problemas se parecen demasiado. Martín quiere dejar la casa de sus padres para escribir en París. Gracia quiere separar la realidad de la ficción en la que se ha convertido su vida. Coral tan sólo quiere que la quieran. En esta situación de huida y miedo se encuentran los tres hermanos cuando son informados de la inminente muerte de su padre. Este hecho les obligará a enfrentarse entre ellos, pero también a sí mismos.

Comentario:

Tras una carrera llena de titubeos, la pareja de directores y guionistas formada por Dunia Ayaso y Félix Sabroso encuentra su lugar en el seno del drama más desbocado. Manejando con destreza un vertiginoso carrusel de tragedias, el dúo pone en escena la vida de tres hermanos que luchan por salir adelante: Martín (Alberto San Juan) quiere dejar la casa de sus padres para escribir en París; Gracia (Cristina Marcos) quiere aprender a separar la realidad de la ficción; y Coral (Candela Peña) tan sólo quiere que la quieran.

Crítica:

12-04-2.010 – ANTÓN MERIKAETXEBARRIA

Una familia siniestra

Nueva película del tándem Ayaso/Sabroso, ambientada en las Islas Canarias. El argumento se centra en las relaciones de tres hermanos con unos padres esquizofrénicos, donde otra vez un problemático núcleo familiar es el elemento catalizador de toda la trama. Asunto complicado donde los haya, con la siempre problemática convivencia expresada esta vez por medio de retazos de vida, diálogos cargados de reproches y una amargura que termina por resultar tan trabajosa como forzada. Y es que son tan raritos casi todos los personajes que desfilan por la película, carentes para más «inri» del más mínimo sentido del humor, que acaban resultando estomagantes.

Cine intimista al viejo estilo, ribeteado de un frío intelectualismo, cuya idea-eje sobre el que gira el filme es que también hay familias en las que sus miembros se destruyen unos a otros. El miedo al ámbito doméstico está, pues, en el meollo de la película, concentrada en un relato lineal y poco estimulante que, en ocasiones, puede resultar involuntariamente risible. Porque a medida que el espectador va conociendo paso a paso los dimes y diretes de los personajes, los comportamientos disfuncionales de todos ellos, traumatizados y enajenados hasta las cartolas.

Por otra parte, el marco, el ambiente, el clima, la luz privativa de las llamadas Islas Afortunadas o el Jardín de las Hespérides, se merecían un tratamiento más luminoso, rico y variado, sin caer necesariamente en la tarjeta-postal. Tal y como lo lograron en su día Antonio J. Betancor con “Mararía”, y Juan Carlos Fresnadillo con “Intacto”. En “La isla interior”, como diría el castizo, ‘no hay comparanza’. De igual modo, un feísmo visual es la elección asumida aquí por Sabroso y Ayaso, en sintonía con los sombríos hechos descritos, que derivan en un tono mortuorio, poco estimulante y de un pesimismo atroz. Reforzado por un tratamiento obsesivo y plomizo en torno a unas relaciones privadas, representadas por un bien conjuntado reparto.

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