Revista Psicología

La justicia es imposible.

Por Saval

Decir que la justicia no existe invalidaría el hecho de hablar sobre ella, diré por tanto que la justicia no se puede alcanzar. El mundo es un lugar injusto, y la vida muestra la injusticia desde el nacimiento. Unas personas nacen en Finlandia y otras en Rwanda, a partir de ahí ya está todo mal. Pero no quiero desviarme a hablar de contextos o circunstancias que hacen de la vida una cosa u otra. Voy a ceñirme a eso que llamamos justicia.

 

“Que se haga justicia” suele ser la reclamación de una persona a la que le han quitado a su hijx o a su pareja. Y no se puede. Justicia, justo, sería que esas personas que estaban comprando en un supermercado o esas chicas que iban a una discoteca siguiesen vivas. Y no se puede. No se puede devolver la vida. Lo que pedimos en realidad se llama venganza. La venganza no es mala ni es buena. Es la sensación de que hay que intentar recuperar un equilibrio universal en el que si has matado, debes, al menos, pagar por ello. En algunos países pagas con la vida, en otros con la libertad. Pero que pagues, que pagues en concepto de que nos vengamos de ti, te hacemos pagar como sociedad lo que has hecho.

 

La justicia como la entendemos hoy no es más que aplicar una serie de normas sociales, un precio a cada acto. La ley. Y lo principal de la ley, lo que garantiza la validez del castigo es que no se pueda modificar con carácter retroactivo. Que si robar un melón me cuesta que me corten un dedo, no podrá luego venir alguien a decir que me tienen que cortar el brazo hasta el codo. Que habrá alguien para garantizarme que solamente me corten el dedo (aunque según la gente merezca más). Ese alguien es Estrasburgo. Ese alguien donde casi toda España vuelca ahora su ira.

 

Creo que el papel de la cárcel es reinsertar. Un tipo en paro con familia a su cargo, se va a Colombia a traer 1 kilo de coca y le pillan, pasa en una cárcel  sudamericana 6 meses, y aprende la lección. No lo volverá a hacer, está reinsertado. Seguro. Tenerlo 10 años es sádico. Es cruel, es un precio excesivo. Hay otra función que puede ejercer la cárcel y es prevenir que no vuelva a ocurrir. Encerrar a determinado tipo de asesinxs de por vida…pero aquí ya entramos en el peligroso juego de presagiar si volverá o no volverá a pasar. De si podemos detener a gente por un “quizá lo haga” o por tener una cierta predisposición genética o ambiental a ser un delincuente. Ahí me pierdo porque ganaríamos en seguridad pero perderíamos en libertad.

 

“¿Qué dirías si fuese tu hijo el asesinado?” Estará deseando preguntarme alguien, podría responder diciendo que si fuese tu hijo el asesino qué dirías tú. Pero no se puede responder con otra pregunta. Así que simplemente diré lo que haría con un refrán y que cada persona se imagine…

“An eye for an eye makes the whole world blind but…”


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