"Solo la lactancia materna podría salvar la vida de un millón de niños al año, sin embargo menos del 40% de los niños y niñas en países en desarrollo se benefician de la lactancia materna exclusiva debido a la falta de compromiso político y de programas concretos". Creo que es una de las frases que más me ha llamado la atención del Informe sobre el Estado Mundial de las Madres. Algo tan sencillo, ¿qué estamos haciendo?, ¿cuál es nuestra responsabilidad? Noticias como ésta me hacen pensar en un sueño que hace unas semanas hablaba con un amigo, y que aunque ahora no es el momento de realizar, queda entre los planes que me gustaría realizar en mi vida.
Como explica Yolanda Román, responsable de Incidencia Política de Save the Children, “nuestro informe demuestra que la leche materna puede salvar vidas. Todos los
países deben implantar políticas y programas que faciliten la lactancia materna.
En España un 76% de las madres le da el pecho a su hijo alguna vez y el 44%
alimenta a su hijo exclusivamente con leche materna durante los tres primeros
meses. Desde Save the Children pedimos al Gobierno que tome nota de nuestros
vecinos del norte y amplíe las bajas por maternidad y que todos los hospitales
cuenten con personal cualificado que informe y enseñe a las madres cómo dar el
pecho y promueva esta práctica”.
Y es que, la desnutrición es la causa subyacente de por lo menos un quinto de la
mortalidad materna y de más de un tercio de las muertes infantiles en el mundo. De
los diez países que ocupan los últimos lugares del ranking, siete de ellos se
encuentran en medio de una crisis alimentaria. En Níger un millón de vidas de
niños y niñas están en peligro.
La desnutrición es la causa subyacente
de más de 2,6 millones de muertes infantiles al año. Entre los que sobreviven,
uno de cada cuatro niños y niñas en el mundo sufre desnutrición crónica, es
decir, no tienen los nutrientes que necesitan, por lo que sus cuerpos y cerebros
no se desarrollan como deberían. Un tercio de los niños y niñas en Asia, unos
100 millones, sufren desnutrición crónica. En África casi 2 de cada 5, unos 60
millones en total.
El estado de salud de las madres, que muchas veces
padecen desnutrición, influye directamente en la salud de su hijo. En África
subsahariana, hasta el 20% de las mujeres están excesivamente delgadas, en Asia
meridional esta cifra llega al 35%. Además, en los países en desarrollo un 49%
de las mujeres embarazadas tienen anemia, una causa significativa de mortalidad
materna que puede causar partos prematuros y bajo peso en el recién
nacido.
Entre las recomendaciones del informe se incluyen las
siguientes:
- Todos los países deben hacer de la lucha contra la
desnutrición una prioridad, tanto dentro como fuera de su país.
-
Gobiernos, donantes y agencias internacionales deben priorizar la inversión en
trabajadores sanitarios y en la educación de las niñas, dos aspectos clave para
romper el ciclo de la desnutrición.
- Los gobiernos de países en
desarrollo deben comprometerse a implantar planes de nutrición integrados en los
planes de salud materno-infantil.
- Los países donantes y agencias
internacionales deben cumplir sus compromisos de financiación para alcanzar los
Objetivos del Milenio 4 y 5, relacionados con salud materno-infantil.