Revista Infancia

La lactancia: una decisión de la madre

Por Marias

La lactancia es un tema que esta muy a la orden del día. Es una decisión muy personal, pero que a su vez, todo el mundo comenta y acaba siendo tema de debate dentro de los círculos de madres: madres primerizas, bimadres, trimadres, comadronas, asesoras lactancia, grupos de lactancia etc. Y muchas veces, acaba siendo un calvario para muchas madres, sobre todo las primerizas.

La lactancia, debe ser una decisión unipersonal, es decir, que la recién estrenada madre (ya sea madre por primera o quinta vez) sea la que elija de que manera quiere alimentar a sus retoños. Pero, en muchas ocasiones, las madres se ven asediadas por un millar de comentarios y opiniones por parte de familiares, amigos o incluso desconocidos.

Muchas veces, es la propia madre quien pide opinión al respecto (sobre todo las que son primerizas) y en ocasiones acaba siendo un problema. Hay madres que acaban desbordadas porque no se les da bien la lactancia y no tienen el apoyo que necesitan para saber si tienen que continuar con ello o dejarlo y muchas veces, lo que tiene que ser algo alegre, feliz, exultante como es tener un hijo, acaba siendo un poco depresivo y cansado.

Beneficios de la lactancia materna

La lactancia materna tiene muchísimos beneficios, tanto para el bebé como para la madre, que son:

  • Al bebé le aporta defensas.
  • Aporta proteínas, minerales, vitaminas incluso hormonas.
  • Aporta las cantidades necesarias para el bebé de carbohidratos, proteínas y grasa.
  • Evita que el bebé tenga más gases de lo normal.
  • Puede evitar futuras alergias y enfermedades de la piel como eccemas.
  • El bebé puede evitar sufrir diabetes y obesidad.
  • Ayuda a bajar de peso a la mamá.
  • Disminuye el riesgo de algunas enfermedades como pueden ser el cáncer de ovarios y mama e incluso sufrir osteoporosis.
  • Se establece un mayor vínculo entre la madre y el bebé.

Teniendo en cuenta todos estos beneficios, la futura madre debe de tomar la decisión de cómo quiere alimentar a su hijo. Y nunca sentirse culpable por pensar que ha tomado la decisión equivocada. Y mucho menos, las personas que la rodean, machacarla con la decisión que ésta tome.

En muchas ocasiones, es posible que por diversas circunstancias la lactancia materna no se pueda llevar a termino. Ya sea porque se tenga un hijo prematuro, la madre sufra una fuerte mastitis o alguna otra infección que impida dar el pecho o el bebé no consiga engancharse bien (sí, hay veces que los bebés no se enganchan simplemente porque la madre tiene un pezón muy grande o muy pequeño; estas cosas pasan). En estos casos en que se tiene que recurrir a la alimentación artificial no debemos sentirnos culpables ni pensar que no lo estamos haciendo bien, ya que, hoy en día, este tipo de productos son igual de validos que la lactancia materna, y aportarán los nutrientes necesarios a nuestro bebé favoreciendo su desarrollo.

En casos es que la lactancia materna no se puede hacer a demanda o la leche tarda más en subir, se puede realizar la llamada alimentación mixta: que consiste en amamantar y dar biberón.

Este método también permite que el padre puede colaborar en este sentido, ayudando con las tomas nocturnas y facilitándonos el descanso a las madres, que, en los primeros meses del bebé, es fundamental para nosotras en el postparto.

Tomes la decisión que tomes, haces lo correcto. Lo importante es que tu bebé esté alimentado.


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