Revista Salud y Bienestar

La ley y la precariedad del profesional sanitario

Por Saludconcosas @manyez
La ley y la precariedad del profesional sanitarioLa precariedad del trabajador en el mundo sanitario es una constante, por desgracia. Pero, ¿tiene la sanidad pública algún mecanismo para mejorar la calidad de los contratos que ofrece? Nada como hacer un resumen esquemático del actual sistema de recursos humanos del modelo sanitario público (con personal estatutario) para entender lo qué ocurre.La base de todo el sistema de recursos humanos es la plaza o puesto de trabajo. Un centro de salud tiene, por ejemplo, diez puestos de medico y nueve de enfermera. Puede que haya mas gente trabajando o menos, pero las plantilla oficial de ese centro para ambas categorías son 19 plazas. Son los huecos que salen a traslado o a oposición, los que se notifican oficialmente a los registros oficiales, etc.Las plazas oficiales de plantilla solo pueden ser cubiertas por personal fijo (sea por oposición o por traslado), por personal fijo en comisión de servicio (tienen una plaza en otro centro pero los trasladan provisionalmente) o por interinos. El interino es un trabajador temporal que mediante una lista de empleo (la famosa bolsa), puede acceder a una de las plazas.¿Cuanto dura un interino? Depende, pero es esencial dejar claro que el interino solo puede cesar cuando: elija esa plaza un fijo, por oposición o por traslado, o cuando esa plaza se suprima porque se entiende que el centro necesita menos gente. Para hacer esto último hay que motivarlo de forma adecuada, ya que sería una vía para cesar a los interinos.Pero, ¿qué ocurre cuando hace falta mas gente durante unos meses? Para eso están los nombramientos eventuales, también conocidos como acumulaciones de tareas o acúmulos. Los hay de días, de meses o incluso de años completos. En la época en que era difícil aumentar la plantilla oficial (generalmente sanidad no tenía esa competencia y Hacienda lo solía bloquear), se echó mano de los nombramientos eventuales que generalmente no era necesario pedir permiso. Cuando llega el vencimiento de estos nombramientos, se puede pedir la prórroga (debe seguir el mismo trabajador), y de hecho ha habido casos de trabajadores eventuales que han firmado mas de 50 prórrogas y llevan más de cinco años de esta forma. Si no hay prorroga, el trabajador cesa.Para evitar ciertos vicios gerenciales de prorrogar eternamente a los eventuales, la ley deja muy claro que cuando un eventual dura mas de dos años, hay que transformar ese puesto en plaza de plantilla ya que se entiende que es estructural y no eventual. Cuando se transforma, el eventual sigue como interino y su plaza entra en el circo de traslados, oposiciones, etc.Hasta aquí, todo claro. Pero, ¿cuándo un trabajador se pide un día libre, o está enfermo, como se sustituye? Para eso están los nombramientos de sustitución, que van asociados a la ausencia del trabajador titular. Es decir, si alguien se coge dos días, la ley no permite contratar por más de dos días. Y así con todo: una ausencia de un día implica un nombramiento de sustitución de un día. La reincorporación del trabajador implica automáticamente el cese del sustituto.En el caso de las bajas por enfermedad, y dado que no hay mucho tiempo para la entrega del parte de alta, es habitual que el trabajador de baja no avise con la suficiente antelación y muchas veces el sustituto se entere a las 8 de la mañana y en su puesto de trabajo que ese día no tenía que ir a trabajar. Otras veces, aunque el trabajador de baja avise a tiempo, es la administración la que no reacciona a tiempo para avisar al sustituto.En atención primaria es habitual que haya centros de salud con algunos profesionales (uno o dos por categoría) con nombramiento eventual que se encargan de cubrir las ausencias de los profesionales. De esta forma, no se castiga al sustituto con nombramientos breves y permite planificar mejor el trabajo. Sin embargo, estos eventuales a veces no tiene buena prensa entre algunos directivos (o políticos) ya que hay días que no sustituyen a nadie y están "por encima" de la plantilla necesaria, por lo que no es una medida eficiente. Una buena planificación en toda el área ayudaría a gestionar mejor estos nombramientos.Algunas soluciones pasan por:
  • Los plazos son estrictos. Si el trabajador enfermo se coge el alta hoy, el sustituto mañana ya no trabaja. Habría que mejorar el mecanismo de aviso del alta y del cese para evitar jugar con el profesional y que pueda organizar su vida sin problemas.
  • Todos conocemos casos de magníficos profesionales interinos que 12 años después son cesados en un traslado. Los pacientes se quejan (con razón), pero la normativa es clara y tajante (con lo bueno y lo malo que implica). En este caso, sería conveniente mejorar los procesos de selección y hacerlos cada año, sí o sí, como ocurre en educación. Y otro día hablaremos de si las actuales oposiciones son la mejor forma de seleccionar profesionales sanitarios.
  • Los directivos y los políticos deben tener en cuenta que detrás del gasto en recursos humanos hay personas y familias. 
En resumen, que tenemos una política de recursos humanos más centrada en lo estructural que en lo coyuntural. El sistema de plantillas y personal fijo funciona más o menos bien, pero cuando hablamos de temas del día a día, como sustituciones, personal temporal, puntas de trabajo, etc. el sistema fracasa estrepitosamente. Y lo paga el trabajador, y el paciente claro. Quejarse es necesario para dar a conocer la situación, pero hay que poner propuestas de cambio sobre la mesa, ¿no?Nota: se aceptan ideas, propuestas de mejora y sugerencias sobre este tema. Todo es bienvenido. 

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