Revista Cultura y Ocio

LA LIBRERÍA VIDAL, de Juan Luis Vanrell Oms

Publicado el 03 junio 2017 por Yolandat @bt_yolanda

LA LIBRERÍA VIDAL, de Juan Luis Vanrell Oms


FICHA TÉCNICA
EDITORIAL: Chiado
COLECCIÓN: Viajes en la ficción
FECHA PUBLICACIÓN: Marzo 2017
FORMATO: Papel con solapas
Nº PÁGINAS: 514
ISBN: 9789895193684


SINOPSIS
Adolfo Vidal regenta una antigua librería en la que habitan libros extraños, curiosos, incluso malditos. Todos los libros están en venta. Todos menos uno...
Su precaria situación económica le obliga a alquilar parte del local a María Navarro, quien abre un teawine en el que la cocina familiar, los tés y los vinos de pequeño productor conforman la apuesta de su negocio.
La codicia, en forma de especulación, es el modus vivendi de Ricardo y Eugenio, sobrinos de Adolfo y copropietarios , con el librero, de la cochambrosa finca en la que se ubica la librería y el teawine. Para hacer frente a su acoso, el librero y la joven se amparan en el asesoramiento legal de un abogado, César Sánchez.
Las adversidades comunes llevan a María a profundizar en la vida del librero. Un pasado que discurre entre París, Nueva York y Valencia, y que le llevará a averiguar los motivos de la soledad de Adolfo y del temperamento huraño que envuelve su carácter.

"Franquear la puerta era entrar en otro mundo, en un lugar mágico, en una dimensión donde solo vive la quimera, la utopía y la imaginación; donde la palabra realidad no existe; donde todo es una ilusión. Aquel era un lugar plagado de historias, de cuentos y de leyendas; de narraciones del pasado, del presente y del futuro; de aventuras épicas, de comedias, de tragedias, de ensayos, de poemas y de obras de teatro; de sucesos reales y también de episodios que no han ocurrido nunca. Muchos de ellos deberían haber acontecido, otros no."


¿Con qué soléis acompañar una buena lectura? ¿Café, té, dulces? Yo acostumbro a tomarla sola pero mientras leía La librería Vidal no me hubiese importado sentarme en una de las mesas del teawine y acompañarla con una de las deliciosas especialidades de María.
Y es que algunas descripciones del libro son tan vívidas que me veía dentro de cada escenario.

Pero, bueno, vayamos por partes.

La librería Vidal, aunque lo pueda parecer por el título y la sinopsis, no es una novela que se centre en la librería sino más bien en su dueño, Adolfo Vidal, su familia y su pasado. Y, de rebote, en María y su teawine. Este, para que salgáis de dudas, es un local pequeño y muy acogedor donde se sirve una selección única de tés y vinos que acompañan las recetas saladas o dulces que ella misma prepara.

El edificio donde se ubican ambos comercios perteneció al abuelo de Adolfo, pasó a su hijo y después a los hijos de este. En él tenían el negocio, la librería, y la vivienda. Ahora el único inquilino es Adolfo y su situación económica es igual que la del inmueble: precaria. Así que, para cubrir gastos y poder subsistir decide alquilar parte del local. Sin embargo, sus sobrinos, un par de especuladores inmobiliarios sin escrúpulos, pretenden comprar el edificio del que también son copropietarios, algo a lo que el librero se niega rotundamente. Esa librería es lo único que le queda en la vida.
María, que ha invertido todos sus ahorros en el teawine, también ve peligrar su negocio. Y será ella la que le dará fuerzas a Adolfo para luchar, al tiempo que se va desvelando el pasado del librero.

Cuando solicité el libro a la editorial tenía grandes expectativas con esta lectura. Y se han cumplido, aunque no de la manera que esperaba.
Al principio pensé que la trama giraría entorno a la librería y sus singulares libros (como menciona la sinopsis) pero no ha sido así. Tiene su importancia en la trama, sí, pero no es el eje principal de la novela. Con todo, no me ha decepcionado en absoluto. Conforme iba leyendo, lo que descubría era una triste historia familiar, a la que María ponía la nota de color y que me estaba enganchando por momentos.
Y a eso ha contribuido la envolvente pluma del autor, sus magníficas descripciones y el saber dejarte con las ganas de más. Muchos capítulos acaban con frases que anticipan lo que va a ocurrir a continuación pero que crean la intriga suficiente que te impulsa a seguir leyendo hasta el final.

También destacaría la capacidad de Juan Luis Vanrell Oms para transmitir emociones, tanto positivas como negativas. Es muy fácil sentir el miedo, la frustración, la inseguridad, la repugnancia o el cariño que sienten los personajes.

"Las únicas fotografías que hacía no las disparaba con su cámara, sino con su propio cerebro. Imágenes suyas de dolor, de frustración, de hundimiento, de ira, de odio, de tristeza, de ansiedad..., que se proyectaban en su interior y que se revelaban en el cuarto oscuro que se había convertido su mente."


Lo único que se me ha echo algo pesado son algunas partes demasiado técnicas donde el autor analiza la vida u obra de artistas como Klimt o Doisneau. Personalmente me ha parecido que no aportaban gran cosa a la novela y me han desconectado de la lectura.

La librería Vidal está narrada en primera persona por un narrador omnisciente, excepto en los capítulos donde aparece César, el abogado, donde él es el narrador. Este cambio de punto de vista me ha resultado algo desconcertante, más que nada porque César se atribuye el mérito de explicar la historia al lector. Sin embargo, a lo largo de la novela no hay nada que te haga pensar que eso es así.
Y otra cosa que no me gusta es que todos los párrafos están editados a doble espacio, al estilo bloguero. Aunque esto ya es una cuestión de gusto personal.

La historia transcurre en la actualidad, en Valencia, durante un mes de noviembre, y cada capítulo corresponde a cada uno de los días del mes, o casi. Solamente hay ciertos capítulos que no tienen fecha y que hacen referencia al pasado de ciertos personajes.
Otros capítulos empiezan de forma muy suculenta: con la receta de una de las creaciones de María (yo me he apuntado un par para cocinar en casa), lo que me ha parecido muy original.

¿Y qué decir de los personajes?
Todos tienen una personalidad muy marcada y un pasado con alguna experiencia traumática, con lo que el autor construye personajes sólidos y dotados de vida.
Adolfo es un hombre mayor, enfermo y solitario. A primera vista parece seco y cascarrabias pero nada más lejos de la realidad. El problema es que la vida no lo ha tratado bien, las decisiones que tomó de joven marcaron profundamente su vida y la de sus seres queridos y es difícil vivir con el peso de la culpa. Es un personaje que me ha conmovido mucho.
El contrapunto lo pone María. Ella aporta ternura, frescura, sencillez y bondad. Consigue que Adolfo se abra de nuevo y no le juzga por sus actos. Gracias a sus cuidados y esfuerzos descubrimos cómo fue la vida del librero y qué le llevó a su precaria situación actual.
Después están los hermanos Vidal, Ricardo y Eugenio. Ya solo su descripción física te produce cierta repugnancia. Ambos son malvados, despreciables, lo único que les mueve es el dinero y no les importa hacer lo que sea para conseguir sus objetivos. Son realmente odiosos.
Y por último está César, un personaje solitario que teme enamorarse de nuevo y que me ha parecido muy dulce.
Hay otros personajes importantes en la novela pero no quiero desvelar nada de la trama así que si queréis conocerlos, tendréis que leer el libro.

En resumen, la Librería Vidal es una novela entrañable, de lectura ágil y amena, que nos enseña el daño que pueden hacer las decisiones del pasado y cómo condicionan (y condenan) una vida.
El final me ha dejado con un sabor agridulce por lo injusto de lo sucedido, por la pena que arrastra Adolfo y que, desde mi punto de vista, ha pagado con creces durante su vida. Pero vale la pena leer la novela, así que os la recomiendo.

Muchas gracias a Chiado Editorial por el ejemplar.


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