Revista Diario

La liga de la leche…en fórmula

Por Desmadreando @desmadreando

Lo siento mucho queridas amigas de la Teta Feliz pero de una vez sáltense esta entrada. No pienso ofender, ni mucho menos seguir pidiendo eternamente disculpas por la culpabilidad que todas ustedes me han hecho sentir. Desde mi madre, la suegra, la amiga, la tía, la abueleta desconocida, la pediatra hasta el taxista; todos han hecho un sin fin de juicios de porque “no le doy teta, si de tener tenemos… y jartas”. Y ahí voy yo a liarme con cien mil explicaciones mientras el culpómetro va subiendo para hacerme sentir fatal. ¡Eso se ha acabado!

Hoy he decidido- después de 10 meses- que basta ya de la tortura psicológica que la famosa Liga de la Leche y sus fervientes talibanes- con todo respeto hacia la cultura de éstos- han dejado caer sobre mi mente, mi ser y mi maternidad.

Para su mayor información, crecí con una madre de esas talibanes que hablo que dio pecho a todos sus hijos, y criticó de sobremanera a una de sus nueras por no ofrecer tan bello bocado a su nieto. Como dice el blog de El País de “Tener hijos te desmiente”  nada como que la maternidad desmienta la vida para que escupiera pa arriba y le cayera con su propia hija.  Su último retoño- léase yo- se inaugurara en la maternidad con un título de “Mala madre“.

En un principio por supuesto juré que daría pecho, corrí a comprarme -como toda madre primeriza- el cojín de lactancia, la mecedora, el purelan, los discos protectores, los sujetadores y mil camisas horribles de lactancia hasta que me dieron la noticia: no se recomienda dar el pecho si estás con anticoagulante. Obviamente lloré desconsolada y corrí a darme un chapuzón en San Guglé a ver si lograba encontrar una manera. Había detractores totales y los que incluso decían que no pasaba nada. ¡Qué agobios! Aún lo recuerdo y me entra esa sensación de pánico en el ombligo. Así que decidí dejarme llevar por el instinto—ya probaría yo y si mi retoño quería y subía de peso pues, asumiría el riesgo.

Llegó el día, después de muuucha espera, una anemia de esas brutalizers, reacción a los puntos de la episiotomía y todo lo dicho en la entrada de “Cómo me fue en la feria” pero aún así lo intenté. Quién diga que la lactancia es fácil, es amorosa y es instintiva miente como un vil berraco. No es fácil, uno está agotado, rara vez tienen los bebés el instinto para agarrarse y si a eso le sumamos que me recomendaron ponerme pezoneras- ya namás el nombre da escalosfríos- receta perfecta para el fracaso.

Comía cada dos horas por que nació con bellos cuatro kilos y medio, por lo que recomendaron complementar con fórmula pa darle un descanso a la Madre en cuestión y que ésta se recuperara. Los biberones que elegí me permitieron hacer Lactancia Mixta sin que se confundiera, pero yo seguí con la debilidad, una infección terrible y mi ser no pudo más. Me rendí, le lloraba a mi madre por las noches y le decía “te la regalo- no puedo”. Culpómetro: nivel máximo.

Elimine la teta por la noche e instauré el biberón. Aguantaba al menos 3 horas de esa manera. Llegó el verano y pues al ser pudorosa no me permitía salir pues las pezoneras tenían que estar bien desinfectadas y la posición era complicada. Nunca la dominé. Me desesperé y después de darle vueltas y vueltas y vueltas y estar mareada decidí dejarlo.

Yo confieso que nunca logré el “bonding” de amor. Quizás existe o quizás es de esos mitos que sólo las madres perfectas logran. Yo me sentía culpable por no lograrlo, por no poder ser “perfecta”, por no satisfacer las exigencias de todos y por estar agotada física, espiritual y emocionalmente. Sí, era bonito ver a mi cachorra alimentándose y estar “pegadas” pero sentía incluso más amor viéndola a los ojos y hablándole y cantándole mientras le daba el biberón.

Señoras fervientes de la Teta: ¡dejen de hacer juicios y de torturar a las que no somos tan perfectas como ustedes! Muchas lo hemos intentado, otras no han podido y las que no han querido ¡¿qué?! No por eso dejamos de ser madres y entregarnos minuto a minuto y no por eso somos menos que ustedes.

He averiguado por todas partes y no existe un soporte de “La liga de las del biberón” o “La fórmula de amor”— sólo existe “el club de las Madres felices”- de la que soy parte- pero ni por ser de Suavinex habla del bonding y beneficios de la lactancia artificial. ¿Será por que nos da vergüenza y genera culpabilidad a todas por igual? No pretendemos competir, ni decir que la fórmula es mejor que el pecho. No somos idiotas, hasta eso llegamos, dominamos que la lactancia materna es mejor que nada. No empero, nadie nos tranquiliza diciéndonos que no pasa nada mientras el bebé acepte la leche, no tenga reacción y que lo más importante es que uno mismo se sienta bien en todo sentido para entregarse por completo.

La liga de la leche…en fórmula

¿Alguien que quiera fundar conmigo la liga de la Fórmula? Podríamos nombrarla la Liga de las Mujeres Extraordinarias- con título de peli de superhéroes- pa que joda. El icono puede ser una madre feliz y tranquila como la de la ilustración, pues siendo publicista, toi hasta el ovario de ver que hay genialidades con las tetas y con el biberón nada- sólo disculpas como: la OMS recomienda dar la teta- como si no lo supiéramos de memoria las Mala madres.

Hago mención que mi hija es una Critter súper saludable, ha engordado lo que debe siempre y su desarrollo es igual o incluso mejor- como toda madre siempre dice de su retoño- que el resto. Conozco a la perfección los beneficios de la LM y lo he intentado.

Culpómetro el día de hoy: cero.


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