Revista Sociedad

La llamada

Publicado el 14 febrero 2017 por Salva Colecha @salcofa

Os acordáis cuando éramos pequeños y jugábamos al “teléfono loco”? Aquello consistía en que uno decía algo y ese algo pasaba”boca a oido” (¡buff cuanto microbio!) por una fila de gente. Al final lo que llegaba no se parecía ni por asomo a la versión inicial. Imaginaros si a esto añadimos una legión de asesores y traductores, porque ninguno de los interlocutores entiende al otro y por lo menos en uno de los casos tampoco es que le importe demasiado ya que hasta se lo cepilló de su web

No me sorprende ver como existen dos versiones dispares de una conversación protocolaria de 15 minutos entre dos políticos (un Cowboy y otro que se cree estadista). Me refiero, por

La llamada
supuesto, a la de Trump y Rajoy. Para una parte no fue más que pura paja pero para la otra (por lo que se desprende de la nota que el Palacio de la Moncloa envió a los medios) fue la pera limonera, la resurrección internacional de España y el remedio de todos los males. Puede que hasta pongan una versión del “Teléfono Rojo” entre Moncloa y la Casa Blanca (aunque en este caso sugiero un teléfono de esos con dos vasitos de plástico y un hilo, para facilitar su uso). Y todo en un cuarto de hora!

Rajoy dice que trabajaremos todos en las bases americanas en España y que las inversiones en USA han aumentado sobre todo en banca, electricidad y construcción. Si él lo dice…Será ahí donde se habrá notado porque en el resto de los mortales no sabemos ni de lo que habla.

Bueno, lo más destacable es que Mariano dice que, en un ataque de locura y frenesí impropio en su personalidad, se ha ofrecido como esbirro interlocutor ante medio mundo sin caer en que las asociaciones con USA nunca son fáciles. Mucho

La llamada
esfuerzo me parece a mí para una persona que no es precisamente un torbellino de energía con capacidad para remover Roma con Santiago y que nos tiene acostumbrados a que no de un palo al agua. Espero que en Washington se hayan percatado de que si destaca por algo es por su inmovilismo pétreo y su tendencia al estancamiento. Este fin de semana nos lo recordó a la salida del congreso a la búlgara ese que le organizaron para mayor gloria y autobombo, con aquello de “Si algo funciona bien, ¿para qué tocarlo?” No vaya a ser que innovemos algo y acertemos. La verdad es que en el caso de que entre carcajada y carcajada de los americanos se lo hubiesen tomado en serio ya tendrían al recadero apaleable encargado
La llamada
de
que explicar a todos que no pueden entrar en Estados Unidos porque a su presidente no le da la real gana. Pero lo grave es que nos metería de nuevo, sin comerlo ni beberlo, en una situación comprometida. Seríamos partícipes de vete a saber que tipo de atentado contra los Derechos Humanos que se le pueda ocurrir al señor del pelo raro. Recuerda demasiado a aquello de un señor con bigote en Las Azores. Espero que no le tomen la palabra porque si por pura frivolidad nos convertimos en pregoneros de semejante elemento nos llevaremos algún disgusto. Menos mal que tenemos un Gobierno incapaz de comunicar nada. Llevamos un mes de Trump y ni Dastis ni nuestro portavoz del Gobierno han soltado prenda sobre la postura oficial al respecto de la política de inmigración USA. No sabemos si pensamos como Italia, como Alemania, como UK, si tenemos una postura propia o si simplemente no se piensa en nada (lo más probable).

Por otra parte, lo que se desprende de la versión USA de la conversación (unas líneas, por decir algo) es que nos van a sacar los cuartos, por supuesto. Trump se acordó de que existimos

La llamada
para “pasar el sombrero”. Advirtió a Rajoy de que tendrá que “arrimar el hombro” y poner más fondos en la OTAN para la defensa europea, lo que teniendo en cuenta la acostumbrada postura genuflexa de nuestro presidente que confunde sentido común con servilismo rastreo me hace pensar en que podemos ir haciendo un agujero más al cinturón porque van a recortarnos más en los presupuestos de este año. Ya no se en que más se nos puede recortar sin que muramos por la calle de inanición. ¿Pero es que nadie va a decirle a este hombre que todo tiene un límite y que no nos queda más pelo para tomar? ¿Es que jamás vamos a verle haciendo su trabajo?


La llamada

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revista