Revista Cultura y Ocio

La luz de Candela, de Mónica Carrillo

Publicado el 16 abril 2014 por Covadonga Mendoza @Cova_Mendoza
La luz de Candela, de Mónica CarrilloEditorial: Planeta, 2014320 páginas19,50 €Ebook: 9,99 €
Argumento:Candela rememora su relación con Manuel.
Comentario:
«La luz de Candela» está redactada en primera persona por su protagonista a modo de reproche dirigido al que fuera el gran amor de su vida, Manuel, alternada con poemas, micro relatos (cuya inclusión no parece tener una finalidad concreta) y los monólogos (y algún diálogo) de la madre y amigas de Candela (quizá para «hablar» de distintos tipos de amor, desamor, mujeres, los hombres de sus vidas, dependencia emocional etc).
La forma de narración escogida, en la que priman las emociones de la protagonista sobre los motivos que la llevan a enamorarse de un hombre cuyas virtudes parecen concentrarse en la belleza exterior y las cualidades amatorias, a depender de él, ver que su obsesión no es correspondida, romper y comenzar un lento y dificultoso desenganche, da una impresión de reiteración en las mismas emociones, de masoquismo disfrutado y deliberado, quizá buscada por la autora.
A lo largo de la obra, tanto Candela como sus amigas hacen referencia a películas, series de TV y novelas relacionadas con el amor y, mayoritariamente, su idealización romántica («Sexo en Nueva York», «Los puentes de Madison», «Memorias de África» etc…) incluyendo el inevitable homenaje o versión de la «Lolita» de Nabokov en una imaginaria carta de Manuel a Candela, escrita por ella en el capítulo 57:
«Candela, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Can-de-la: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Can.de.la.»

Durante toda la obra apenas hay diálogos, y los que se incluyen son, sobre todo, «duelos» de ingenio con las amigas (Jimena, Malena y Berta), quedando Manuel desdibujado, a merced de los recuerdos e impresiones de Candela, quien da monótonas vueltas en torno a lo que parece más una obsesión basada en el sexo (son las escenas que más ampliamente describe) que un amor real (la relación de ella con su primo Jota, o León, por el personaje de Jean Reno en «El profesional (León)» se muestra como más profunda y sana).
Y de pronto se acaba. Transcurridos varios años de la ruptura, y un par de hombres «terapéuticos» después, sin una escena especial que muestre el «desenganche», Candela cuenta a ese Manuel que seguramente no se enterará de ello cómo ha cambiado su vida y ya…
En conclusión: «La luz de Candela» es una novela relatada casi como un resumen, sin mostrar escenas ni conflictos reales, basada en las emociones de la protagonista, con digresiones (las amigas) que aportan poco al romance, aunque intentan servir de reflexión, muestrario y leve crítica tanto de cierto tipo de hombres y relaciones como de la imagen que dan el cine y la literatura del amor romántico. Para incondicionales de las historias emocionales.
Cita de la novela:
«—Doy gracias a la vida por la existencia de Brad Pitt.Ese ha sido el mensaje que he encontrado en mi móvil al despertarme esta mañana. Es lo que ocurre cuando tienes una amiga viviendo a diez mil kilómetros. El cambio horario nos obliga a llevar una comunicación virtual a lo Lady Halcón. Es una especie de correspondencia 2.0. Es decir, en lugar de comunicarnos con cartas, nosotras hablamos a través de Whatsapp, correo electrónico o Skype. Hoy hemos podido charlar un rato.—Confiesa, Jimena, ¿cuál te has puesto esta vez?—Leyendas de pasión. Lo sé, Candela, soy una cursi con lazos rosas y mariposas. Soy la Mariah Carey de los expatriados en Tailandia.—Leyendas de pasión es un peliculón. Nunca lo reconoceremos ante un hombre para que no lo utilice en nuestra contra, pero eso es así.—Cierto. Y Pitt está enorme, en el sentido más amplio de la palabra.—La verdad es que el muchacho está guapo subiendo al caballo, bajando del caballo, acariciando el caballo...—¡Y sin caballo! Me ha alegrado el día este hombre.—Hablando de grandes joyas del cine, no entiendo cómo siempre aparecen en lo más alto de las listas Ciudadano Kane, El gran dictador y otras películas de medio pelo y nunca aparece Dirty dancing.—Tienes tanta razón, criatura. Con la de buenos ratos que nos ha regalado el malogrado Patrick. Esos domingos por la tarde en el sofá tarareando Time of my life.—Ese hombre varonil entrando en la sala (un pelín sobreactuado y algo hortera, cosa que tampoco reconoceremos en público), desafiando al padre rancio, burlando a la cansina de la hermana (porque es muy cansina...) y agarrando a Baby del brazo para decirle la frase más célebre de la historia del cine. LA FRASE.—«No permitiré que nadie te arrincone.»—Si me hacen eso alguna vez, juro (LO JURO, Candela) que me caso con ese galán.»
***T***
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